Historia de las luchas del pueblo peruano 


"Son extranjeros todos aquellos que explotan a sus hermanos" (J. G. C. "Túpac Amaru")


Indice

Historia

Todo movimiento revolucionario es el resultado del desarrollo histórico de la lucha de un pueblo por alcanzar la libertad y la justicia. El Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) es, en este sentido, la expresión más alta de las luchas del pueblo peruano, y representa los intereses de la única clase que es capaz de dirigirlos históricamente en esta etapa: el proletariado.

Un pueblo milenario y forjador de culturas

El hombre pisó suelo peruano, por primera vez, hace unos 20 mil años. Se encontraba en estado paleolítico. En desigual lucha contra la naturaleza agreste, empezó a construir lo que sería una de las más importantes culturas americanas.

De esta forma, la construcción de la cultura andina, peruana, fue producto de largos procesos de acumulación de experiencias y desarrollo de conocimientos, que, cada cierto periodo, llevaron a grandes revoluciones. La primera de ellas fue la Revolución Neolítica, que se produjo entre los 3,500 y 7,000 años antes de nuestra era y permitió la aparición de la agricultura, la domesticación de los animales y el surgimiento de las primeras aldeas. Con esta revolución surgió, además, la propiedad colectiva, de grupo, mientras que la producción y la distribución continuaron siendo colectivas. Los restos de este pasado cultural se pueden encontrar en Guitarrero, Chilca, Paracas, Kotosh, Lurín y Huaca Prieta.

Entre los 1,200 y 1,000 años antes de nuestra era, se produjo la segunda revolución. Con ella, apareció la gran división social del trabajo, las castas sociales y el Estado. Es el periodo de las grandes culturas, siendo Chavín la culminación de dicho proceso.

Extendido por casi todo el norte, Chavín llegó hasta Ica y su influencia se sintió en el sur del país. Las tierras se dividieron entre las castas y una parte de ellas pasó a manos de la casta dominante como propiedad de grupo, mientras que el pueblo prosiguió con su propiedad, producción y distribución colectivas. Por esa época, posiblemente surgió el ayllu. La casta opresora sustentó su dominación en una combinación de fuerza ideológica de una religión basada en Dioses feroces, cuyos rostros están reflejados en las figuras esculturicas de Chavín, con la fuerza militar, que nos recuerdan las cabezas-trofeos y los descuartizamientos grabados en las paredes de Sechín. Ese dominio les permitió utilizar y administrar el trabajo colectivo, gratuito del pueblo y construir las primeras grandes ciudades (los grandes centros ceremoniales), en donde vivió la poderosa Elite religiosa y militar. Además, a cambio del trabajo gratuito y la entrega de artesanos y otros privilegios, esa casta tenía que dirigir las labores de infraestructura y adelanto técnico-científico en beneficio del conjunto de la sociedad.

Luego de este gran salto histórico, siguió la Época del agotamiento del proceso centralizado. Los poderes regionales y locales se fortalecieron y, ayudados probablemente por un desastre natural, destruyeron al poderoso Chavín, cuyas ruinas fueron ocupadas por los huaracinos. Después de la caída de este gran centro político-religioso, florecieron pequeñas culturas locales y Estados regionales, en medio de un proceso de desarrollo y centralización ascendente. Así tenemos a Vicus, Virú, Salinas, Gallinazo, Pechiche y Garbanzal (que posteriormente devendrá en la cultura Mochica); a las llamadas culturas de Proto-Lima, Baños de Boza, Maranga, Playa Grande, Miramar y Ancón; a Paracas (Cavernas primero y Necrópolis después), que antecede a la cultura  Nazca; a Recuay en la Sierra Norte; y a Tiawanacu en el Sur-Este.

Luego de cierta acumulación de fuerzas productivas y del perfeccionamiento de la estructura político-social, se produjo un nuevo salto histórico con la formación de la cultura  Wari: el primer intento de conformación de la unidad nacional. Se desarrolló entre los 500 a 1,000 años de nuestra era. Sus dominios se extendieron desde los territorios que hoy ocupan los departamentos de Huánuco y La Libertad hasta una parte de Bolivia y el norte de Chile. Surgió como producto de la unidad de las culturas regionales Huarpa, Nazca y Tiawanacu y, en su expansión, convenció o sometió a otras etnias. Es el periodo en el que aparecen las grandes ciudades propiamente dichas. La principal de ellas fue la ciudad de Huari: se encontraba ubicada en el actual departamento de Ayacucho, es considerada como la capital de Huari y se calcula que tendría unos 50,000 habitantes. Las otras ciudades fueron Viracochapampa en Huánuco; Chavín; Pikillakta en Cuzco; Tiawanacu en Bolivia; y Pachacamac, el gran centro religioso común.

Con la cultura  Wari, la división de la tierra se hizo más compleja. Ello fue reflejo del tortuoso proceso de desarrollo de las clases dominantes, en donde, además de irse superponiendo diversas capas de curacas y nobles, surgió la división de dos grandes bloques: la nobleza religiosa y la político-militar, bajo el predominio de la segunda. Cada una de estas capas, se fue apropiando, aún bajo la forma de propiedad de grupo, de grandes extensiones de tierras, en las que el pueblo tenía que trabajar gratuitamente. Este proceso generó la necesidad de contar con nuevas tierras, pues la estructura geográfica de ese entonces era muy pobre en tierras apropiadas para el cultivo. Fue así como, a la ya lograda conquista de la irrigación, se sumaron nuevas técnicas para mejorarlas y lograr nuevas tierras, como resultado de 20,000 años de experiencias y descubrimientos (drenajes, andenerías, etc.). Otro de los grandes logros de este periodo fue la construcción de la red vial y el sistema de tambos.

Todos estos cambios generaron una relación de sólida hegemonía. El pueblo no vio en estas castas únicamente a sus explotadores, sino, también, a sus dirigentes y conductores. Las ciudades representaron, por ejemplo, nuevos adelantos técnico-científicos en arquitectura, planificación y administración, producto de que tanto artesanos como científicos fueron concentrados y trabajaron bajo principios y reglas estrictamente fijados por la clase dominante. Pero, nuevamente el intento de unidad se vio socavado por las ambiciones regionales que también se fortalecieron con estos avances, y terminaron disgregando la poderosa cultura Wari. Entre los 800 y 1450 años, esto dio paso a la constitución de estructuradas culturas regionales, como los Chimús, los Huancas, los Chancas, los Cuzcos, los Aymaras, etc., que sustentados en un mayor desarrollo de las fuerzas productivas, perfeccionaron aún más las formas de dominación castista. Se conoce así que en Chimú existió una nobleza máxima dirigida por un gran Jefe Curaca llamado Ciquic, seguida de los Alaec o grandes curacas, luego de los Fixl o equivalentes a caballeros, y finalmente el pueblo o Paraenz. Dentro e esta estructura, también se encontraban los Yana o siervos. En este periodo, la agricultura, la artesanía y la construcción de grandes metrópolis tipo Chan Chan tuvieron un desarrollo notable. Es en estas condiciones que uno de estos grupos étnicos - los quechuas - inicia un violento proceso de conquista que dará nacimiento a la cultura más extensa de la América precolombina.

Detengámonos un instante a analizar la compleja estructura que se conformó en este proceso de 20,000 años. La división de la sociedad en castas ya se había producido y una pequeña minoría poseía enormes extensiones de territorios, pero no lo hacía en forma individual, sino colectivamente, como grupo, clase o Estado. Era el pueblo quien tenía que trabajar esas tierras, construir los caminos o los tambos, extraer los minerales y proporcionar los artesanos, pero, a diferencia de lo que ocurre en las sociedades esclavistas, tampoco fue despojado de la propiedad. Es verdad que ese pueblo sintió la creciente explotación, pero también es cierto que acepta la hegemonía de la clase dominante: Esta descansaba sobre la base de la "retribución" en obras, organización y planificación de la producción y la sociedad. Por esta razón, la confrontación directa entre el pueblo y los explotadores no fue abierta, sino, más bien, sorda, dual, es decir, una mezcla de unidad y rechazos. Esta confrontación fue canalizada a través de los curacas, los mismos que, conforme se fue complicando el tejido social, se fueron superponiendo cada vez mas. Estas capas tuvieron un Comportamiento dual: fueron opresores a nombre de la casta dominante suprema, pero también canalizaron el reclamo de los de abajo.

Conforme se fue desarrollando el proceso de centralización, la diferencia entre los polos se volvió más abismal. La nobleza que vivía en las grandes ciudades, gozaba de comodidades (servidumbre y artesanos), y sus funciones se reducían al ejercicio de la política, las armas o la religión. En cambio, el pueblo seguRa recluido en ayllus y pequeñas aldeas. El ayllu era la organización base del pueblo, que ha soportado no sólo al tiempo, sino a todos los esfuerzos por destruirlo, desde la Conquista hasta hoy. La propiedad, producción y distribución colectiva le permitió generar lazos de identidad y solidaridad que, en gran parte, fueron la pieza clave para que la esencia de la cultura, la nacionalidad, la raza y las costumbres hayan subsistido hasta ahora.

Esta estructura desigual se sustenta, ademas, en un poder disuasivo y de consenso sobre el pueblo, como son las ideas religiosas que, desde la cultura Wari, lograron la imagen de un Dios creador del universo - propia de las civilizaciones altamente desarrolladas - y una visión del mundo sobre la base de la unidad de los contrarios y la idea del desarrollo a partir de la acumulación y los saltos que a su vez niegan la etapa anterior. Es decir, una visión del mundo si bien primitiva, pero directamente vinculada a un pensamiento dialéctico.

La otra base de esta dominación fue el poder militar. Tenemos que el poder de la nobleza vinculada a la política y la ciencia militar se impuso, definitivamente, sobre el religioso. Este fenómeno reflejó dos cuestiones sumamente importantes: por un lado, expresaba que se habría producido un notable desarrollo de las fuerzas productivas que permitía generar un sobrante o excedente que se acumulaba en los tambos, para mantener a la estructura burocrático-militar del nuevo Estado; y por el otro, esa "independencia" del poder, o lo que Carlos Marx denominaba como el aparato que aparentemente se colocaba por encima de la sociedad, le dio una visión de integración nacional mucho más amplia.

El Tawantinsuyo

En los años posteriores a 1,400, los quechuas fueron expulsados de las orillas del lago Titicaca y emigraron al Cuzco, en donde vivían diversos grupos Étnicos y en donde anteriormente la cultura Wari tuvo una de sus ciudades mas importantes: Pikillakta. después de desalojar a los grupos que habitaban este valle, los quechuas vivieron en constante conflicto con sus vecinos. Y este equilibrio se rompe cuando Pachacútec (nombre que significa destrucción y creación simultáneas) logra derrotar a los chancas e inicia un explosivo proceso de expansión, que dará como resultado la constitución del Tawantinsuyo. Un imperio que, después de las conquistas de Huayna Cápac, se extendió desde Pasto en Colombia hasta Maule en Chile y el norte de Argentina, incluyendo a todo el Perú, Bolivia y la mayor parte de Ecuador.

