Perú: continuar la lucha unitaria del SUTEP. Paro nacional para derrotar al gobierno y su plan
La traición a la huelga no debe pasar
10 de junio del 2003
http://www.rebelion.org/sociales/030610sutep.htm

La Haine

El Comité Ejecutivo Nacional del SUTEP acaba de consumar una nueva traición a las bases magisteriales. A espaldas de las bases y en medio de abrazos y sonrisas con los miembros del gobierno, ha suscrito un acta de acuerdo que representa una migaja para el magisterio y ha anunciado por todos los medios su decisión de levantar la huelga nacional indefinida que heroicamente sostenemos los maestros desde el 12 de Mayo.

En este contexto, la Convención Nacional convocada para el Sábado 7, manipulada y controlada burocráticamente por la dirigencia nacional de Patria Roja, sólo tiene la finalidad de consagrar esta traición inaceptable para las bases magisteriales.

En todo el país, en cada asamblea de base, los maestros venimos repudiando por amplísima mayoría esta decisión unilateral y capituladora de la dirigencia nacional. La repudiamos no sólo por su imposición burocrática: primero se la suscribe y luego se pretende fingir una 'consulta a las bases'. La rechazamos también por su contenido, porque lo que establece el acta no recoge las aspiraciones más sentidas por los maestros y no refleja la fuerza alcanzada por nuestra huelga nacional.

Los famosos 40 puntos de las que tanto se ha hablado y que aparece como un importante paquete de conquistas, no contiene nada sustancial para los maestros del Perú. El acta está lleno de 'recomendaciones' y 'sugerencias' que nada valen. Sabemos que de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno. Pero de cosas concretas el acta sólo recoge marginalmente las demandas magisteriales, varias de ellas comprendidas en la Ley del Magisterio. Sin embargo, los logros más concretas tienen relación directa con los intereses de la cúpula dirigencial: las licencias sindicales, su participación en el conciliador 'Consejo Nacional de la Educación', sus prerrogativas en las evaluaciones y nombramientos y el fortalecimiento de su control sobre la Derrama Magisterial que ahora podrá extender sus 'servicios' con el programa Mi Vivienda y los créditos para la obtención de computadoras.

Lo único concreto que se nos otorga es el mísero aumento de 100 soles ofrecido inicialmente por el gobierno y que ya había sido rechazado por las bases que decidimos continuar la huelga hasta lograr un aumento más justo. Incluso el aumento sigue discriminando a jubilados, cesantes y administrativos. En este punto la dirigencia nacional ha retrocedido en su propia exigencia. Incluso en cuanto al compromiso de duplicar el sueldo, no se establece ningún cronograma y en su lugar sólo hay una declaración de voluntad sujeta a la 'disposición de recursos' que siempre nos han sido negada a los maestros.

Sobre los otros puntos esenciales no hay nada: la Ley Marco que sigue en debate en el Congreso y cuyo objetivo es la privatización, no se dice nada. Sobre la 20530 tampoco. Sobre la demanda de descentralizar la Derrama Magisterial menos. La Ley de desafiliación de las AFP seguirá su trámite en el Congreso...

Estamos ante una burla. La heroica lucha de los maestros, los encarcelados, heridos y muertos que ella nos deja, han sido canjeadas a cambio de miserias por una cúpula colocada a espaldas de las bases.

Desde un principio había en las bases un temor fundado sobre esta traición. La misma huelga fue empujada desde las bases venciendo la resistencia del CEN. Sólo 8 días antes la dirigencia nacional se montó en ella para no perder el control del gremio. En el transcurso de la huelga esta dirigencia intentó desmovilizar a las bases encausándola a rutinarias marchas y asambleas con el propósito de facilitar un arreglo rápido con el gobierno, pero no logró nada. Gracias a las bases la huelga se extendió y radicalizó, llegando a confluir con otros sectores como agricultores, trabajadores de salud y del Poder Judicial, configurando una situación de lucha casi generalizada contra el gobierno que quedó acorralado.

La respuesta del gobierno, como último recurso en medio de su crisis y aislamiento, fue amenazar con un zarpazo represivo decretando el 'estado de emergencia' y la suspensión de los derechos democráticos que el pueblo conquistó derrotando a la dictadura de Fujimori. Los tanques y las tropas fueron sacados a las calles. Pero los maestros y el pueblo no nos amilanamos. Los estudiantes de Puno dieron el ejemplo enfrentándose con valentía a las tropas asesinas del régimen toledista; ahí calló abaleado el estudiante Edy Quilca y más tarde en Comas fue herido de gravedad el profesor Mateo Jiménez. La reacción de los maestros y del pueblo fue de mayor bronca y la movilización volvió a extenderse a todo el país. Tanto que la dirigencia nacional que estaba acuartelada, al igual que la dirigencia de la CGTP que seguía compartiendo plácidamente su asiento en el 'Acuerdo Nacional', se vieron obligados a convocar la Jornada Nacional el Martes 4 de junio, contra el estado de emergencia y en solidaridad con nuestra huelga. La movilización fue imponente. Los maestros y el pueblo nos apoderamos de las calles en una jornada verdaderamente histórica que significó prácticamente una derrota política para el gobierno y su 'estado de emergencia'.

