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La Prensa   La Paz - Bolivia Edición de Octubre 30, 2003

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Dos curas rinden informe sobre las muertes en El Alto

30-10-2003
Narraron cómo fallecieron sus feligreses

Los sacerdotes Wilson Gonzalo Soria y Modesto Chino relataron en el Congreso las circunstancias en las que murieron los vecinos alteños durante las jornadas del "octubre negro"

La Prensa   La Paz - Bolivia Edición de Octubre 30, 2003

SEGURIDAD

Dos sacerdotes se presentaron como testigos de la "masacre de octubre"

Padre Wilson: Nada se pudo hacer por los moribundos
http://166.114.28.115/20031030/politica/politica03.htm

30-10-2003
El sacerdote Soria Paz: La Iglesia optó por los pobres

30-10-2003
Modesto Chino: sacerdote mediador entre vecinos y militares

El sacerdote Wilson Gonzalo Soria dejó caer lágrimas al recordar ayer la "masacre civil" del domingo 12 de octubre en El Alto. "A uno le faltaba la mitad del cuello (...) otro parecía con el pecho florecido". "Empecé a dar la absolución sacramental (...) empecé por el primero, pasé al segundo... cuando retorné al primero, ya había fallecido".

El padre Modesto Chino, a quien la Policía hirió con un balín de goma, aportó con lo suyo: "Puedo ver el llanto de soldados al ver a las señoras llorar... Ellas les decían: soy tu madre, tú eres mi hijo".

El testimonio de los dos religiosos de El Alto conmocionó a los parlamentarios de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, que ayer comenzó a investigar la "masacre de octubre" para encontrar responsabilidades políticas, militares y policiales en el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada.

El domingo 12 de octubre, cuando en El Alto se habían levantado barricadas, los entonces ministros de Defensa, Carlos Sánchez Berzaín, y de Gobierno, Yerko Kukoc, y los comandantes de las FFAA, Roberto Claros, y de la Policía, Jairo Sanabria, habían ordenado el avance de tropas desde la ex tranca de Río Seco y en el otro extremo el paso de un convoy de camiones cisterna con gasolina hacia La Paz. La operación dejó en el camino 23 civiles muertos y más de 40 heridos.

El párroco de Cristo Redentor de Villa Ingenio, en El Alto, Wilson Gonzalo Soria Paz, entregó su testimonio escrito de lo que él llamó "masacre civil".

Armados de palos y piedras

"A las 07.00 se celebra la eucaristía dominical en el templo parroquial Cristo Redentor de Villa Ingenio. Muchos feligreses han acudido (...) Se les comunica también que el Ministro de Gobierno ha militarizado El Alto, y que hay que ser prudentes ante el Ejército armado y un pueblo indefenso.

A las 13.00 horas se realiza una asamblea de los vecinos en la plaza Elizardo Pérez. A eso de las 14.00 se escuchan los primeros disparos de armas de fuego en dirección a la ex tranca de Río Seco.

Los vecinos van en ayuda de la gente de Puerto Mejillones y la zona Brasil. Los puntos de conflicto se concentran en el puente de Río Seco y en la ex tranca. Allí se han dirigido los vecinos armados de palos, piedras y algunas dinamitas.

El enfrentamiento continúa, a momentos la gente huye asustada. Otras se aglomeran. Luego de una hora y media, aproximadamente, llega una señora a la parroquia indicando que hay personas heridas en la ex tranca, que hay muertos en el puente de Río Seco".

Adolfo Huanca...

"En la parroquia y en sus inmediaciones, como en otras calles adyacentes, nos hemos quedado los 'prudentes', curiosos, gente de la calle que transita de una Villa a otra ¡Qué desgracia! Una parte de los militares ubicados en la ex tranca se había (desplazado) e ingresó por la ex fábrica de vidrios, pasó por la zona de Tahuantinsuyo. En su recorrido por Villa Ingenio, Vecina 4, mató a un vecino de nombre Roberto Adolfo Huanca Porce e hirió a otro más, los cuales cometieron el delito de quemar llantas, ¡qué indignación!".

El cielo nos protegió

"Entre las 16.00 y 16.30 yo salí a la esquina de la parroquia, entre la calle Luis Espinal y Oblitas, porque la secretaria fue a realizar un encargo, y se rumoreaba de la presencia cercana de los militares.

Estábamos pensando con los vecinos en ayudar a los heridos de la ex tranca, y fue en ese preciso instante que pude advertir la presencia de un militar en la esquina contigua. No dudé un segundo, di media vuelta, avisé por señas a quienes estaban en la calle que ingresen en sus domicilios y yo hice lo mismo corriendo lo mejor que pude. Ni bien atravesé la reja parroquial empezaron los disparos de armas de fuego.