En este sentido, el Tawantinsuyo fue la culminación de todo este desarrollo de la estructura económico-social en nuestro suelo. Al conquistar a las otras culturas, los incas absorbieron todos los conocimientos precedentes, lo que les permitió, en su corto periodo de existencia - 100 años desde el inicio de su expansión y sólo 30 años de la extensión finalmente conocida -, desarrollar aún mas la economía. Para ello, unieron las redes viales en dos troncales (uno de la costa y otro de la sierra) que atravesaban de norte a sur el imperio y se interconectaban con un sin número de caminos y, además, construyeron caminos de penetración a la selva. A lo largo de esos caminos, levantaron una serie de tambos o almacenes múltiples, destinados a sostener las grandes movilizaciones de los ejércitos, las poblaciones y los funcionarios. En todo el imperio, generalizaron las mas diversas formas de irrigación, drenaje, andenerías y mejoramiento de semillas, con un sistema de ingeniería tan desarrollado que su abandono, a través de los siglos, ha tenido un efecto fatal para el agro peruano. Al introducir el sistema de moldes en la cerámica, también originaron un salto en la artesana, y la arquitectura alcanzó su máximo de esplendor con la construcción de numerosas ciudades. La planificación fue otra de las conquistas mas admiradas en el mundo de hoy ya que les permitió, a pesar del retraso en la técnica, satisfacer las necesidades básicas de una población calculada entre los 12 o 16 millones de habitantes. Para construir todas estas obras, movilizaron a millones de brazos a través del sistema de la mita, que es el nombre que adquirió el trabajo colectivo, gratuito que el pueblo entregaba a sus opresores.

Las clases dominantes fueron encabezadas por la nobleza quechua, cuya cima la ocupaban los incas y sus panacas (las 10 familias incas). En sus manos descansaban todos los resortes del poder. Luego venían las noblezas regionales, que oscilaban entre la lucha por su autonomía o su integración al Estado inca. Muchas veces dejaron de ser una parte del ejército de conquista y se convirtieron en ejércitos rebeldes, y viceversa. Para superar estos conflictos, los incas adoptaron un conjunto de medidas: la estructura decimal basada en funcionarios estatales que reordenaban los ayllus; el reemplazo de curacas rebeldes por curacas yanacunas de absoluta fidelidad al inca; el traslado de poblaciones rebeldes a zonas de control absoluto, y de poblaciones leales a zonas conflictivas; etc.

En el pueblo existían tres grandes sectores: 1) Los "jatunrunas" organizados en ayllus, que continuaron con sus tradiciones colectivas y se ayudaban mutuamente mediante el sistema de reciprocidad denominado "minka" (hoy tu me ayudas, para mañana ayudarte yo). Fueron la fuente de mano de obra colectiva y gratuita al servicio del Estado (mita). 2) Los "mitimaes" que eran desarraigados de sus tierras de origen y trasladados a otras nuevas, su tratamiento dependía de la razón de su traslado: si era como signo de lealtad, llevaban consigo determinados privilegios; pero si era por castigo, vivían en condición de menospreciados. 3) Los "yanacunas", que algunos los consideran como esclavos. Investigaciones recientes demuestran, sin embargo, que existía una gama bastante compleja bajo esta denominación: mientras unos eran siervos, otros eran funcionarios del Estado o curacas directamente designados por el Inca. Pero, también existían quienes eran tratados como esclavos: era un sector de la población desarraigado de sus comunidades o sus tierras y puesto al servicio del Estado.

Dentro del incanato, la mujer tuvo un trato complejo. En sus respectivas clases, ya sea en la nobleza o en el pueblo, tenía una importante participación, y aún subsistían los signos de la sociedad matriarcal. Pero, las mujeres del pueblo, cuando eran puestas a disposición de la nobleza, carecían de toda clase de derechos. Ademas, de acuerdo a las descripciones de Huaman Poma de Ayala, la religión discriminaba fuertemente a la mujer.

La conquista inca usó la diplomacia bajo presión militar o la fuerza de las armas directamente. En ambos casos, era acompañada de planteamientos de "reciprocidad" entre las castas dominantes. Pero, cualquier intento de rebelión era sangrientamente reprimido, razón por la cual el grueso de luchas que sacudieron el Tawantinsuyo fueron por la autonomía Étnica. En esta pugna, el papel mas avanzado le correspondió a los incas, cuya acción, consciente o inconscientemente, marchaba hacia la conformación de la nacionalidad indígena, inca. En ese sentido, su expansión no sólo fue una conquista, sino, también, un proceso integrador.

Conforme incrementa su poderío, la nobleza quechua también multiplicó sus riquezas. Ya desde comienzos de su expansión, introdujo la posesión individual de la tierra, cuando Pachacútec desaloja a las otras etnias del valle de Cuzco, repartió sus tierras entre las 10 panacas reales de los incas. Posteriormente, al asumir el mando, cada inca se fue apropiando de nuevas tierras y obsequió otras tantas a sus jefes militares y nobles favoritos, con lo cual apareció la propiedad privada individual, que no se generalizó. La apropiación de estas enormes riquezas también tuvo efectos negativos, pues fue transformando en parasitaria a una parte de la nobleza e incrementó las pugnas que siempre existieron entre las panacas. Es por eso que, a la muerte de Huayna Cápac, esta pugna devino en guerra civil entre las dos panacas cuzqueñas: la de Huáscar, que pertenecía al Hurin Cuzco; y la de Atawalpa, que era del Hanan Cuzco. Los cronistas españoles deformaron el contenido e dicha confrontación y la historia oficial ha continuado presentándola como un conflicto norte-sur, ocultando hechos y denunciando que, por ejemplo, fue Atalaya quien arrasó e incendió Tumipampa por su lealtad con Huáscar, o que este último asesinó a gran parte de la nobleza cuzqueña por su identificación con Atawallpa.

LA CONQUISTA ESPAÑOLA Y LA GUERRA DE RESISTENCIA

Pizarro y sus hombres aprovecharon al máximo esta crisis y ofrecieron restablecer la autonomía de los señoríos regionales. Con ello, buscaron aislar a los defensores del Tawantinsuyo. Y aún dentro de la nobleza inca, una parte importante prefirió apoyar a los conquistadores y seguir gozando de sus privilegios, que emprender el duro camino de la defensa de la patria. A pesar de estos hechos, los españoles solo pudieron imponerse después de varias décadas. En la heroica guerra de resistencia que libro nuestro pueblo pueden distinguirse las siguientes etapas:

Asesinado Manco Inca por un agente español, la dirección de la lucha pasó a manos de Sayri Túpac. Esta recayó después en Titu Cusi Yupanqui y, a la muerte de éste, en Túpac Amaru I. Sólo en 1572, después de 42 años de guerra contra los defensores del Tawantinsuyo, los españoles pudieron tomar la última capital de los incas, luego de una batalla en la que murieron casi todos los defensores. Posteriormente, Túpac Amaru I fue descuartizado por los españoles en la Plaza de Armas del Cuzco, en un intento de conjurar futuras rebeliones. Pero, a través del Inkari, el pueblo lo eternizó en su memoria: es el mito que nos habla del inca descuartizado y cuyos miembros han sido diseminados por el territorio de la patria, pero que camina de regreso al Cuzco para unirse a su pueblo y volver a encabezar la rebelión. Por ello, para nuestro pueblo Túpac Amaru I siempre fue el último inca, y no Atawalpa, como afirma la historia oficial.

La razón de la victoria de los españoles no sólo radicó en el adelanto de su técnica y el arte militar, sino, sobre todo, en la falta de una visión clara en el conjunto de la clase dominante del Perú de ese entonces, y también la abierta traición de gran parte de la misma que, lejos de optar por la resistencia, prefirieron someterse al opresor. Con la derrota de la guerra de resistencia contra los conquistadores, se truncó para siempre la posibilidad de la constitución de la nacionalidad inca.

EL FEUDALISMO COLONIAL

Con la instauración del Virreinato, los españoles impusieron el feudalismo colonial con fuertes rasgos esclavista, pero sin conseguir eliminar las costumbres económica colectivistas de nuestro pueblo, sobre todo del que se concentró en los Andes. Desde entonces, la formación económico-social del Perú adquirió gran complejidad.

El eje del modo de producción colonial fue el saqueo de nuestra riqueza bajo un sistema de explotación genocida. Se conoce que de los 16 millones de habitantes que vivían en el Perú cuando llegaron los españoles, sólo quedaron un millón y medio en el momento de la Independencia. Y es que los españoles no conquistaron a los incas para trabajar las tierras, sino para enriquecieres fácilmente, tanto a costa de la mano de obra de los indígenas como de la succión de nuestras riquezas naturales. Poseían un espíritu rentista y consideraban que el trabajo era algo indigno. Sobre la base de! trabajo gratuito y servil y el tributo que arrancaban a los indígenas, su aspiración era ascender en la escala señorial del feudalismo español. Si bien por el carácter de rapiña, hubo un fuerte peso de la economía en el comercio, la explotación de minas y los obrajes, que combinaban formas semiesclavistas con el mercantilismo, su objetivo no fue, sin embargo, la acumulación de capital para ser invertido en los sectores modernos de la economía, sino la adquisición de tierras, que era concebida como un signo de distinción y ascenso social.

Sin embargo, ese poder feudal carecía de posibilidades de desarrollo, no sólo por el carácter parasitario de quienes lo encabezaban, sino, además, porque encontró en la corona española el poder que los limitaba. Los encomenderos, los corregidores o los hacendados sólo podían ampliar sus dominios a costa de los indios y con cl permiso de la corona española. De ahí que su enriquecimiento se encontrara sujeto a sacar lo máximo del indio y entregar lo menos posible a la metrópoli.

En la pirámide de clases del Virreinato del Perú, la cima la ocupaban los españoles (autoridades políticas, militares y religiosas; los encomenderos; los corregidores: los hacendados y los comerciantes). Luego venían los criollos (hacendados, comerciantes, funcionarios y militares de segunda categoría), que heredaron de sus padres el espíritu aristocrático y el rechazo por la raza y cl pasado de nuestro pueblo: se lamentaban del hecho de haber nacido en el Perú, disputaban a los peninsulares su fidelidad a la corona, tomaban como insulto el término "criollo" y se auto denominaban "españoles americanos". Sólo una pequeña fracción, de posición media y provinciana, asumió posiciones avanzadas y, realmente muy pocos, lucharon por la independencia.

Los curacas indígenas se articularon al coloniaje y fueron los encargados de hacer cumplir las cargas sobre el pueblo: tributos, cupos de mita, etc. Eran odiados por el pueblo indio. Pero, es importante anotar que, a pesar de eso, el indio jamás acepto la relación directa con el español. El curaca era el intermediario. Esta circunstancia prolongó su comportamiento dual: si bien la mayoría siempre sirvió a los opresores europeos, también hubo de aquellos que optaron por asumir los reclamos de su pueblo.

Los mestizos ocupaban un rol social de acuerdo a su origen: si eran pobres, los trataban como a indios, pero el poder económico les permitía "blanquearse" para buscar el trato de criollos.

Los esclavos negros trabajaron en la servidumbre personal y en las plantaciones costeñas en condiciones infrahumanas. Desarrollaron heroicas luchas llegando incluso a constituir, en las etapas finales del coloniaje, aldeas liberadas (palenques) de negros huidos (cimarrones).

