archivos de los protestos globales

Fumigaciones. Protestas en territorio ecuatoriano

El Universo
Guayaquil, 3 de octubre 2002

Protestas en territorio ecuatoriano

Ángel Sallo | NUEVA LOJA

Fotoleyenda: LA HORMIGA, Colombia.­ Los campesinos de la zona fronteriza denunciaron que las fumigaciones indiscriminadas contra las plantaciones de coca están matando a los animales domésticos y afectan a la población.

Los campesinos ecuatorianos afectados por las fumigaciones colombianas a los cultivos de coca efectuados junto al río San Miguel, se preparan una denuncia formal contra Colombia.

Los finqueros ecuatorianos, agrupados en el Comité de Defensa del Cordón Fronterizo, aseguran haber sufrido cuantiosas pérdidas como consecuencia de la caída del glifosato sobre sus fincas.

Daniel Alarcón , presidente del Comité, señala que mañana se reunirán más de 300 campesinos de Sucumbíos afectados por las fumigaciones y dejarán lista la denuncia que será presentada ante la Cancillería ecuatoriana y ante la Defensoría del Pueblo nacional, para que estos a su vez presenten un reclamo diplomático y legal al Gobierno colombiano. Para preparar la denuncia, los dirigentes campesinos contarán con el apoyo del Frente de Defensa de la Amazonía, Acción Ecológica, Consejo Provincial, Asamblea de la Sociedad Civil de Sucumbíos y los organismos de derechos humanos.

Víctor Mestanza, campesino ecuatoriano que habita en Puerto Mestanza, afirmó que las fumigaciones colombianas a los cultivos de coca y amapola se efectúan a una distancia de solo 200 metros del Río San Miguel y por tanto las corrientes de viento hacen que estas fumigaciones también lleguen a fincas ecuatorianas.

Denunció que en el transcurso de las fumigaciones perdió 70 mil peces que estaban en pleno proceso de cría en sus 22 piscinas ubicadas a solo 300 metros del Río.

José Vélez, habitante del Recinto Santa Marianita, de la parroquia General Farfán, denunció que las fumigaciones acabaron con su proyecto de cría de pollos financiado con fondos del Instituto para el Ecodesarrollo de la Región Amazónica.

"Una inversión de 3.000 mil dólares se perdieron por causa de esas fumigaciones que dicen que es sólo para Colombia pero la realidad es otra", dijo.

Pero también los plantíos de yuca, plátano, maíz y arroz se han visto afectados en la zona de General Farfán, Pacayacu y Putumayo. Decenas de campesinos de este sector lamentan la pérdida de sus cultivos.

Santos Encarnación, dirigente de la Precooperativa Chone Dos, ubicada en Lago Agrio, anunció que si no hay respuestas concretas del Gobierno nacional a sus denuncias presentadas en la Defensoría del Pueblo de Sucumbíos y ante el Ministerio de Gobierno, los campesinos de la zona se tomarán las instalaciones petroleras del Campo "Libertador" de Petroproducción.

Por su parte, el Departamento de Estado, en un informe enviado al Congreso de EE.UU., aseguró que ajustará la formulación del glifosato para reducir su toxicidad del grado 3 (suave) al 4 (leve).

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El Universo
Guayaquil, 8 de septiembre de 2002

Ecuatorianos se quejan por las fumigaciones

Puerto Nuevo, Sucumbíos

"Las avionetas fumigaron aquí al frente, al filo del río san Miguel. El olor al químico se sintió hasta acá", repetía la tarde del viernes Alberto Hidalgo, habitante de la población ecuatoriana de Puerto Nuevo, en la frontera con Colombia.

Pese a los llamamientos efectuados por las autoridades ecuatorianas a sus similares de Colombia para que las fumigaciones de los cultivos ilegales se den lejos de la frontera, eso no se cumple.

Entre jueves y viernes pasados, la aspersión se realizó en las riberas del fronterizo río San Miguel.

Residentes de La Punta, Puerto Mestanza y Puerto Nuevo, entre otros, tienen temor de que los químicos les cause problemas de salud o afecten sus cultivos.

"Las avionetas vuelan bajo y los helicópteros van atrás, da temor", manifestó Sara Vanegas.