Ante su total crisis el gobierno corrió a apoyarse en los partidos del 'Acuerdo Nacional' y el resultado fue la mediación del obispo Bambaren. La situación se tornó favorable. Volvíamos a la mesa de negociaciones. Los maestros movilizados y los sectores en conflicto con la CGTP al frente debíamos imponerle al gobierno la solución definitiva de la huelga y de las demás reivindicaciones, amenazando con un Paro Nacional. Pero no. La dirigencia desmovilizó a las bases y volvió a la mesa de negociaciones para suscribir un acuerdo pírrico con el gobierno.

Más aún: el acta firmada consagra como definitivo lo ofertado por el gobierno porque tiene el aval del 'Acuerdo Nacional' y la mediación de la Iglesia, razón por la que todos ellos con la complicidad de los medios de prensa vienen difundiendo la idea de que la huelga se acabó y de que el día lunes si no se reinician las clases habrá represalias.

Evidentemente esto no se merece la enorme lucha que hemos desplegado durante casi cuatro semanas, los cientos de detenidos y apaleados, las decenas de heridos y las víctimas de la huelga. Esto no se merece la poderosa movilización que desafió al estado de emergencia.

Frente a esto cada maestro sólo puede sentir rabia e indignación. En numerosas asambleas de base de Lima y provincias la absoluta mayoría de los maestros venimos rechazando el acta suscrito por el CEN del SUTEP y nos venimos pronunciado por continuar la huelga. Otras bases en medio de la confusión y la desorientación propagada por la dirigencia nacional, sin dejar de repudiarla, creen que el mejor camino es la suspensión o el levantamiento. En definitiva todo se decidirá en la Convención Nacional del Sábado 7, aunque sobre ella incluso hay muchas dudas por la acostumbrada manipulación burocrática del CEN que intentará imponer una fantasmal mayoría para decidir el levantamiento de la huelga.

Todos los maestros estamos en el deber de ir a la Convención, para obligar que se respete la representación democrática y la voluntad de las bases y para plantear:

1.- Rechazar el acuerdo suscrito con el gobierno.

2.- Censurar al CEN que encabeza Nilver López.

3.- Continuar la Huelga Nacional aprobando un plan para extenderla y radicalizarla y comprometiendo a la CGTP a la convocatoria de un Paro nacional y un Plan de Lucha.

4.- Elegir un Comité de Lucha Unitario a nivel nacional y reorganizar los Comités de Lucha de cada región y sector.

5.- La Huelga nacional sólo será suspendida por decisión democrática de las bases y sólo ellas deberán aprobar cualquier acuerdo con el gobierno.

La Huelga Nacional debe continuar para:

1.- Demandar un mejor aumento, y por su extensión a cesantes, jubilados y administrativos.

2.- El archivamiento del Proyecto de Ley Marco de la Educación que debate el Congreso.

3.- La restitución plena de la Ley del Profesorado y los derechos que corresponden a los maestros.

4.- Régimen único de pensiones en base a la Ley 20530.

5.- Democratización de la Derrama Magisterial que debe pasar al control de los maestros.

6.- Investigación y sanción a los responsables del asesinato del estudiante Edy Quilca, a los que causaron la agresión a los estudiantes de Puno y la lesión del profesor Mateo Jiménez.

7.- Levantamiento del 'estado de emergencia'.

Continuar la lucha en esta nueva etapa requiere y exige como condición la Unidad de los maestros: Unidad para afirmar a los sectores más débiles de nuestro gremio. Unidad para convencer a los padres de familia y al pueblo para que sigan apoyando nuestra causa. Unidad para enfrentar la amenaza represiva del gobierno y los sectores que han cerrado filas con él ('Acuerdo Nacional').

Requiere democracia, devolviéndole a los maestros la capacidad de decidir sobre el curso de la huelga y las negociaciones.

La lucha nos ha demostrado que podemos ganarle a un gobierno aislado y en crisis. Pero también nos ha demostrado que el manejo burocrático impuesto por el CEN y los actos sectarios del sector que lidera Huancayo le están haciendo daño a nuestro movimiento. Hay que derrotar a la burocracia traidora, dentro del Sutep, preservando su unidad y apelando a las bases, no con actos divisionistas que no se justifican por más que se hagan en nombre de continuar la huelga.

Si la decisión de la Convención del Sábado no es soberana ni democrática y de otra parte los compañeros liderados por Huancayo que han convocado paralelamente a otra Convención para el día Domingo 8 deciden continuar la huelga, lo único que obtendremos como resultado es una división de las filas magisteriales exponiéndonos a las represalias del gobierno y a un debilitamiento de nuestro movimiento. Es mejor avanzar unidos, o incluso retroceder unidos con todas las bases, y no que nadie decida por nosotros. Antes de llegar a esta situación hay que dar la batalla para que la Convención Nacional con representación democrática y soberana de las bases sancione a la actual dirigencia nacional y decida continuar la lucha unitaria con un nuevo y representativo Comité de Lucha.

Esta situación nos deja como lección a los maestros la creciente urgencia de renovar las conducciones nacionales, regionales y sectoriales de nuestro gremio, cambiando el mecanismo de elección que hasta ahora se ha prestado a la manipulación burocrática. Hay que rescatar para el magisterio el principio de la democracia sindical: un maestro un voto, para acabar con las cúpulas y la corrupción en el Sutep y en la Derrama.

¡Viva la Huelga Magisterial!
¡Paro Nacional y Plan de Lucha!
¡Fuera Toledo y su plan neoliberal!


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