En la base de toda la pirámide social estaba el indio, sobre cuyos hombros descansó toda la economía colonial; sea como tributario, siervo o esclavo. Trabajaron en peores condiciones que los esclavos negros y millones dejaron sus huesos en caminos, minas, obrajes, haciendas, etc.

Luego de la derrota de Vilcabamba, la resistencia adquirió formas múltiples. Muchas fueron las rebeliones

locales, empujadas por la desesperación y la defensa de la raza y costumbres. Conforme pasa el tiempo y se escarba en la historia, nuevas rebeliones se descubren.

Otra resistencia heroica y sangrienta fue la de los pueblos selváticos contra las denominadas "misiones" que, no fueron sino, el pretexto para desatar la conquista de nuevas fuentes de riqueza o mano de obra y justificar la eliminación de nuestras culturas Esta resistencia nunca fue vencida ni aplastada; estos pueblos, para defender su cultura frente al conquistador armado de la cruz y la espada se adentraron cada vez más en la selva.

Otra faceta de la resistencia fue la defensa de la raza, la identidad y las costumbres colectivistas. Para ello, optaron taron por la marcha hacia las zonas más altas de la sierra, allí donde el español no pudiera o se le hiciera difícil llegar. Sucede que la crueldad del coloniaje fue modificando la imagen negativa del Tawantinsuyo que tenían algunos sectores de la población indígena, transformándola en benévola y justa. A este cambio de imagen contribuyeron los "Comentario reales" de Garcilazo los cuales, si bien fueron escritos para glorificar a la clase dominante lnca también tuvo ese efecto positivo, permitiendo nuevas bases para la Identidad Nacional, la misma que dejó de ser sólo un Proyecto Nacional Inca para convertirse en indígena, base fundamental para que la Lucha Armada de Liberación adquiriese dimensiones revolucionarias.

La explotación del Perú y América sólo sirvió al derroche de la nobleza peninsular y no para el desarrollo de España Dicha riqueza fue usada para adquirir todos los productos que necesitaban en Inglaterra, Holanda, Francia, etc. La riqueza producida con sudor y sangre del indio peruano y el negro esclavo se convirtió en uno de los pilares de la Acumulación Originaria que permitió a Europa realizar la Revolución Industrial. Así, el viejo continente tiene una enorme deuda pendiente con nosotros.

LA GUERRA DE LIBERACIÓN SE REINICIA

España se atrasó con relación al desarrollo capitalista de Europa. El feudalismo mostraba ya los signos de la crisis, la producción peninsular no satisfacía las necesidades de la colonia y la riqueza se reducía como resultado del saqueo indiscriminado mientras las necesidades de la nobleza crecían, las exigencias de la corona y las medidas represivas para asegurar su dominio crecieron, agudizándose con ello las contradicciones del sistema

Por otro lado, el nuevo nacionalismo había calado en sectores de los indios nobles, así como entre los mestizos y algunos criollos ilustrados que bebían de las fuentes más avanzadas del pensamiento revolucionario burgués. Esto dio un nuevo contenido y proyección a la resistencia que se convirtió en guerra de liberación.

Primero fueron los reclamos legales, que llegaron a las manos del propio rey español, motivo por el cual fueron asesinados el curaca Chimú y Calixto Túpac Inca.

Por los años 1730, la lucha da un salto cualitativo cuando en Chuquisaca, Huánuco y otros sitios se producen rebeliones que proclaman la vuelta al Incanato.

La lucha armada da un salto cualitativo en 1742 cuando en el oriente se alza JUAN SANTOS ATAWALLPA. Poseía una sólida formación política, cultural y militar adquirida, en gran parte, en sus recorridos por los cinco continentes en su condición de monje jesuita. Juan Santos, asumiendo las banderas de la independencia, marchó a la selva donde se dedicó a un ardoroso trabajo de organizar la lucha armada. Para ello se proclama INCA y constituye grupos conspirativos de 10 personas separadas unas de otras (comparimentadas). En 1742 inicia sus acciones pero se mantiene aún oculto apareciendo mientras tanto, Ignacio Torote como el jefe. Cuando la rebelión se consolida liberando enormes extensiones de territorio en el Centro y Nor­oriente, asume públicamente la conducción. Con Juan Santos, la lucha deja de ser una simple rebelión, él proclama coherentemente la necesidad del nacionalismo indígena, el restablecimiento del Imperio Inca, la expulsión de los españoles, la devolución de la tierra a las comunidades indígenas, plantea una religión que sea resultado del cristianismo y la visión religiosa indígena.

Su combate liberador se mantiene victorioso hasta los años de 1760, año en que desaparece en forma aún desconocida.

LA REVOLUCIÓN DE TÚPAC AMARU II

Este ascenso de la lucha nacional indígena alcanzó su punto más alto con el levantamiento de JOSE GABRIEL CONDORCANQUI NOGUERA "TÚPAC AMARU II". Esta rebelión, iniciada el 4 de noviembre de 1780 con la captura y ejecución del cruel corregidor Arriaga, llegó a su punto más alto con el asedio del Cuzco.

Posteriormente, la lucha fue continuada por Diego Cristóbal, Pedro Vilcapaza y los Katari que llegaron a tomar Puno y La Paz, radicalizando cl contenido programático de la revolución. La Revolución Tupacamarista se expandió por el Perú y Bolivia y llegó hasta el norte chileno y argentino, teniendo influencia en Colombia con la llamada Revolución de los Comuneros del Rosario, encabezada por el mestizo José Antonio Galán y el cacique Zape Zipa, que proclamó a Túpac Amaru "Inca de América". Alcanzó, de esta manera, una proyección continental.

Túpac Amaru fue asesinado junto a su inolvidable compañera Micaela Bastidas, quien alguna vez expresara: "Por la libertad de mi pueblo he renunciado a todo. No veré florecer a mis hijos...". La participación revolucionaria de la mujer peruana tiene en esta gesta, también, a Tomasa Titu Condemayta y Bartolina Cisa, como dignos ejemplos.

Pero, la revolución de Túpac Amaru trasciende los siglos por su programa. Para nosotros, ser revolucionarios, significa luchar por la Liberación Nacional y asumir las posiciones de la clase revolucionaria de su época. Espartaco que luchó contra la esclavitud, no levantó las mismas banderas revolucionarias de hoy, pero expresaba lo más avanzado de su época. Por eso, los comunistas alemanes asumieron su nombre.

Túpac Amaru levantó lo más avanzado de América en la lucha anticolonial Representó la conciencia nacional indígena que perseguía la libertad de la patria bajo la hegemonía indígena, pero que también buscaba integrar bajo ese manto, a las demás razas etnias y nacionalidades. El proclamarse Inca reivindicaba el pasado indígena y su radical decisión de lucha contra la dominación colonial. No debemos olvidar que entonces el significado de Inca equivalía a "padre", "fundador", "conductor", y el Tawantinsuyo era presentado como un imperio justo e igualitario. Tanto el reparto de estampas con su imagen reivindicando su título, como la proclama de independencia redactada de puño y letra y hallada en su bolsillo, ratifican su total vocación libertaria. Defendió la igualdad de las razas, y convocó a los criollos, mestizos y negros a la revolución. Fue un gesto simbólico la decisión que fuera el Negro Oblitas quien ejecutara al corregidor Arriaga.

En lo económico, además de proclamar la desaparición de los tributos coloniales, proclamó la abolición de la esclavitud, la mita como sistema de sojuzgamiento indígena, y los obrajes; y llamó a repartir las tierras de los españoles entre todos aquellos que se alzaran contra la dominación hispana.

José Gabriel asumió las banderas de la revolución francesa. La derrota de la revolución impidió saber cuál hubiera sido su forma de gobierno, sin embargo, algo se puede deducir. La designación de sus jefes militares combinó nobles indios con la capacidad de otros como los Katari o Pedro Vilcapaza, que además representaron el sector más radical.

La crueldad y el ensañamiento de los colonialistas, el "olvido" posterior de la oligarquía y su conversión posterior a simple "precursor", rebela el odio histórico que generó la revolución Tupacamarista en las clases dominantes. En el Virreynato del Plata usaron el término "tupamaro" para designar a todo revoltoso. Esa tradición fue recogida por los revolucionarios uruguayos, para reiniciar la lucha armada.

Ningún movimiento independentista de América asumió banderas tan radicales, Túpac Amaru expresó lo más avanzando de la lucha anticolonial en todo el continente. Túpac Amaru expresa la esperanza frustrada, hasta hoy, de nuestro pueblo. Túpac Amaru es el padre de nuestra rebeldía y nuestra nacionalidad. Por eso, recogemos su nombre para llevarlo hasta las últimas consecuencias.

La razón de la derrota fue su debilidad clasista. Los curacas patriotas sólo eran un puñado, mientras la mayoría de la aristocracia indígena estuvo al lado de los españoles; los criollos, algunos de los cuales simpatizaron en la etapa de preparación, abandonaron el proyecto por su base social indígena, su método insurreccional y su contenido revolucionario. Faltó, asimismo preparación político­militar a la rebelión; y a ello se agregaron los errores militares tácticos: la indecisión de tomar Cuzco y aniquilar a los curacas colonialistas, no pasar a tiempo a las formas irregulares de guerra, la falta de cuidado más firme en la conducción revolucionaria, etc.

La derrota de la Revolución de Túpac Amaru liquidó las posibilidades históricas del proyecto nacional indígena.

La lucha fue continuada durante varios decenios en forma bastante dispersa, hasta que algunos criollos asumieron banderas patrióticas aliadas a jefes indígenas como Aguilar y Ubalde, Francisco de Zela, Enrique Paillardelli, los hermanos Ángulo, el Cura Muñecas o los alcaldes indios de Huánuco.

En esta larga guerra, cayeron lodos los jefes revolucionarios de nuestra patria, pero la llama rebelde de nuestro pueblo no se apagó: un poderoso movimiento guerrillero se expandió por todo el país (50 son conocidos en la etapa definitoria de la independencia). Este proceso de acumulación seguramente hubiera conducido a un nuevo salto de una guerra revolucionaria más expandida y fuerte. Ese proceso fue acelerado por la llegada de las expediciones emancipadoras del Sur y Norte, pero, en lo social y político, garantizaron el orden contrarrevolucionaria.

LA INDEPENDENCIA POLÍTICA

Los criollo peruanos fueron el sector más reaccionario de América La enorme riqueza del país permitió gran opulencia a estos criollo que, gracias a ese poderío, pudieron reforzar más sus vínculos de sangre.

La derrota, pero no aniquilamiento, de la raza india les permitió contar con mano de obra gratuita Los criollos, como sus padres, no tuvieron necesidad de vincularse directamente a la producción, lo que reforzó su esencia aristocrática y rentista. La identidad de este sujeto con su pasado indio, llevó al criollo a menospreciar ya no sólo al indio sino, también, el pasado milenario. El criollo se sentía disminuido por haber nacido aquí y por eso, disputaba su esencia española. La Iglesia reforzó esta deformación.

Aquí los criollos tuvieron más participación del coloniaje que en otros puntos de América. Desde el Virreynato del Perú salieron las expediciones restauradoras para aplastar los movimientos independentistas de otras partes de Sudamérica. El Perú era el país más rico del continente. Por algo, se decía para indicar signo de riqueza y poder: "Vale un Perú".