Los miembros de los destacamentos militares que resguardan los repartos fronterizos y ejecutan el control en el puente Internacional San Miguel, también afirmaron que las fumigaciones se dan muy cerca de nuestro territorio.

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Fumigaciones producen grave daño en Putumayo

Fotoleyenda: TETEYÉ, Colombia.­ María De la Cruz traslada en canoa su ganado enfermo, desde esta población hacia el Ecuador, debido al envenenamiento de los potreros a causa de las fumigaciones de los cultivos en el departamento del Putumayo.

Fotoleyenda: LA Y, Colombia.­ Aviones Rockwell International OV 10 Bronco, de fabricación norteamericana, sobrevuelan y fumigan los cultivos de hoja de coca, yuca, pastizales y maíz. Los campesinos deben evacuar sus fincas para evitar afectarse por el veneno.

Puerto Vega, Colombia | José Olmos, Enviado especial

Los campesinos que cultivan coca cada tres meses recogen tres kilos de hojas. El kilo se comercializa en 1,8 millones de pesos (720 dólares).

María Floralba Bolaños tomó un palo y un pedazo de lona para improvisar una especie de bandera blanca y ubicarla en el árbol que acompaña a la vivienda de madera en la que ella reside.

Lo hizo para evitar que las aeronaves de la Policía Antinarcóticos de Colombia "vean que somos gente de paz y no echen veneno (fumiguen) a los cultivos de yuca", ubicados cerca de una plantación de coca. No logró su objetivo. El químico acabó con la yuca, el potrero, la coca y con sus esperanzas. Sus dos hijos sufren infecciones de la piel. ¿Ahora, qué hago?, decía.

"Que destruyan la coca, pero no la yuca y los potreros. Ellos (el Gobierno) nos dieron dos vacas para que dejemos de sembrar la coca y ahora se encargan de dañar los pastos; esto es un engaño", afirmó Julio Baldeón, vecino de María en la vereda El Porvenir, en el Putumayo colombiano, fronterizo con Ecuador.

Las fumigaciones son parte del denominado Plan Colombia, que con fondos y ayuda militar de los Estados Unidos, busca erradicar las plantaciones ilegales. Para promover la sustitución de cultivos el Gobierno puso a elegir a los campesinos cultivadores de la planta ilegal lo que deseaban recibir: dos vaconas o 50 gallinas y un chancho.

Hace dos semanas se reanudaron las fumigaciones masivas, que también afectaron a sembríos de plátano, yuca, maíz y los potreros.

Rentable

Los campesinos de una decena de poblados del Putumayo, adonde accedió EL UNIVERSO y en el que operan las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y en ocasiones el Ejército y los paramilitares, tienen una hectárea de cocales como promedio. "Lo que hacemos es trabajar y sembrar lo que aquí se produce", justificó William Cedeño, residente del sector La Y.

Él habló de cifras por hectárea. Cada tres meses recogen en promedio tres kilos de hojas. El kilo se comercializa en esta 1,8 millones de pesos (720 dólares aproximadamente), 5,4 millones de pesos (2.160 dólares) cada tres meses.

"Qué podemos hacer con dos vacas, que luego de cuidar un año se las vende a 600 mil pesos (240 dólares, aproximadamente) cada una", refirió. Las quejas no tienen eco en las autoridades.

Sin presencia militar

En esta zona no hay ni presencia militar permanente. Hace dos semanas llegó un contingente militar que a los dos días se retiró y luego llegaron los paramilitares.

"Queremos que se den proyectos concretos. Se habló de microempresas agrícolas, si hay dinero para fumigar debe haber para garantizar nuestra subsistencia. Estamos en una zona guerrillera y no tenemos la culpa de vivir aquí, somos humildes agricultores", Dijo Estela García, dirigente de la vereda Teteyé.

La programación del Gobierno colombiano es fumigar cada tres meses. "Ya ni para qué insistir con la coca. Pero si sembramos otros productos también los matan", agregó García.

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El Universo
Guayaquil, 7 de septiembre de 2002

Hambre y miseria por fumigaciones

Fotoleyenda: PUERTO VEGA, Colombia.­ José Ángel muestra la destrucción de sus plantaciones de maíz, producto de las fumigaciones que realiza el Gobierno colombiano para erradicar los cultivos de coca. Los campesinos afirman que han perdido sus cultivos.

