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Date: Fri, 28 Jun 2002
Petróleo: ¿Talón de Aquiles de la Globalización?
Aurelio Suárez Montoya

Alí Rodríguez, presidente de PDVSA (Petróleos
Venezolanos), siendo Secretario General de OPEP, en el
marco de 112 Conferencia de Ministros, realizada en
noviembre de 2000, al determinar las causas primeras
de los altos precios del petróleo, ocurridos desde
1.999, no incluyó la insuficiencia en la oferta de
crudo por parte de los productores. Fijó otras - no
muy difundidas por acá- como el cuello de botella en
el cual se tornó la insuficiente capacidad de
refinación de Estados Unidos y del transporte de casi
10 millones de barriles diarios importados que
completan su consumo cotidiano de 19.5, el incremento
de los impuestos que los gobiernos de los países
importadores colocan al crudo con fines fiscales , los
que, por ejemplo, en la Unión Europea se incrementaron
en un 355% en los últimos 20 años y, como elemento
clave, la especulación en los mercados bursátiles de
contratos a futuros, que pueden distorsionar los
precios entre 4 y 8 euros por barril para responder a
las expectativas de "los especuladores de Londres, New
York y Singapur". Por tanto, quienes pregonan por
"darles mayores regalos" a las compañías
transnacionales como incentivo para que exploten el
crudo en Colombia, no están en sintonía con esta
realidad petrolera.

El petróleo es el 40% de las fuentes de energía
global, con el gas natural y el carbón suman casi el
85%. Para el año 2020 esas proporciones parecen
inmodificables y los llamados países industrializados,
que requieren el 64% del petróleo diario, unos 46.8
millones de barriles, apenas logran producir 22, menos
de la mitad de lo que necesitan, el resto deben
transportarlo o conseguirlo todos los días. Al
contrario, los países de la OPEP producen el 41% del
petróleo diario, 30 millones de barriles, la mayoría
para exportarlo a las naciones compradoras. Y lo mismo
sucede con las reservas identificadas: en Oriente
Medio, América Central y del Sur, África y la antigua
Unión Soviética están localizadas el 85%. La
contradicción principal en el mercado petrolero radica
en que la demanda y el consumo están en los países más
poderosos y la producción y las reservas se hallan en
países en "vía de desarrollo". Dicha tendencia se
sintió más a partir de 1970, como lo advierte en sus
textos el experto noruego Oestein Noreng, cuando la
tasa de crecimiento de consumo superó, por primera
vez, la de crecimiento de reservas, en la última
década siguió agravándose al aumentar la primera un
15% y la segunda apenas un 3.4%. Para empeorar el
escenario, enemigos de Estados Unidos, Irán e Irak,
son quienes hacia el futuro poseen más años de
reservas acorde con su ritmo de producción, son los
que Bush llama "Eje del Mal".

La situación petrolera es vista por el mundo entero
como motor adicional para la operación "Justicia
Infinita". El control directo sobre las fuentes se
vuelve asunto vital para Estados Unidos; en mayo, el
Presidente Bush definió la situación energética
norteamericana como "la peor crisis de suministro de
energía desde la década de 1970". Más no sólo eso,
cada vez resulta más costosa la explotación, es menos
común el valor de algo más de un dólar por barril
levantado como en Arabia Saudita. Detrás de los
ejércitos van los intereses de las compañías
petroleras en pos de rescatar, en un momento crítico,
la posición dominante que antes tuvieron cuando la era
de las "siete grandes hermanas", que se cargaban el
60% del petróleo mundial. Ahora, desplazadas por
firmas estatales de los países poseedores del recurso
y a pesar de las políticas privatizadoras y
neoliberales recientes, su poder no supera el 20% del
mercado.

Es lastimoso ver que, mientras en Colombia ninguno de
estos elementos se traen para la discusión de las
leyes sobre regalías petroleras, nuestra política
sigue siendo la de total obsecuencia con las
multinacionales, el interés patrio siempre se confunde
con el foráneo y por ello en la época de las
concesiones, entre 1905 y 1970, las petroleras ganaron
2000 millones de dólares netos y el país perdió casi
doscientos, tal como lo explicó Jorge Villegas.
Después de 1970, cuando por doquier se "nacionalizó"
el petróleo, aquí se dieron tibios contratos de
asociación, esos mismos que ahora quieren devolverse a
condiciones de utilidad nacional por el "oro negro" en
una porción menor que hace un siglo. Hay en el
Congreso más abogados para Exxon y OXY que para
millones de menesterosos compatriotas. ¿Cuándo
cambiará la historia?

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