La independencia había triunfado en los demás países sudamericanos bajo la conducción de los criollos, y la mantención del coloniaje en el Perú significaba un grave peligro: había que lograr su expulsión, pero evitar que cayera bajo el mando de los indios y criollos patriotas, cuyo radicalismo era conocido y se podía convertir en ejemplo para los explotados del continente. Había que garantizar, entonces, también la estabilidad de las estructuras imperantes.

San Martín tuvo la oportunidad de aplastar a los españoles apoyándose en las guerrillas, como aconsejaban Alvarez de Arenales y el almirante Cochrane. Pero, no lo hizo, y al no encontrar apoyo sólido en los criollos y fracasado su proyecto monarquista que quería subsanar esa debilidad, optó por la retirada. A su salida, se hizo pública la traición de los criollos y hubo que llamar a Bolívar, quien, para construir un ejercito, tuvo que trasladarse a Huaráz y conformarlo con guerrilleros y montoneros pero se cuidó que sólo ocuparan la categoría de clases y soldados; como oficiales estaban los recién pasados del bando realista y los venidos de otros puntos de América.

Papel decisivo para aplastar el coloniaje lo puso la guerrilla, que no dejó de hostigar, un solo instante, a los realistas, que, para descansar, tenían que rodear con tropas leales a sus propios soldados para evitar deserciones en masa.

El triunfo no dependió, esencialmente, de la habilidad de los mandos patrióticos. Es conocido ya que la independencia fue, también, resultado de la crisis de España. Crisis ya no sólo de la estructura feudal, sino que, incluso, estaba impedido de apoyar suficientemente a sus colonias, luego del aniquilamiento de su escuadra en la batalla de Trafalgar. Pero, sus generales eran los mismos que habían combatido y derrotado a Napoleón para devolver la independencia a España, y no se podía dudar de su capacidad. En algunos casos, sus posiciones eran socialmente más avanzadas que las de los criollos, que eran partidarios de los esquemas políticos más reaccionarios.

Fueron los guerrilleros peruanos los que definieron la victoria. En Junín, cuando los criollos ya habían perdido la llamada "Batalla de los sables irrumpieron con furia los "Húsares del Perú", escuadrón guerrillero fundado por el sacerdote y teniente coronel de guerrillas José Félix Aldao. En Ayacucho, los experimentados generales españoles ocuparon las alturas y rechazaron los avances de la caballería patriota. Fue entones que, por las faldas de los cerros aparecieron los guerrilleros comandados por el jefe iqueño Marcelino Carreño y quebraron al ejército español, como lo afirma el general español Monet en su informe de la derrota al rey. Sólo entonces pudo

avanzar el ejército patriota. Sin embargo, Sucre en su parte de batalla ni siquiera menciona al gran jefe guerrillero que murió en la acción.

En la firma de la Capitulación de Ayacucho se otorgaron muchas concesiones a los españoles: pago por sus propiedades si se iban, pago de su traslado a España y sueldos atrasados; intangibilidad de sus puestos y propiedades, si se quedaban; no ser molestados por sus actividades anteriores; y, por si fuera poco, reconocimiento de la deuda española adquirida en territorio peruano es decir aquello con lo que mataron millones de peruanos. Todo a cambio de la rendición en todo el territorio del país, que no fue cumplida pues ni Olañeta, ni Rodil lo hicieron en el Alto Perú y El Callao. Una victoria conseguida con ríos de sangre de nuestro pueblo, fue convertida en derrota política en manos de los criollos a los cuales nada les había costado.

A ningún pueblo de América le costó tanto su independencia más de 100 años de guerra y un mar de sangre de sus mejores hijos. La muerte de los conductores revolucionarios, puso la victoria en manos de quienes la habían combatido y sólo se pasaron al bando republicano cuando el ingreso de los ejércitos del sur y el norte lo hacía inevitable y había que conservar el poder para mantener las viejas estructuras injustas y de explotación sobre el pueblo indio.

DE LA ANARQUÍA AL ESTADO ARISTOCRÁTICO

Los criollos no fueron capaces de reemplazar de inmediato el Estado colonial. El país se hundió en la anarquía y la permanente guerra civil entre los caudillos. En tanto, las características feudales se acentuaban las tierras de la corona fueron repartidas entre supuestos "acreedores" de la independencia o supuestos vencedores de la misma, y el despojo de los indios se acentuó más.

Dentro de la anarquía, se distinguieron dos sectores: el de los conservadores, basado en mercenarios pero que dominaban la economía; los reformistas (liberales), que se apoyaban en el pueblo. Muchos caudillos oscilaban entre ambos sectores de acuerdo a las posibilidad de victoria.

Viendo el carácter profundamente reaccionario de la oligarquía peruana y teniendo al mismo tiempo su fortaleza Bolívar buscó debilitarlo. Para ello desmembró el territorio peruano: primero fue Guayaquil, que había proclamado su independencia y su decisión de integrar el Perú, pero, luego de cambiar la Junta Revolucionaria, lo incorporó a la Gran Colombia, y posteriormente los patriotas ecuatorianos proclamaron su autonomía; luego, fue la separación del Alto Perú (Bolivia), forzando argumentos. Un sector visionario luchó por reconstruir la unidad territorial de la nación constituyendo la CONFEDERACIÓN PERU­BOLIVIANA, pero la oligarquía peruana, encabezada por Agustín Gamarra, La Puerte y Castilla, y junto al ejército enviado por la oligarquía chilena, frustró esa necesidad histórica. Después de esta derrota, en la Constitución de Huancayo no sólo se profundizaron las características feudales, sino que restableció plenamente es esclavismo.

El pueblo en esta etapa, fue engañado por los diferentes caudillos. Mientras tanto, los capitales imperialistas se iban apoderando de los resortes fundamentales de la economía. Por 1830, el naciente imperio inglés tenía la mayor parte de nuestra deuda externa y más del 50% del comercio exterior y el comercio interior al por mayor.

La aparición del guano generó una gran cantidad de riqueza, que alcanzaba para el reparto. En las clases dominantes, se acabaron las pugnas militares y se fortalecieron, entonces, con el primer gobierno de Castilla.

En Europa y EE.UU., el agro estaba completamente desfasado del desarrollo industrial, y el guano peruano le permitió el salto capitalista.

A pesar de los precios que pagaron, fue enorme la riqueza que ingresó por el guano, y bien pudo servir para el desarrollo económico e industrial, pero fue derrochada de la siguiente manera:

1) Pago de deudas originadas en la Independencia. Los que nos "ayudaron", cobraron caro su apoyo. Otras fueron las deudas que jamás nadie pudo explicar cómo surgieron, como la pagada a EE.UU. por "servicios para la Independencia", o deudas ajenas, como la española adquirida por la "Capitulación de Ayacucho" y la chilena a Inglaterra por el Tratado de Ancón.

2) Compra de armas obsoletas, para ufanar el orgullo oligárquico como el mejor de América, pero que, a los pocos años, eran inservibles.

3) Contratos entreguistas y fraudulentos, como el contrato Dreyfus.

4) Dilapidada por la oligarquía que quiso competir con el esplendor ya pasado de la nobleza europea, con importaciones suntuarias.

5) Construcción de redes ferroviarias que iban de los centros de materias primas a los puertos, para facilitar el saqueo de nuestra economía (Puno-Mollendo, para la lana; Arica­Tarapacá para salitre; Oroya­Callao, para minerales; Cañete­Cerro Azul, para algodón, la de las haciendas azucareras; etc.). Ni uno solo de estos fue para la integración nacional.

6) Formación de una oligarquía financiera especulativa,

Esta oportunidad perdida, pinta con claridad, la carencia de sentido histórico y proyección de la oligarquía, que devino entonces en agroexportadora.

JUAN BUSTAMANTE O "TÚPAC AMARU III"

El pueblo, que anteriormente había sido dividido para apoyar a los caudillos, fue asumiendo sus propias banderas.

Negros, indios y braceros en las haciendas costeras se rebelaron constantemente, generando así, la base para que los liberales declararan la guerra civil a Echenique (compadre de Castilla y designado por él) y cuando éstos ya vencían, Castilla se sumó a ella en típica actitud oportunista, que fue su eterna característica, y proclamó la abolición de la esclavitud. Cuando llegó al gobierno, pagó por los esclavos 10 millones de pesos de oro y, en las haciendas los dejó en calidad de braceros.

Para reemplazar la falta de mano de obra, importó a los coolies, que sufrieron una explotación inhumana y protagonizaron un sinnúmero de rebeliones entre las que destacan las de Pativilca Sayán y Cañete.

Esta lucha adquiere nuevamente una dimensión de lucha por el poder en 1867. Los indios de Puno, y particularmente de Huancané, tras un breve periodo de preparación, toman las armas encabezados por Juan Bustamante quien anteriormente fuera prefecto y diputado de la República, pero que estaba totalmente identificado con la causa indígena. De él dirá Basadre que fue "el primer peruano que viajó dos veces por el mundo" y que "fue político limpio y defensor tesonero y abnegado de los indios". La rebelión fue ahogada por una división del ejército peruano que siendo insuficiente, pidió refuerzos al ejército boliviano, que envió otro ejército al mando de un general. Juan Bustamante, que al momento de iniciar la rebelión asumió el nombre de "Túpac Amaru III", fue asesinado en Pusi.

Pronto decayó el precio del guano y se fue agotando por su explotación irracional. Se buscó reemplazarlo por el salitre.

La oligarquía, en un afán de conservar la fuente de sus ganancias, nacionalizó las salitreras, entrando en abierto conflicto con el imperialismo inglés, interesado en las minas.

Las arcas del Estado quedaron vacías. Contratos entreguistas y fraudulentos, como el realizado con Dreyfus sólo ahondaron más la crisis. En estas condiciones, los bancos consumaron una de las estafas más escandalosas, emitiendo billetes sin fondo y sin control, que después el Estado tendría que asumir con sus escasos recursos; corría 1876.

LA GUERRA DEL PACIFICO

El imperialismo inglés alentó al espíritu expansionista de la oligarquía chilena, la armó y la lanzó contra el Perú. Conociendo la extrema debilidad de nuestra economía, para asegurar la victoria, embargó propiedades y envíos, y paralizó contratos de armas ya canceladas, bajo el pretexto del no pago de la deuda. Inglaterra preparó todo el terreno para la derrota del Perú.

La oligarquía, antes ni durante la guerra, demostró decisión ni capacidad para defender el país. Cuando comenzaba la guerra, el Ministro de Hacienda propuso un impuesto único del 2% para financiar los gastos de la guerra, y los ricos del país armaron el escándalo y lo bloquearon. Los indios eran los únicos que, casi durante todo el siglo pasado, tributaban. Por eso, la guerra tuvo que hacerse con "donaciones". El cuadro fue completado por la cobardía el espíritu de grupo y la traición. El ejército Peruano fue aniquilado, finalmente, en la batalla del Alto de la Alianza. Pocos son los hombres de origen oligárquico que se alzaron a la altura de la patria; entre ellos destaca nítidamente Miguel Grau. La guerra tenía un sentido nacional y justo para el Perú, ya que defendía su territorio ante la voracidad imperialista que había armado y empujado a Chile. Pero, el grado de opresión y la carencia de sentido nacional de las clases dominantes, más la estructura feudal y la existencia de dos países: el oficial y el profundo, impidieron al pueblo ver con claridad este carácter: no entendía por qué tenía que marchar contra Chile para defender a quienes los venían matando a diario.