El llanto y la desesperación se apoderaron de las personas que estaban haciendo reunión formativa en los salones parroquiales.

La gente corría por las calles, había gritos, la balacera no cesaba... Así estuvimos por 10 ó 15 minutos, fue cuando el cielo nos protegió con una intensa granizada de 15 minutos. El ruido de los disparos continuaba, aunque ya un poco lejano. Los soldados empezaron a dirigirse hacia el puente del Río Seco por una de las calles paralelas".

El drama recién empezaba

"Una joven que vende salchipapas en una de las esquinas de la avenida Juan José Torres y Luis Espinal, a una cuadra de la parroquia, fue alcanzada por un proyectil en su brazo derecho (no pude dejar de llorar al escribir estas líneas...); la traen a Prosalud, estaba cerrada por la situación que se vivía.

Los vecinos, en su desesperación, rompen la reja e ingresan en el recinto; se encuentra una enfermera, no hay medicamentos ya que habían sido utilizados en el herido de la noche anterior. Se le hace una curación de emergencia.

En el momento de salir esta paciente llega mayor cantidad de vecinos trayendo en frazadas a heridos, moribundos... a uno le faltaba la mitad del cuello, otro tenía el cráneo abierto, otro parecía con el pecho florecido. ¡Qué hacer en estas circunstancias! No había acceso para las ambulancias, no había medicamentos.

Casi por instinto, viendo que para los moribundos, por la gravedad de las heridas, no había nada que hacer. Empecé a dar la absolución sacramental, el perdón de sus pecados. Empecé por el primero, pasé al segundo... cuando retorné al primero, ya había fallecido... ¡Qué dolor! ¡Qué impotencia! Por los parlantes del templo se pide ayuda personal de salud y se pide medicamentos a los vecinos".

Muertos, muchos heridos...

"Por fortuna empezaron a llegar al centro de salud enfermeras y médicos domiciliados en la zona y parte del mismo personal de Prosalud para dar abasto a una curación de emergencia a los heridos de menor gravedad.

El médico que se destacó por su entrega generosa, riesgo y sacrificio, usando su propia moto en servicio de la comunidad en todos los días difíciles, fue el doctor Alfredo Matha Pérez.

Con dolor y coraje hago la primera denuncia a los medios de comunicación Erbol y Fides: 'Tenemos tres muertos y muchos heridos'.

Como un regalo del cielo aparece la camioneta ploma de la parroquia Espíritu Santo, manejada por el padre Ramón Ino Barreto, en la cual llevaron los heridos, amontonados como pudieron. No tuvimos la oportunidad de contar el número.

Hacia las 20.00 horas, luego de la eucaristía dominical, vamos al velorio en la Sede Social de los tres cadáveres, bendiciéndoles. Los vecinos acompañan en forma masiva. Es entonces cuando nos percatamos de que han cesado los disparos de armas de fuego.

Una hora después me visitan las autoridades de la zona para solicitarme el salón parroquial para hacer el velorio.

Se sienten inseguros, temen una nueva presencia militar en al Sede Social que robe los cadáveres y atente contra las personas presentes. Sin dudarlo dos veces, acepto la solicitud. Desde entonces la parroquia Cristo Redentor de Villa Ingenio se convierte en casa que acoge a la comunidad en su dolor, sufrimiento y esperanza".

Domingo en Senkata

Sacerdote Modesto Chino: "Los vecinos decían: nostros estamos luchado por la no venta del gas, pero aquí nadie nos apoya, parece que somos solamente El Alto.

Una de las salidas era si no dejamos salir de Yacimientos (la planta de Senkata) a estas cisternas, los de la ciudad también van a pararse y van a estar presionados a apoyarnos.

Después ya no ha sido ése el motivo, sino el derramamiento de sangre.

Para mí, sin duda, cuando el gobierno (de Sánchez de Lozada) empieza a tener apelaciones de 'anarquistas' y 'narcos' es una agresión; conociendo a mi gente, sencilla, pobre, humilde no se merece este tipo de apelativos.

Las muertes ocurrieron el domingo 12. Los heridos son trasladados al hospital Sagrado Corazón de Jesús en el Kenko.

Las mujeres son las que se ponen al frente (de militares y policías) para pedir que las fuerzas de represión se puedan inmediatamente dispersar. No lo hacían, tenían la orden de cruzar a Senkata para ir hasta Patacamaya.

Muchas mujeres se ponen en primera fila para pedirles de rodillas que se fueran del lugar. Puedo ver el llanto de soldados al ver a las señoras llorar, decirles: 'somos nosotras sus madres; yo soy tu madre, tú eres mi hijo...'.

