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La rebelión popular derroca a Lucio Gutiérrez
Miriam Municio 25.04.2005 02:08
http://ecuador.indymedia.org/es/2005/04/9199.shtml

Otro país latinoamericano se ha puesto en pie de guerra en las últimas semanas. Tras las recientes movilizaciones en Bolivia contra el presidente Carlos Mesa por su política de ataques a los trabajadores, de privatización y de connivencia con las multinacionales del petróleo que saquean los recursos del país, ahora le ha tocado el turno a Ecuador.

Ecuador
La rebelión popular derroca a Lucio Gutiérrez

Autor : Miriam Municio

Otro país latinoamericano se ha puesto en pie de guerra en las últimas semanas. Tras las recientes movilizaciones en Bolivia contra el presidente Carlos Mesa por su política de ataques a los trabajadores, de privatización y de connivencia con las multinacionales del petróleo que saquean los recursos del país, ahora le ha tocado el turno a Ecuador.

Lucio Gutiérrez, elegido con el 55,5% de los votos en noviembre de 2002, ha caído frente al movimiento de las masas trabajadoras y campesinas. Suspendido en el aire durante meses, con una representación de cinco escaños en el parlamento (de los cien que lo componen), con un ridículo 7% de apoyo popular entre los 13 millones de ecuatorianos que habitan el país, enfrentado a sectores de la oligarquía ecuatoriana, a sectores de las capas medias y, lo más determinante en toda la situación, a las masas pobres que han salido a la calle masivamente al grito de "Fuera Lucio", su caída no es más que la crónica de una muerte anunciada.

La explosión social del 2000 le dio a conocer y le llevó a ser popular entre los sectores más desfavorecidos. La adopción por parte del entonces presidente, J. Mahuad, de la dolarización de la economía ecuatoriana a finales de 1999 y de todo un paquete de medidas que significaban un empobrecimiento aún mayor de la población (más del 60% ya en la pobreza) culminó con la insurrección popular del 21 de enero de 2000, al frente de la cual se encontraba la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), y que derrocó al gobierno de Mahuad. Sin embargo, debido a la falta de una política revolucionaria consecuente y a pesar de tener el poder en sus manos los dirigentes de este movimiento plantearon que no era el momento de terminar con el capitalismo y transformar la sociedad y permitieron a la burguesía hacerse nuevamente con el control.

El coronel Lucio Gutiérrez, se dio a conocer entonces por negarse a reprimir a los trabajadores y campesinos y ponerse del lado del descontento popular. Una vez que las aguas volvieron a su cauce fue encarcelado. Fruto de la presión de la movilización, y previa renuncia a su carrera militar, fue liberado. Fue entonces cuando junto a otros oficiales forma un partido político, "Sociedad Patriótica 21 de enero", para presentarse a las presidenciales del 2002.

Estos son los antecedentes que permiten entender la actitud que tuvieron en esas elecciones las masas pobres hacia Lucio Gutiérrez. Un personaje que no era del todo fiable para la burguesía ya que en una nueva oleada de la lucha de clases podría optar por basarse en las capas populares y retar a quienes llevan siglos gobernando para el beneficio de unos pocos.

No muy lejos tienen el ejemplo de Hugo Chávez. Sin embargo, rápidamente, Lucio Gutiérrez se decantó por ser un fiel y sumiso aliado del imperialismo norteamericano. En el 2003 pactó con el FMI un programa de ajuste brutal: congelación salarial hasta el 2007, 120.000 despidos en el sector público, no reconocimiento del derecho de huelga en el sector público, el aumento del precio del gas en un 375%, privatización del sector eléctrico, petrolero, teléfonos, agua, etc. Las huelgas en distintos sectores han estado presentes durante todo su mandato y en las elecciones municipales de octubre de 2004 sufrió un fuerte revés electoral con un escaso 5% de los votos. A diferencia de Chávez, Gutiérrez entró rápidamente en el redil capitalista cavando su propia tumba.

Las maniobras de Lucio Gutiérrez

Tras las elecciones municipales la debilidad de Lucio Gutiérrez se hace más evidente. Con el fin de evitar una moción de censura se alía con dos de los partidos burgueses tradicionales, el partido Renovador Institucional Acción Nacional (PRIAN) y el Partido Rodolsista Ecuatoriano (PRE) del ex presidente Abdalá Bucaram, que tuvo que salir huyendo del país en 1997, por corrupto, ante la indignación popular. El precio que impone el PRE a Gutiérrez es un cambio en la Corte Suprema de Justicia (CSJ). El 8 de diciembre se cambian 27 de los 31 jueces que forman la institución, siendo el nuevo presidente del CSJ un amigo de Bucaram, que no tarda en actuar. La jugada se completa el 31 de marzo cuando se anuncia la anulación de los juicios penales contra los ex - presidentes Abdalá Bucaram y Gustavo Noboa (del PRIAN), abriendo la puerta de su retorno al país e, incluso, a que se puedan presentar en las presidenciales de 2006.