Hubo el enemigo de hollar nuestro suelo, pisotear nuestros hogares, para demostrar claramente este carácter. Entonces, se inició otra etapa de la guerra, la de la Resistencia Popular, que tuvo su bautismo de fuego en Arica, donde pelearon todos los que estaban dispuestos a defender la patria hasta el final, encabezados por Francisco Bolognesi, de quien dirá Sáenz Peña (sobreviviente de Arica, argentino) que no debería ser patrón de la infantería, sino de las milicias. Pero, la etapa heroica de la guerra la constituiría la Campaña de la Breña.

Luego de la batalla de Lima donde se mezclaron la incapacidad, el egoísmo y la cobardía de las clases dominantes con la valentía y el patriotismo del pueblo. Cáceres marchó hacia la sierra, junto con otros oficiales patriotas, como Leoncio Prado, patriota internacionalista que estando combatiendo por la liberación de Cuba volvió para defender la patria, y preso consigue la libertad y marcha a la sierra a seguir la guerra. Cáceres, si bien era terrateniente serrano, entendió el carácter de la guerra, recogió algunas aspiraciones y costumbres de guerra del campesinado y construyó un ejército popular. Cáceres se convirtió en el más grande genio militar de la lucha guerrillera.

El pueblo en armas enfrentó victoriosamente al invasor y sólo conoció la derrota en Huamachuco, donde fue asesinado Leoncio Prado y repasado miles de patriotas, debido a que se acabaron las municiones. Mientras esto ocurría con los patriotas; la oligarquía y generales traidores entregaban al ejército chileno todo el arsenal intacto de Arequipa y por si eso no fuese suficiente unió su ejército al del enemigo y en Huamachuco combatieron juntos con el invasor a los patriotas. La oligarquía firmó una paz traidora. Después del Tratado de Ancón, Cáceres tenía dos caminos: continuar la guerra, que significaba transformarla en guerra contra la oligarquía, guerra por la tierra, guerra revolucionaria; o aceptar la capitulación. No aceptó el tratado, pero no continuó la guerra, lo cual significaba aceptarlo de mala gana. Para ello tuvo que fusilar a algunos lugartenientes, como el general indio campesino Laynes, que querían continuarla, transformándola. Luego de la salida del invasor, Cáceres se rebeló contra Iglesias el traidor, pero el tratado quedó allí.

LA "RECONSTRUCCIÓN" REFORZÓ LA DOMINACIÓN

El imperialismo inglés ganó por partida doble. En Chile las minas de salitre le fueron entregadas; y en el Perú obtuvo la entrega total del país de manos de quien más había resistido militarmente: Andrés Avelino Cáceres.

Incapaz de pagar la deuda externa entregó a perpetuidad los principales resortes de la economía con las mejores tierras, la Compañía de Vapores, Puertos y Aduanas, los ferrocarriles. Sólo después de 100 años, con Velasco Alvarado revertieron. Se le abrió las puertas para sus "inversiones", con el cual ingresó el capitalismo no en confrontación con el feudalismo si no en alianza con él y como prolongación del poder extranjero, dando nacimiento a un sistema de enclaves.

La oligarquía aristocrática aumentó su poder y alentó nuevos repartos de tierra despojando a las comunidades para pagar por los "servicios a la Patria" a quienes le habían vendido así como también nuevos impuestos y obligaciones al indio. El encargado de defender esa santa alianza a sangre y fuego era el Estado. El Perú producía lo que el imperialismo quería alimentos, materia prima, etc.

ATUSPARIA Y EL "COMUNISMO MONÁRQUICO"

En la "reconstrucción" económica el peso lo cargó nuevamente el pueblo indio. Los campesinos de Ancash dirán, entonces, de su situación:

"...Prefecto hacernos trabajar, como asnos, sin darnos comida siquiera, haciendo cementerio, cuartel, empedrado calles y levantando torre iglesia mayor ..

¡Maldecida torre! ha de rajarse y caer sobre curas ladrones. Todos son trabajos "de la República" para el pobre indio, limpiar caminos, trabajar en las chacras del cura y construir las casas del alcalde o del subprefecto.

Y como a cada rato cambian de autoridades, estamos construyendo gratis todas las casas de la ciudad.

Los sábados hay que llevarles "el presente" a las autoridades, una carga de leña, una docena de huevos, un par de cuyes, o una ovejita... y hasta los mismos hijos... y el que no lleva el presente se friega, porque en la primera que cae, lo juden...

Pobre indio, cuando toma una copita de Chacta... ¡Borrachera!. Al cuartel. A barrer la calle. A pagar la multa... Cuando se emborracha blanco...¡Huiracocha se divierte! Todos festejan sus gracias, y pegan al indio, cuando quiere protestar siquiera que se orinen en su oreja, o le monten la mujer... El indio es peor tratado que perro carachoso: todos le dan patadas... Cuando rezonga ¡Al cepo!... Cuando grita ¡Látigo! Cuando alza la mano contra el blanco !el fusilamiento!.

"...los gamonales nos han usurpado la tierra comunitaria... ¡y qué fácil es para los blancos hacerse dueños de nuestras propiedades! Emborrachan al más degenerado de la comunidad, le dan veinte soles y lo hacen firmar ante el Notario Publico, una escritura de venta de todo el ayllu. La firma de los testigos y "los arruego por no saber firmar" solo valen una botella de aguardiente... Con el documento, el gamonal se presenta ante el subprefecto diciendo: "Los indios de tal ayllu me han vendido sus tierras por la suma de 2,000 soles, como reza esta escritura. A los indios los he notificado que me reconozcan como patrón, y los muy truhanes se niegan a ello, alegan que no han hecho venta alguna... Como esto es una burla a la justicia, pido a Ud. señor subprefecto, me preste apoyo de la fuerza pública". Ya sabe Ud. que yo le pagaré sus molestias a razón de diez soles por gendarme... Los soldados se prestan a despojarnos de nuestro ayllu. Nosotros protestamos. Entonces relucen los sables y golpean. Los indios más bravos se enfurecen: con los arados se defienden... ¡Pobres de nosotros!... Los fusiles disparan, nos incendian las chozas, nos roban el ganado, violan nuestras mujeres, y prisioneros nos llevan a la ciudad, donde el hambre y la tortura nos hacen reconocer al gamonal como dueño del ayllu..."

"...Sufrimos muchas injusticias... Debemos levantarnos...

"Hasta los operarios libres están arruinados. Se les pagó su trabajo en billetes incas, para después decirles

"incas no valen, sino diez billetes por un sol de plata".

"...el impuesto personal es únicamente para los indios, los blancos no pagan; y ¿de dónde sacar dos soles, si sólo tenemos piojos?... Los patrones dicen: "Yo pago el impuesto por mis indios", pero por esos dos soles son dos años de esclavitud".

­"Habrá que robar ganado. Los indios de Recuay y de Vertientes se han dedicado al abigeato.

¡Que robar!... Lo que debemos hacer es sublevarnos. ¡Incendiar la ciudad! Matar a los blancos y recuperar los Ayllus"

Los jefes de la rebelión fueron Pedro Pablo Atusparia, alcalde indio de Huaraz; Pedro (Uchcu) Cochachin minero, ex­combatiente de la resistencia de la Breña; y Luis Felipe Montestruque, periodista, ex­suboficial del ejército de Cáceres. Alzados en armas, los campesinos derrotaron al ejército en siete batallas sucesivas ocupando Huaraz, Recuay, Caraz, Carhuaz, Yungay, y levantando a los campesinos del Callejón de Conchucos que, luego de ocupar varias ciudades, marchan también sobre el Callejón de Huaylas. El objetivo es llegar a la costa y a Lima, unirse a otros campesinos para hacer, como decía Luis Felipe Montestruque"un nuevo estado comunista-monárquico. Que insurreccionaría a todas las masas aborígenes de América, y se proclamaría la verdadera Independencia Americana".

Cuando la rebelión bajaba, el gobierno envió un poderoso ejército por mar y tierra. El mismo ejército que capituló sin combatir ante el invasor unos años atrás, los mismos generales que colaboraron con la ocupación, marcharon a asesinar miles de campesinos peruanos. Atusparia erróneamente designó a Mosquera prefecto de la zona sublevada, éste minó la moral de los alzados. El ejército sorprendió a los campesinos y tras varias batallas sangrientas, recuperó Huaraz, desatando una brutal carnicería los señores montados a caballo salían al campo a matar todo indio que encontraran. Uchcu Pedro continuó la guerra de guerrillas, pero fue capturado a traición y asesinado 5 meses después de iniciada la rebelión (Ernesto Reyna Revolución de Atusparia).

APARICION DE LA CLASE OBRERA

Nuestro pueblo resistió a la penetración del capital imperialista también en las ciudades. El punto más alto fue la rebelión de los artesanos de Lima.

Con la aparición del capitalismo, nace también la clase obrera, que aparece luchando. En 1903, plasma su primer paro en Lima; y en 1912, la huelga del Callao conquista, sólo para el puerto, las 8 horas, por primera vez en el país.

En esta etapa, en el mundo también ocurren nuevos acontecimientos: El capitalismo ha completado el desarrollo del imperialismo no hay nuevos territorios que repartir y se produce la crisis mundial del sistema, y se da inicio a la I Guerra Mundial para resolver esta crisis de superproducción y efectuar un nuevo reparto del mundo. En medio de esta guerra, el proletariado ruso, encabezado por su partido y Lenin, toman el poder. Por primera vez en la historia de la humanidad, los explotados comienzan a construir una sociedad acorde a sus intereses, y el ejemplo aviva los corazones del proletariado en todo el planeta. En América, la llama de la Revolución Mexicana se expande, y el ejemplo de los estudiante de Córdova y su Reforma Universitaria será continuado en otros países.

LA REBELION DE RUMI MAQUI

En 1912, las masas urbanas imponen a Billingurst, burgués progresista, en el gobierno, pero no fue capaz de llevar adelante ninguna reforma y su propio Parlamento llamó al golpe militar encabezado por Benavides, que dejó la posta al más conspicuo de los representantes de la oligarquía agroexportadora: Pardo.

El detonante lo constituyó el informe del mayor Teodomiro Gutiérrez. El había sido enviado por el propio presidente Billingurst a investigar las denuncias campesinas de Puno, por su conocimiento del tema, ya en 1907, siendo sub-prefecto de Huancayo, hablaba: "No cabe duda de que sin dilación alguna debe proveerse a la necesidad inaplazable de sacar a los pueblos indígenas de la situación en que se encuentran, que no puede ser más desgraciada y miserable"(Ernesto Reyna, La Revolución de Atusparia).

Llegando a Puno, recogió denuncias y elaboró un informe de 450 páginas con todos los abusos cometidos por los gamonales, el golpe hizo desaparecer tal informe y buscó liquidar a su autor. Perseguido, Teodomiro Gutiérrez regresó clandestinamente a Puno, con la clara idea de iniciar la lucha armada para liquidar tal situación.