Hablo con el comandante y él me dijo: 'Tenemos la orden de pasar, y tenemos que hacerlo'.

Ellos tomaron la decisión y a los pocos minutos volvieron con un tractor para poder despejar la vía. Gracias a Dios no hubo derramamiento de sangre. Nos hemos permitido mediar para que los policías y militares puedan dirigirse a Patacamaya por otro sector. No podía yo alentar el derramamiento de sangre, ya se habían dado cuatro muertos y todos ellos han sido velados en el mismo lugar donde habían sido disparados.

En el camino a Santa Rosa vimos otro joven, había muerto por bala".

Investigan en Sorata

Los fiscales designados para investigar la revuelta popular que concluyó hace dos semanas se trasladaron ayer a Sorata para armar el rompecabezas de los sucesos del sábado 20 de septiembre.

Ese día, el entonces ministro Carlos Sánchez Berzaín dirigió el operativo de salida de turistas extranjeros y comerciantes bolivianos que habían quedado varados en esa población a causa de los bloqueos campesinos. El resultado fue de cinco campesinos y un soldado muertos, luego de que las fuerzas del orden ocuparan con armas el pueblo de Warisata, paso obligado para entrar o salir de Sorata.

Volver a empezar

Hasta ayer ninguna autoridad o comisión oficial había logrado ingresar en Sorata debido al recelo de los pobladores. Sin embargo, los fiscales designados en esta investigación más una comisión del Defensor del Pueblo llegaron al pueblo para hacer trabajo de campo.

Peritos y técnicos del Instituto de Investigaciones Forenses de Sucre vivieron con sus equipos de laboratorio.

La comisión se trasladó a las seis de la mañana de ayer al lugar. El siguiente punto es Warisata, donde ocurrieron las muertes.

La Fiscalía General nombró a cinco fiscales para que indaguen desde los hechos de Sorata, en septiembre, hasta las muertes registradas en El Alto, en octubre.

Aunque los médicos forenses ya practicaron las autopsias a los muertos en Warisata, todavía no existe ninguna investigación sobre los hechos.

"Hubo una masacre"

Con sus 55 años de edad, Francisco Apaza yace en una cama del Hospital Juan XXIII desde el 12 de octubre. Su diagnóstico es impacto de arma de fuego en el brazo derecho; el siguiente paso médico será la amputación total de esa extremidad debido a la lesión de tejidos blandos, óseos y vasos sanguíneos.

A ese centro médico llegó la Misión internacional contra la Impunidad para visitar a los heridos del "octubre negro". Norah de Cortiñas, de las Madres de Plaza de Mayo; Alexis Ponce, de la Asamblea de Derechos Humanos del Ecuador, y Valdiram Santos, de la Pastoral de los Migrantes de Brasil, son los misioneros que durante tres días caminaron entre Ovejuyo y Río Seco para saber qué pasó en la también denominada "guerra del gas".

Testimonios y pedidos

Los activistas revisaron decenas de certificados médicos y conversaron con cientos de personas afectadas; tan sólo ese hecho les hizo concluir que en Bolivia "se ha cometido una masacre que debe ser reconocida en la comunidad internacional".

En la Diócesis de El Alto recogieron 41 testimonios de las víctimas y sus familiares. Finalmente, el miércoles por la tarde se entrevistaron con el ministro de Gobierno, Alfonso Ferrufino, y mediante él solicitaron al Presidente de la República que declare "emergencia humanitaria" del Estado en beneficio de las víctimas y sus parientes en El Alto.

Terrorismo de Estado

"No se está hablando de una violencia de sectores ilegales, delincuenciales, como escuadrones de la muerte fuera de la ley, se está hablando de una violencia dirigida, orquestada y materializada por aquellos organismos que están llamados a cumplir la ley", dijo Alexis Ponce.

Los misioneros pusieron énfasis en que es importante llevar adelante el juicio de responsabilidades contra los autores materiales e intelectuales de las muertes de octubre, así como la constitución de una "comisión de la verdad".

Ponce explicó que los ecuatorianos tienen a tres ex presidentes, 18 ministros y 49 banqueros prófugos de la justicia y refugiados en Estados Unidos, por lo que la comunidad internacional vigilará que en el caso de Bolivia se haga justicia.

Para Nora de Cortiñas, los sucesos de octubre demostraron que "otra vez los ejércitos terminan siendo ejércitos de ocupación de su mismo pueblo".

Los miembros de la misión se comprometieron a continuar, cada uno desde sus países, el seguimiento de estos sucesos en Bolivia para que la justicia y las sanciones se cumplan y se compense a todos los afectados.


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