Alcaldes convocados: ambos brindaron su apoyo al Presidente
La Prensa La Paz - Bolivia Edición de Octubre 19, 2003
CIUDAD
El presidente Carlos Mesa dijo que ayudará en la reconstrucción de La Paz y El Alto
Alcaldes convocados: ambos brindaron su apoyo al Presidente
Los daños de infraestructura que dejaron las últimas movilizaciones en la ciudad de La Paz alcanzan a 120 mil dólares. En El Alto se calcula que las reparaciones demandarán cinco millones de dólares. Los alcaldes de ambas ciudades se reunieron ayer por primera vez con el Presidente de la República, Carlos Mesa, para hacer una evaluación.
El alcalde de La Paz, Juan Del Granado, y el de El Alto, José Luis Paredes, ingresaron en Palacio Quemado a las diez de la mañana de ayer para conversar con el nuevo Presidente a fin de evaluar los daños que sufrieron ambas ciudades durante los últimos conflictos sociales.
Del Granado señaló que en la reunión le manifestó al nuevo Mandatario el sentimiento de esperanza que dejó en los bolivianos el mensaje que dio en su posesión y la posibilidad de que se vive un momento de transición histórica que deja de lado el penoso antecedente de muertes y confrontación.
A la salida, ambas autoridades edilicias informaron que tendrán que presentar en las próximas horas un informe sobre el cálculo de daños.
Daños en La Paz
El oficial mayor técnico paceño, Gonzalo Vargas, dio cuenta de que los daños en infraestructura pública ascienden a 120 mil dólares.
Se tiene, por ejemplo, la remoción de adoquines y losetas en varios lugares. A ello se agrega el destrozo de varios sumideros, 40 luminarias y diez postes.
Según Vargas, el retiro de escombros, la colocación de adoquines, la reparación de empedrados y otras tareas de refacción podrían concluir en siete días a más tardar.
Para ello fueron contratados 80 obreros, 12 volquetas y siete unidades de maquinaria pesada que empezaron a trabajar ayer.
Entre los daños menores, que también fueron tomados en cuenta, figuran los infligidos a algunas áreas verdes, como el césped, flores, rejas y bancas de la plaza San Franciasco y sus alrededores.
En esta evaluación están incluidos también los destrozos producidos en tres retenes policiales, uno ubicado en San Francisco, otro en la calle Pichincha y el tercero en la plaza Alonso de Mendoza.
Basura
Para Vargas, el problema de la basura es el que más pronto debiera ser resuelto, porque la acumulación de desechos, sobre todo orgánicos, puede generar infecciones.
Durante los días que duró el conflicto social se acumularon en las calles de la ciudad aproximadamente 600 toneladas de basura.
"La empresa de recojo de basura trabaja desde el sábado y espera concluir hoy en tres turnos, de tal forma que el lunes la ciudad amanezca limpia y sin peligro de contaminación", dijo el Oficial Mayor Técnico.
Casi 5 millones de pérdidas
El alcalde de El Alto, José Luis Paredes, después de solicitar al Primer Mandatario ayuda para la reconstrucción de su ciudad, se comprometió a evaluar los daños causados en esa urbe, según la agencia APA.
Paredes también pidió que El Alto sea declarada en emergencia mediante un decreto supremo. El Alcalde dio cuenta de que esa ciudad necesita cinco millones de dólares para ser refaccionada.
Los mayores destrozos fueron registrados en la avenida Juan Pablo II, donde tres pasarelas fueron derribadas y muchas zanjas abiertas sobre el pavimento de varias vías de acceso, pero también hubo daños de magnitud en otras zonas, incluyendo la Autopista, la avenida 6 de Marzo y Río Seco.
Ambos alcaldes coincidieron en señalar que recurrirán a la comunidad internacional para gestionar recursos y reconstruir las áreas afectadas.
Se reanuda el transporte
Las actividades en la Terminal de Buses y en el aeropuerto comenzaron a regularizarse desde muy temprano.
Sin embargo, al ver la desesperación de muchos pasajeros que aguardaban desde hacía días la salida de buses, los dueños de las empresas de transporte especularon con el precio de los pasajes.
Los primeros viajeros que partieron en la mañana se encontraban varados en esa terminal desde hacía más de una semana.
Los pasajes a la ciudad de Oruro, que suelen costar diez bolivianos, ayer fueron vendidos en 25 y 30 bolivianos. El pasaje para dirigirse a Cochabamba o Chuquisaca llegó a los 50 bolivianos. Esto ocasionó el enojo de los marchistas orureños, que amenazaron con hacer explotar dinamita si no se regularizaba el costo. Las empresas optaron por cerrar sus casetas.
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