Tenían un plan de largo aliento. Sin embargo, la falta de una organización revolucionaria, permitió que el gobierno detectara sus preparativos y enviara tropas. Luego de asumir el nombre de "Rumi Maqui" inició acciones repartiendo haciendas. El ejército descargó toda su furia. La falta de preparación fue mortal, el ejército sorprendió a los campesinos cuando éstos celebraban sus primeras victorias, desatando una masacre que horrorizó a quienes la describieron. Rumi Maqui huyó pero fue capturado en Mollendo, siendo probablemente asesinado extrajudicialmente, aún cuando hay quienes afirman que consiguió huir, dando nacimiento a un nuevo mito ya que los campesinos esperan su vuelta para encabezar su rebelión.

LA JORNADA DE LAS 8 HORAS

En 1919, la crisis se agudiza y el costo de vida se eleva enormemente. Mientras se agudizaba la explotación, la conciencia obrera había avanzado mucho bajo el impulso de los anarcosindicalistas, y se inició la lucha definitiva por las 8 horas.

El movimiento fue contundente. La policía, que tenia órdenes de reprimir a los trabajadores se sumó a la huelga. Leo Barba diría: "teníamos Lima en nuestras manos y no supimos que hacer" El gobierno promulgó las 8 horas. Los sindicatos fortalecidos unos meses después luchan por la rebaja de las subsistencias. Pero ya la burguesía aprendió; capturaron el mando de la huelga, las masas continuaron la lucha sin conducción, logrando un triunfo parcial: la libertad de los presos y promesa de solución del pliego. Augusto B. Leguía aprovechó la situación para dar el golpe.

Fue fundamental la contribución de los anarcosindicalistas en todo este desarrollo del proletariado. Ellos y anteriormente la prédica vigoroza de Manuel Gonzales Prada sentaron las bases de la independencia de clase de los trabajadores. Sin embargo, su carencia de programa alterativo al sistema demostró sus limitaciones cuando la crisis del capitalismo se evidenció, esto condujo a la crisis del anarcosindicalismo que dio paso al socialismo.

Entre 1919 y 1924 se produjeron numerosas rebeliones campesinas que luchaban por la tierra. Esa fue la base en la que se fortalecieron sus organizaciones en todo el país, basados sobre todo en comunidades y yanaconas. Esa también, fue la base donde nació el indigenismo moderno y la formación del Comité Proderecho Indígena Tawantinsuyo, que el gobierno de Leguía apoyó inicialmente, pero, cuando vio su verdadero contenido lo prohibió y persiguió.

LAS IDEAS DEL SOCIALISMO MADURAN

El imperialismo norteamericano desplazó al inglés luego de la I Guerra Mundial, y Leguía inicia el reacomodo de la oligarquía. Para ello, EE.UU. le brindó basto apoyo financiero para obras de construcción. Pero, esa modernización fue en convivencia con la feudalidad una vez más.

La penetración yanqui arruinó muchos pequeños y medianos propietarios para dar paso a las haciendas azucareras. Sectores de éstos asumieron posiciones progresistas junto con Haya de la Torre.

El programa inicial de 5 puntos del Apra era democrático y antiimperialista:

Por eso, muchos revolucionarios honestos abrazaron con pasión sus banderas y marcharon al martirologio traicionados y su memoria usada más tarde por la dirección para encubrir sus posiciones reaccionarias y entreguistas hacia el que viraron.

MARIATEGUI Y EL SOCIALISMO PERUANO

Con la experiencia el proletariado madura. José Carlos Mariátegui, antes de viajar a Europa tenía ya ideas socialistas, pero vuelto de allá, llega como marxista­leninista "convicto y confeso" y con la "declarada y enérgica ambición: la de concurrir a la creación al socialismo peruano". Su retorno acelera la fusión del proletariado con su ideología inicialmente, tanto apristas como comunistas marchan juntos pero el avance de la lucha de clases obliga al zanjamiento.

Cuenta Martínez de la Torre que, reunidos los elementos de mayor confianza el domingo 16 de setiembre de 1 928 acordamos organizar la Célula del Parido Comunista. Mariátegui no pudo, por motivos de salud. asistir a la reunión. R. Martínez de la Torre presentó por él sus puntos de vista. Consideramos que para poder utilizar ciertas posibilidades de Ilegalidad tendríamos que presentarnos en público con el rótulo de Partido Socialista, controlada y dirigida por esta célula secreta..."

Así se hizo. El domingo 7 de octubre, los mismos compañeros a los cuales se había agregado Luciano Castillo, Chávez León, Bernardo Regman, aprobamos la moción presentada por Mariátegui, relativo a la creación de un comité Organizador del Partido Socialista, que sería, no el partido del proletariado sino el de los obreros y campesinos".

Organiza también la Confederación General de Trabajadores del Perú y la Federación de Campesinos y Yanaconas del Perú.

Mariátegui libró tenaz lucha por la autonomía ideológica (marxista-leninista), política (partido de la clase obrera), programática (socialista) del proletariado. Mariátegui será enemigo declarado del dogmatismo. Dirá "no queremos, ciertamente, que el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heroica Tenemos que dar vida, con nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indo-americano. He aquí una misión digna para una nueva generación". En otros países semifeudales y semicoloniales los revolucionarios tenían una burguesía nacional aliada, muchos comunistas latinoamericanos trasladan mecánicamente esa tesis a América Latina. Mariátegui afirma la inexistencia de tal burguesía nacional, por carecer de sentido patriótico, y señala que la tarea es: "sin prescindir del empleo de ningún elemento de agitación antiimperialista, ni de ningún medio de movilización de los sectores sociales que eventualmente pueden concurrir a esa lucha, nuestra misión es explicar y demostrar a las masas que sólo la revolución socialista opondrá al avance del imperialismo una valla definitiva y verdadera". Y zanjando definitivamente con el Apra, agrega. "Somos antimperialistas porque somos marxistas, porque oponemos al capitalismo el socialismo como sistema antagónico, llamado a sucederlo". Es decir, Mariátegui concebía que la revolución encabezada por la clase obrera cumpliría las tareas democráticas y antiimperialistas en los marcos de la construcción del socialismo.

En varios puntos de nuestra realidad abre debate con los mismos dirigentes de la Internacional Comunista, frente a la tesis de las varias nacionalidades sostiene que marchamos hacia la formación de una sola identidad, incorporando al indio como factor fundamental de la revolución reivindicando sus banderas: la tierra y su milenario pasado.

Combatió sin piedad el oportunismo y el reformismo y la politiquería criolla, denunció la vocación electorera del Apra. Fue enemigo declarado del radicalismo alejado de las masas, defiende la combinación de todas las formas de lucha, pero teniendo una visión integral en la que solo las armas podían decidir que esas masas puedan tomar el poder. Exigió la más amplia unidad como garantía para el avance popular. La temprana muerte de Mariátegui afectó gravemente el curso de la lucha revolucionaria, era su papel fundamental por la juventud de la clase obrera. Mariátegui murió sin culminar su obra faltaba el diseño más preciso de la estrategia de poder y las características más concretas del Partido Revolucionario. Pero, sobre todo, faltaba culminar el proceso de formación del núcleo revolucionario que tuviera la conducción del Partido Comunista.

LA SITUACION REVOLUCIONARIA DE LOS AÑOS 30

La bolsa imperialista, que sólo subsistía con la especulación quebró y el apoyo imperialista se cortó bruscamente, produciéndose una grave crisis que se descargó sobre el pueblo, la crisis trajo también la inestabilidad política (18 movimientos golpistas entre 1930-1931) y el triunfo de Sánchez Cerro polarizó la lucha: defendía la viaja oligarquía y asumía el proyecto fascista emergente; muchos sectores del pueblo fueron confundidos inicialmente.

El pueblo mínimamente organizado y conciente, se lanzó a la lucha: los mineros del centro los campesinos del sur; tres paros semiinsurrecionales en Lima; soldados encabezados por el sargento Huapaya bases revolucionarias apristas en Trujillo, Huaraz, Ayacucho y Cajamarca Búfalo Barreto dirá la noche del levantamiento del 7 de julio de 1932: "Ha llegado la hora de los trabajadores.

Faltó dirección y centralización. La dirección de Apra traicionó sus propias bases; muerto Mariátegui, la dirección del PC abandonó el trabajo serio y revolucionario por la verborrea radical y sectaria. No hubo ninguna preparación militar. En 1934, clausuran San Marcos, el último bastión de la organización popular.

El movimiento popular fue derrotado totalmente. La CGTP destruida y el PC desorganizado. Las bases del APRA en la clandestinidad, serían espectadores del viraje abierto de su dirección, so pretexto de la "legalidad". El capitalismo se recuperó y el imperialismo yanqui se consolidó.

REORGANIZACION Y CONFUSIONES

El movimiento popular se recuperó lentamente bajo el auge antifascista Prado implementó un nuevo modelo, el de "sustitución de importaciones". Era más barato para el imperialismo producir en nuestros países los artículos de consumo inmediato y llevarse las ganancias. Además, eso daba la imagen de "industrialización" que mejoraría la fachada de sus cómplices.

El PC encontró, en el tibio antifascismo y el "industrialismo" del gobierno, la tan buscada "burguesía nacional" con el que debía hacerse un gobierno de "unidad nacional" y transitar pacíficamente al socialismo.

El Apra viró abiertamente en apoyo al imperialismo y la oligarquía, adscribiendo el panamericanismo y lanzando la consigna de "no quitar la riqueza a quien la tiene sino crearla para el que no la tiene".

El gobierno del Frente Democrático Nacional continuó el modelo, su antirracismo fue real pero magnificado. Lo conformaron el Partido Democrático (Bustamante y Rivero el mismo que escribió la proclama de Sánchez Cerro) el APRA, el PC y luego se incorporó la Unión Revolucionaria, que eran precisamente los fascistas peruanos. Pero inicialmente capitalizó el sentimiento antifascista de nuestro pueblo.

Las luchas populares se acentúan. Los campesinos combaten y llegan a constituir la Confederación de Campesinos del Perú; se reorganiza el sindicalismo centralizándose en la CTP que dirige el Paro Nacional de 1942, por las vacilaciones de los comunistas cae la dirección en manos del Apra que la condujo por el amarillaje sindical; las bases apristas se alzan nuevamente tomando parte de la escuadra, el cuartel Real Felipe y los Telégrafos, y otra vez traicionados por la dirección del APRA cuyo jefe llegó a calificarlos de "ratas".

El golpe de Odría intenta restablecer el poder de la vieja oligarquía. EE.UU. no lo reconoce durante dos años y termina con la capitulación del general que entrega Toquepala como signo de "buena voluntad". La estabilidad de Odría se basó en el terror, pero el combate popular, particularmente los dos levantamientos de Arequipa, lo obligó a convocar a elecciones.

LA CRISIS DE LA SEMIFEUDALIDAD Y LA HEGEMONIA DEL CAPITALISMO DEPENDIENTE

Las elecciones se hicieron con el preacuerdo de Odría, Prado y Haya de la Torre: el primero entregaría el poder al segundo y éste legalizaría al último. Fue la convivencia.