José Olmos, Enviado Especial | PUERTO VEGA, COLOMBIA

Las jornadas de fumigación son diarias; comienzan a las 08h00 y se extienden hasta las 16h00.

Pablo Madruñero, su esposa, Bertha, y sus tres hijos tenían tres horas al filo de la carretera Teteyé-Puerto Vega a la espera de un carro que los lleve "a donde sea".

"Queremos huir, ya no nos queda nada, las fumigaciones acabaron con todo y nos estamos enfermando", dijo el hombre mientras la madre mostraba el cuerpo de su hija, Paula, de 8 meses, cubierto por los granos.

"Fumigan parejo (todo), acabaron no solo con la coca sino con el plátano, la yuca, los potreros. Todos estamos en la misma situación y hay que irse, no sé para dónde, pero aquí nos morimos de hambre", señaló Pablo.

Hambre, desesperación, desolación, escenas similares a las que protagonizaba la tarde del jueves pasado la familia Madruñero, se viven a diario en decenas de poblados del Putumayo colombiano, fronterizo con Ecuador, a causa de las fumigaciones aéreas que ejecuta en estos días la Policía Antinarcóticos de Colombia para erradicar las plantaciones de coca.

Un equipo de EL UNIVERSO recorrió estos sectores, unos dominados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), otros por los paramilitares o en disputa entre estos dos bandos y el Ejército regular colombiano. Desde aquí salen cientos de familias hacia ciudades del interior de su país.

Daños

Los daños son evidentes. En la vereda Agua Blanca, José Ángel se desesperaba porque las cuatro reses, lo único de valor que le quedaba, agonizaban por falta de pasto. "Aquí fumigaron hace como diez días y acabaron con los potreros, el plátano y la yuca", afirmó. Alrededor de su vivienda, en un radio de un kilómetro el suelo es desértico y contrasta con el verdor de la selva que se divisa a lo lejos, donde aún no ha llegado la fumigación.

Unos 30 km al norte, en La Y, Carmen Cadena miraba desconsolada sus 40 h de potreros quemados por los químicos. "Había una plantación de coca en un sector cercano pero vinieron y fumigaron parejo, el veneno cayó hasta en el techo de las casas, hace dos semanas. Desde esa fecha se fueron 20 familias", relató.

El diálogo se interrumpió porque en el cielo a eso de las 14h00 aparecieron tres avionetas, escoltadas por igual número de helicópteros artillados. "Entremos a la casa pero no corran porque pueden disparar al creer que somos de algún grupo armado", dijo la mujer.

Minutos después, los aparatos vomitaban chorros de veneno que se posaba en los árboles y en los cultivos de coca y de plátanos, yuca y maíz. El químico provoca una tos leve y lagrimeos.

La operación se repitió durante cinco ocasiones y continuó después por Miraflores, El Porvenir, Nueva Granada y Cuembí, Puerto Vega.

Las jornadas de fumigación son diarias; comienzan a las 08h00 y se extienden hasta las 16h00. Habitantes de los poblados ecuatorianos de la Punta y Puerto Nuevo afirmaron que a inicios de semana las avionetas fumigaron en las riberas del fronterizo río San Miguel.

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El Universo
Guayaquil, 5 de septiembre de 2002

Cientos de colombianos llegan a Sucumbíos

José Olmos, Enviado Especial | SAN MIGUEL, COLOMBIA

El miércoles de la semana pasada la Policía Antinarcóticos de Colombia reanudó las fumigaciones.

Un helicóptero sobrevolaba a las 10h00 de ayer en el cielo colombiano, a unos 10 km de la frontera con Ecuador. Carlos Sepúlveda levantó su mirada y maldijo: "De nuevo los perros vienen a fumigar". En ese momento cinco de sus vecinos, con maletas al hombro, se encaminaban hacia el puente internacional San Miguel, para cruzar al Ecuador, como ya lo han hecho desde hace una semana otras 720 personas.

La maldición y el éxodo se repetía por séptimo día consecutivo. El miércoles de

   


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