El 26 de enero y el 16 de febrero se producen manifestaciones de 100.000 personas en Quito y Guayaquil, las dos principales ciudades del país, que muestran el tremendo malestar que se vive. Al frente de éstas se encuentran el alcalde de Quito, Paco Moncayo, de la socialdemócrata Izquierda Democrática (ID) y el de Guayaquil, Jaime Nebot, del derechista Partido Social Cristiano. Mientras los manifestantes exigen claramente la salida de Gutiérrez, los alcaldes insisten una y otra vez: "No queremos que se vaya. Sólo queremos que rectifique". Su objetivo es bien distinto al de los manifestantes. En realidad, estos alcaldes tratan de apoyarse en un movimiento fuerte en la calle para defender su posición y sus privilegios. Quieren hacer fuerza para negociar con el presidente su cuota de influencia en la judicatura que se ha visto mermada o eliminada, con el cambio de jueces en el CSJ, en beneficio de otros sectores de la burguesía ecuatoriana. Los trabajadores y campesinos ecuatorianos no pueden confiar lo más mínimo en estos dirigentes, sus intereses en esta lucha no son los mismos.

Vuelve Bucaram: estalla la indignación

Pero la llegada al país de Bucaram, a primeros de abril, cambia el ambiente de forma radical. La respuesta popular no se hace esperar. Una vez más, la grosería política, el desprecio de la burguesía a los explotados desata la indignación de las masas ante la manipulación e impunidad de los poderosos. El 5 de abril se dan las primeras movilizaciones, sobre todo, en la capital. 3000 manifestantes al grito de "Fuera Lucio" van a la sede del Congreso donde son reprimidos contundentemente y hay más de 100 afectados por los gases lacrimógenos. Se forma la Asamblea Ciudadana de Quito, presidida por el Alcalde, Paco Moncayo, y autoridades de seis provincias, todos ellos de ID y del partido Pachakutik (brazo político de los indígenas de la CONAIE). El 11 de abril se anuncia un paro en la provincia de Pichincha, donde se encuentra Quito. A partir del 12 de abril se llama a la huelga general indefinida. El Alcalde de Quito está dispuesto a desconvocar el paro si en la reunión del congreso se llega a un acuerdo. Estos dirigentes, que quieren limitar la lucha a la cuestión de la Corte Suprema y volver a la tranquilidad lo antes posible, serán sobrepasados por el propio movimiento en los días posteriores. La CONAIE se suma a la movilización el 13 de abril. El presidente, intentando frenar un movimiento que teme se le vaya de las manos, envía un proyecto de ley al Congreso para cambiar el CSJ. Ya es demasiado tarde. Y es que la vuelta de Bucaram no ha sido más que el accidente que ha hecho estallar el malestar y la frustración acumulada por la población en un país marcado por la grave situación económica y donde la miseria crece al lado de la opulencia y la corrupción.

"Que se vayan todos"

El rechazo al gobierno de Lucio Gutiérrez no se puede explicar sólo por su actuación con la CSJ, sino por su política de ataques sociales y alianza con el imperialismo. El grito de guerra es "Que se vayan todos", "Fuera Lucio", que refleja el rechazo a todos los políticos burgueses y la falta de confianza en un sistema, el capitalista, que es fuente de abusos, corrupción y miseria.

La visita en marzo del director general del FMI, Rodrigo Rato, a Ecuador no fue ningún detalle. Al día siguiente hubo una movilización de decenas de miles de personas en Quito para rechazar sus planes (despido de 5000 empleados públicos, recorte del gasto social, eliminación de subsidios y la apertura de los sectores petrolero y energético al capital privado). Todo esto en un país en el que el 20% de la población más rica, absorbe el 60% del Producto Interior Bruto, mientras que el 25% más pobre recibe el 4% del PIB; en el que los índices de desempleo y subempleo alcanzan el 46% de la población activa, o en el que el 45% de la población no dispone de agua potable.

Tras esta visita y cediendo a las presiones de Rato, Lucio Gutiérrez, envió al parlamento, con carácter de urgencia, un dardo envenenado para campesinos y trabajadores: la Ley Orgánica de Racionalización Económica del Estado, más conocida como "Ley Topo". Un nuevo ataque salvaje que pretende privatizar la seguridad social, las eléctricas, flexibilizar el mercado laboral y la entrega de pozos petroleros muy rentables del Estado a las multinacionales.

Mas información en : www.elmilitante.org


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