Se agudizó la crisis agraria disminuyendo sus producción y aumentando la importación de los alimentos; la distancia entre el campo y la ciudad se volvió abismal. La situación del campesino se hace insoportable e inmensos sectores migran hacia las ciudades.

En los años 60 la sustitución de importaciones permite que la industria supere al agro en la formación del Producto bruto interno, especial significado tiene la industria pesquera. Los sectores más empobrecidos del campesinado marchan a las ciudades pensando encontrar la solución. El campo comienza su desplazamiento, agudizando aún más la crisis.

Los que se quedaron inician por hacer la Reforma Agraria con sus propias manos. En Chepen, influyendo decisivamente en la formación del núcleo de Luis de la Puente, los comuneros de Rancas contra la Cerro en su apoyo marcha el brevísimo intento guerrillero encabezado por el subteniente Francisco Vallejos; en la Convención y Lares reparten las haciendas de los Romanville, allí jugó un papel destacado Hugo Blanco, pero sus propias concepciones impidieron dar continuidad guerrillera habiendo condiciones; el primer esfuerzo del ELN trataba de ir en su apoyo.

La burguesía intermediaria entró también al terreno de la política, constituyendo nuevos partidos: Acción Popular y la Democracia Cristiana, bien vistos también por EE.UU. en la necesidad de modernizar la economía peruana. La semifeudalidad no sólo es trabajo para el mercado sino caldo de cultivo para la revolución, por eso las FF.AA. apoyan esos nuevos partidos.

El triunfo de la Revolución Cubana cataliza el continente y particularmente el Perú. A una cuantas millas de los EE.UU., demuestra que es posible hacer la revolución, construir el socialismo y que para ello es necesario una vanguardia político militar capaz de dar una orientación y conducción estratégica victoriosa.

El Movimiento Comunista Internacional sufre por ese periodo una crisis que culmina un largo proceso de resquebrajamiento, por las posiciones pacificas que levanta el PCUS. Esta situación busca ser capitalizado por el PC Chino pero pronto queda al descubierto que su afán es de hegemonía nacionalista y para ello impone generalizar su experiencia. En el Perú el Partido Comunista se rompe en una ala pro­soviética y otra pro­china.

En este mismo periodo se produce el derrumbe definitivo del colonialismo, los pueblos de Africa especialmente (Argelia, Congo, Arabia) derrotan al imperialismo con las armas en la mano; en el Asia, Vietnam se alza como el ejemplo de como un pueblo pequeño puede vencer al imperialismo y sus conductores Iegan a los pueblos del mundo lecciones verdaderas que modifican los conceptos de la Guerra Revolucionaria del Pueblo.

Estos acontecimientos influyen en las masas urbanas permitiendo un salto en la izquierda Sectores que habían salido del PC dan nacimiento al Ejército de Liberación Nacional (ELN) que fracasa en su primor intento guerrillero muriendo Javier Heraud, Luis de la Puente encabeza una corriente en el Apra, que rompe formando el APRA Rebelde y posteriormente definiéndose marxista­leninista y asumiendo el nombre de Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).

Los cambios en la clase dominante culminan, una fracción de la oligarquía se su ma a la burguesía intermediaria , esa burguesía necesita desplazar a los agroexportadores, por las siguientes razones:

­El agro semifeudal bloquea el mercado interno.

­Necesita implementar los acuerdos de Alianza para el Progreso para bloquear el avance revolucionario

­Se sienten lo suficientemente fuertes y necesitan el control del poder.

En el mismo campo la estructura semifeudal está debilitada, la costa es ya capitalista, igual la selva. Incluso en la sierra hay circuitos capitalistas como en Cajamarca sobre la leche y ganadería, la hacienda de la Cerro de Pasco en el centro. Siendo aún fuerte en la sierra ha perdido el poder nacional, el capitalismo los subordina sin integrarlos plenamente. La sociedad peruana ha devenido ya en capitalista dependiente y con fuertes rezagos semifeudales.

Prado aún maniobra para evitarlo, quiere entregar el poder a Haya de la Torre, pero las FF.AA. dan el golpe y luego de un período entregan el poder a Belaúnde que demagógicamentc hablaba de reformas. Nuevamente el PC vio en Belaúnde a la "burguesía nacional" y los apoyó "críticamente".

En poco tiempo, el régimen populista demostró su inconsecuencia y su carácter reaccionario. La vieja oligarquía agro-exportadora agrupada en la UNO y el Pradismo, apoyados por el Apra, liquidó las tibias intenciones reformistas. Su proyecto agrario, que buscaba modificar el agro semifeudal al añadirse Ieguleyadas y el previo justiprecio fue transformado en un saludo a la bandera, pues no era sino la llamada "revolución verde" de Pedro Beltrán. Aún esa medida era imposible a corto plazo, por el grado de parasitismo del gamonalismo. El acta de Talara "recuperaba" Brea y Pariñas a cambio de un gran pago y entrega de nuevos lotes en la selva donde "no había petróleo" a la IPC.

LAS GUERRILLAS DE 1965

Las luchas populares fueron crecientes, la respuesta fue la represión. El MIR, para entonces, había perfilado ya una estructura político­mililar y trabajaba para iniciar la lucha armada. El ELN inicia trabajos de exploración en Ayacucho. La forma de ver el partido era una importante diferencia entre ambos: el MIR con una concepción integral independiente buscaba convertirse en el factor de la construcción del partido; el ELN se proyectaba más bien como brazo armado de la izquierda y en particular del PC, honestidad excesiva pues en quienes confiaron no estuvieron dispuestos a asumir los riesgos de la lucha por el poder. Junto a plataformas y programas mínimos en ambos estuvo claro la necesidad de la Revolución Socialista.

Sin haber culminando las tareas propuestas, las condiciones de la lucha de clases obligaron a iniciar acciones, pero en el momento mismo de las tareas operativas el punto más alto de ascenso había pasado. Había que ganar tiempo, pues la no solución de los problemas devolvería el ritmo ascendente de la lucha de masas. El enemigo también lo comprendió así y cuando aún la guerrilla no se consolidaba descargó todas sus fuerzas. Desataron la guerra de tierra arrasada, bombardeando zonas de operaciones y asesinando a millares de campesinos por la simple sospecha de colaborar con los revolucionarios.

El ELN dirigido en acciones por Edgardo Tello, fue liquidado cuando aún no podía establecer sólidos contactos con los campesinos de La Mar. El MIR consiguió abrir tres frentes guerrilleros: uno en el Cusco (Mesa Pelada) dirigido por el Comandante Luis de la Puente Uceda quien murió en combate, el Frente Guerrillero "Pachacútec"; otro en el centro (dirigido por Guillermo Lobatón y Máximo Velando, muertos en combate) que tomó el nombre de "Túpac Amaru"; y uno en el norte, dirigido por Fernández Gasco y Elio Portocarrero, que no consiguió abrir acciones y se replegó. De las dos primeras columnas y del ELN no quedó casi nadie vivo.

De esta manera este paso gigantesco hacia la lucha por el poder que devolvía el filo revolucionario a la izquierda, sufrió un duro revés. Las razones de la derrota fueron:

­La falta de trabajo de masas más sólido. Se dio demasiada importancia al peso de la semifeudalidad, que llevó a abandonar el trabajo de masas urbano, incluso el campesino, para marchar al monte.

­El momento del alzamiento no coincidió con el ascenso popular.

­Errores cometidos en la construcción del partido. Tolerancia a la violación del principio de compartimentación, débil formación de los cuadros insuficiente política de autosostenimiento, no ajusticiamiento de traidores y delatores.

­Falta de movilidad constante y ubicación cercana a los poblados.

­Inconsecuencia de las demás fuerzas de izquierda, algunos como el PCP incumplió acuerdos llegados con el ELN; otros, como el PCP (Bandera Roja) que integraba ya Abimael Guzmán, combatieron la guerrilla so pretexto que eran "antipartido"; los de "Vanguardia Revolucionaria" subidos en el balcón intelectual criticaban desde su marxismo puro. Estas actitudes facilitaron el aislamiento de la guerrilla y permitieron al enemigo concentrar sus fuerzas contra los revolucionarios.

La denota fue militar y muy dura para nuestro pueblo. Allí se inmoló toda una generación de revolucionarios de nuestro pueblo. Pero, no fue una derrota política. Por el contrario, abrió el camino por donde había que marchar. Ninguna acción de izquierda hasta entonces catalizó la sociedad de tal manera Constituyó un hito que marcó a fuego la trayectoria del país y todos los acontecimientos posteriores. Los sobrevivientes del ELN reagrupados marcharon a Bolivia donde combatieron y murieron junto al Ché Guevara, entre ellos Juan Pablo Chang; el MIR extremadamente debilitado, no estuvo en capacidad de capitalizar su efecto y terminó dividiéndose. Los sectores reformistas capitalizaron su efecto y aprovecharon de la derrota para consolidar sus posiciones pacifistas o de vocinglero radicalismo. El pueblo con la guerrilla vio abierto el camino de la lucha por el poder. Desde entonces la llama de la lucha armada revolucionaria ha estado viva en el corazón de los auténticos revolucionarios.

EL VELASQUISMO: UN PROYECTO NACIONAL SIN BURGUESIA

La guerrilla golpeó profundamente a las FF.AA., un sector se propuso hacer reformas para evitar un nuevo estallido revolucionario. Los sectores más avanzados de militares de esa generación querían ingenuamente hacer la "revolución desde arriba" para evitar la revolución desde abajo". El golpe del 3 Octubre que de dio inicio a un proceso reformista nacional que agotó todas las posibilidades del reformismo como programa.

Buscó reestructurar la economía bajo la hegemonía de la "burguesía nacional", y al no existir éste, quiso forzar su desarrollo a partir del Estado; y, renegociar la dependencia imperialista, modenizándola, y buscando un mayor equilibrio entre el imperialismo y la burguesía nativa y el Estado. Para cumplir tales objetivos, necesitaba debilitar al imperialismo en sectores primarios y estratégicos de la economía, desplazándolo hacia la industria de transformación.

Por la gravedad de la crisis agraria y necesitando ampliar el mercado, impulsó una Reforma Agraria burguesa que elimina, en lo fundamental, la vieja oligarquía semifeudal y agroexportadora. Una parte de esa vieja clase se transformó en Burguesía con los pagos.

Pero, la Reforma Agraria no eliminó las contradicciones en el campo. Las empresas asociativas (Cooperativas, Sociedades Agrícolas de Interés social -SAIS, Grupos Campesinos, etc.) son del más puro corte capitalista con intervención directa del Estado, generan una costra burocrática que las maneja como si fueran de su propiedad y sin la eficiencia de un verdadero propietario.

Los cambios introducidos y el proceso contrareformista posterior absorbió el campo al mercado capitalista en condiciones de virtual saqueo y el Estado lo marginó de sus prioridades. El capital creó nuevos mecanismos de succión de la renta agraria: la comercialización, el crédito, los insumos, técnica y equipos, son los nuevos mecanismos de explotación del cooperativista, comunero, minifundista (que cambió para nada a pesar de ser precisamente la otra cara del abandono y la crisis agraria). La crisis en el campo devino en capitalista. Por lo tanto, la solución ya no puede ser sólo democrática (tierra, identidad nacional, respeto a organización campesina, regionalización, etc.) sino que se vincula a la transformación de todo el sistema. Es decir al Socialismo.

Las reformas Velasquistas demostraron que la revolución no podía seguir siendo democrático-burgués, democrático-popular, sino que tenía que ser socialistas.

Para impulsar las reformas y enfrentar al imperialismo y la oligarquía, Velasco necesitaba apoyo popular. Para ello, concedió algunas conquistas al movimiento popular; redistribución parcial de la riqueza y la propiedad con las Comunidades Laborales; facilidades a la inscripción de sindicatos; diversas formas de asistencialismo, etc. el movimiento popular se fortaleció se reconstituyó la CGTP, se robusteció la CCP, los maestros del SUTEP, y otros gremios importantes; los PPJJ. se organizaron masivamente. Ese movimiento se independizaba crecientemente de las ilusiones reformistas. Pronto el régimen militar comprendió que lejos de estar con ten iendo la revolución lo aceleraba. Creó, entonces SINAMOS con una concepción corporativa que dio nacimiento a organismos como la CIRP, los Frentes de Defensa de la Revolución, etc. Los sectores más reaccionarios del régimen impulsaron la versión lumpenesca de este proyecto: el MLR. La única organización de masas fue la CNA, en la medida que tenia una base social beneficiada, pero pronto también fue asumiendo banderas progresistas e independientes. Fracasó el intento corporativo.

A partir de este rasgo, algunos caracterizaron el régimen como fascista. Olvidando que la esencia de éste fenómeno es su carácter contrarrevolucionario, terrorista de estado, la liquidación de todo elemento de la democracia burguesa, basado en los sectores más reaccionarios del capital y que usa o no en función de este proyecto, el corporativismo. El corporativismo tiene un origen cristiano, es la concepción de la conciliación de clases, es la versión social cristiana, esa fue la que asumió el Velasquismo.

La izquierda mostró sus graves limites. Las reformas Velasquistas agotó sus programas e hizo perder la brújula. Quebró los esquemas estratégicos copiadas de experiencias ajenas. La izquierda se dividió en dos grandes campos: quienes apoyaron al gobierno sin restricciones, llegando incluso a reconocer a las FF.AA. como la "fuerza dirigente de la revolución", cuyo carácter era "no capitalista", y renunciando a la necesidad de un programa independiente, pues bastaba con el "Plan Inca". Otros, enfermos de infantilismo, lo combatieron frontalmente coincidiendo, en la práctica, con las fuerzas más reaccionarias, llegando en algunos casos al "frente antifacista" con cl Apra y AP.

Al llegar al Perú los efectos de la crisis mundial del capitalismo, golpeó con dureza la débil economía. Ya no había terreno para las posturas "no capitalista y no comunista", y el imperialismo exigía sometimiento total, y la única alternativa era, también, la ruptura total. Velasco no optó y pronto quedó completamente aislado, lo que imperialismo aprovechó para dar un golpe "radical" al que se prestaron casi todos los Velasquistas de hoy. Los propios mecanismos institucionales se encargaron de depurar a los sectores reformistas y para iniciar un proceso contrareformista que devolvió el rol a las Fuerzas Armadas que un general del Ejército confesara, el papel, de "perros guardianes del imperialismo".

LA INSTAURACION DEL NEOCOLONIALISMO

El gobierno de Morales no sólo desmontó reformas. sino que inició la instauración de un nuevo modelo de dominación imperialista el neocolonialismo, que el régimen AP-PPC completó y al cual se ha sometido el Apra.

Implica reestructurar la inserción en la economía imperialista mundial buscando nuestra "reprimarización" transformarnos en mercado para sus productos elaborados en los "países factorías". Con la transformación de la deuda externa en el principal mecanismo de saqueo, empuja nuestra economía no sólo a la crisis más espantosa de toda su historia; sino crea lazos formales (acuerdos firmados por Estado con las agencias neocoloniales) con el Estado; la democracia burguesa deviene en adorno carente de toda posibilidad de decisión real, los acuerdos con el imperialismo pesan más que las leyes nacionales, etc.

Este modelo termina de cerrar completamente el paso a cualquier posibilidad reformista. No desaparecen los deseos y voluntades reformistas, sino que dejan de tener toda viabilidad.

SE ABRE EL PERIODO PRE REVOLUCIONARIO

Desde 1975 se abrió, en el país, una nueva etapa en la lucha de clases. Junto a más de 15 años de crisis económica que empobrece brutalmente al pueblo, se suma una crisis política producto de la incapacidad de las clases dominantes (militarismo, AP-PPC, APRA) y su degeneración moral. Quedando el capitalismo sin cartas "democráticas" y se abre la gran confrontación entre revolución y contrarrevolución.

El Movimiento Popular nunca como hoy ha desplegado toda su fuerza de combate organizado y con una perspectiva cada vez más clara, el Paro nacional del 19 de Julio llega a niveles semiinsurreccionales en lugares como Chepen, Huancavelica o Huancayo; proseguidos por intensas luchas obrera en todo el país que realizan nuevos paros, tomas de fábricas que en la fábrica de CROMOTEX escribe otra página heroica de la historia de nuestro pueblo, allí los obreros combaten con abismal desigualdad con las fuerzas represivas armadas hasta los dientes, mueren seis obreros y un oficial de la GC. Al compás de estas luchas se inicia un nuevo proceso de centralización, dando nacimiento a los Frentes de Defensa que encabezan luchas generalizadas llegando a tomar control de las poblaciones durante días enteros como en Pucallpa, Tarapoto, Ayacucho, Etc.

La carencia de una dirección que de continuidad estratégica a estas luchas produjo, junto a las ilusiones forjadas por los nuevos gobiernos, un reflujo parcial que fue rompiéndose paulatinamente.

Las clases dominantes, para defender sus privilegios han usado todos sus instrumentos. El Paro del 19 de julio respondieron con la convocatoria a elecciones. Importantes sectores de la izquierda, entonces profundamente radicales de verbo, caracterizaron esta maniobra burguesa como una "conquista popular"; en ningún momento las plataformas populares colocaron las elecciones como una reivindicación. con ese mecanismo, lo que se buscaba era absorber, por los canales institucionales del sistema, el descontento popular, lo cual fue conseguido parcialmente con la colaboración para ello de la otrora vocinglera izquierda hoy parlamentaria.

Conforme han ido agotando las posibilidades "democráticas", las clases dominantes han respondido combinando todos sus instrumentos represivos: aparato burocrático, judicial, fuerzas armadas y policiales, y grupos paramilitares.

Ante esta ofensiva reaccionaria, el pueblo también ha formado su capacidad de combate. En muchas federaciones y organizaciones populares los sectores revolucionarios van tomando la dirección; presionando sobre las centrales nacionales y logrado, finalmente, un paso decisivo con la constitución de la Asamblea Nacional Popular, en cuyos acuerdos recoge las tareas más importantes del movimiento popular, trabado por la inconsecuencia de la mayoría de la dirección de la ANP.

El movimiento popular asume el socialismo, expresado de diversas maneras: en el respaldo de una izquierda legal que se presenta como socialista, aún cuando tergiverse su contenido en el avance del espacio revolucionario; en la resistencia popular en las zonas le emergencia; en el viraje de la intelectualidad; en la propia demagogia "socialista" de sectores de la propia burguesía, etc.

Los métodos de lucha también han avanzado. Ante la agresión criminal crece la autodefensa. En las ciudades se dan choques cada vez mas constantes con las fuerzas represivas y casi todos los eventos de trabajadores y pobladores se aprueban la constitución de grupos de autodefensa. Y en el campo, las rondas campesinas, que tienen una orientación clasista y revolucionaria, ganan terreno a las fuerzas represivas y las rondas paramilitares.

El punto más alto de este ascenso lo constituye el reinicio de la lucha armada. Ella es continuidad de todo el largo recorrido de lucha de nuestro pueblo y producto de las jornadas de este último decenio.

Primero fueron los compañeros del Partido Comunista del Perú (Sendero Luminoso). Expresan, en realidad, la desesperación de la pequeño burguesía agraria, golpeada por la crisis y el centralismo, y obligados a saltar a nuevos niveles de lucha por la crisis de su ideología: el maoísmo. Ese carácter de clase queda sumamente claro en su renuncia al marxismo­leninismo, reemplazándolo por el "maoísmo pensamiento Gonzalo" aún cuando se la presente como la cuarta etapa del M­L, no hay corriente que renuncie a la ideología del proletariado y lo confiese abiertamente, siempre se presentan como los "superadores"; en su negativa a asumir el carácter socialista de la revolución que ya Mariátegui sostenía en 1930, reemplazándolo por la "nueva democracia" que más parentesco tiene al Haya inicial que con el Amauta; en su miedo a aceptar la hegemonía de la clase obrera en la revolución, reemplazándolo por el campesinado que siendo el más firme aliado tiene una serie de limitaciones o el Partido, cuya composición es esencialmente pequeño burguesa también: por su sectarismo enfermizo que niega la existencia de otras fuerzas revolucionarias y democráticas en el pueblo confundiendo su voluntad con la realidad en una verdadera desviación idealista, causando, además, grave daño al conjunto del pueblo; por su relación autoritaria con las masas, pues concibe al pueblo no como la gestora de la revolución sino como masa que tiene que aceptar la autoridad del "Partido"; por la versión mesiánica del dirigente que reemplaza la concepción revolucionaria de los jefes de las masas, por la concepción caudillesca, propia de la práctica política de las clases dominantes en el país. A pesar de estas limitaciones, el aporte central del PCP (SL) está precisamente en haber pasado a la lucha armada acelerando la polarización de la lucha de clases.

Como resultado de este ascenso, surge también la forma más avanzada de la lucha político­militar: el MRTA, que representa los intereses del proletariado, pero que apela a todos los sectores del pueblo. colocando como eje de acumulación la lucha armada, busca organizar a todo el pueblo para una guerra revolucionaria victoriosa. Lucha por el socialismo, resolviendo en sus inicios las tareas democráticas y antiimperialistas pendientes, y batalla por la unidad más amplia de todas las fuerzas del campo popular. Nuestra conversión en una fuerza político­militar expandida por todo el país, con un trabajo de masas cada vez más sólido, con la construcción de la fuerza estratégica en los pocos años de existencia como organización política, demuestra el potencial de la alternativa revolucionaria.

Así, hemos llegado al momento definitivo de la historia de nuestra patria. Al momento en que las fuerzas de nuestro pueblo están tensándose para recuperar, de una vez y para siempre, la libertad de nuestra patria. La hora en que tras un largo recorrido, nuestro pueblo alcance la justicia. Al momento de reiniciar el truncado camino del desarrollo de nuestra patria. Ello sólo es posible ahora, con la Revolución Socialista.

Para ello, hoy deben unirse, en un solo crisol, la organización, la conciencia y las armas en las manos del pueblo peruano que, como ninguno, ha regado este camino con mares de sangre que fructificarán en una patria libre, digna y justa, para marchar, junto con nuestros hermanos de América Latina, hacia la patria grande con la que soñaron nuestros padres revolucionarios.

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