Domingo 16 de octubre de 2005

Reiteran los 22 países su condena al bloqueo impuesto por Estados Unidos a Cuba

Retórica y buenas intenciones, en la declaración final de la cumbre
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Celebran jefes de Estado y de gobierno el "nacimiento de una nueva sociedad iberoamericana"

Miseria y terrorismo, los dos "enemigos principales"; paz, democracia y desarrollo, objetivos

ROSA ELVIRA ROJAS Y ARMANDO G. TEJEDA ENVIADA Y CORRESPONSAL


El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, durante una rueda de prensa realizada luego de finalizar la Cumbre Iberoamericana FOTO Reuters

Salamanca, 15 de octubre. La Cumbre Iberoamericana de Salamanca fue clausurada hoy sin que los mandatarios de los 22 países asistentes pudieran evitar la retórica habitual que prometieron evitar, al firmar una declaración final repleta de buenas intenciones, pero sin medidas concretas para remediar los problemas más acuciantes de la región: pobreza extrema de 100 millones de habitantes, desigualdad social, corrupción, devastación del medio ambiente y la problemática de los pueblos indígenas, entre otros temas.

La Declaración de Salamanca fija tres objetivos para la comunidad iberoamericana: la paz, la democracia y el desarrollo con cohesión social, al tiempo que identifica a dos "enemigos principales", la miseria y el terrorismo.

Luego de un día y medio de debates y encuentros multilaterales, los jefes de Estado y de gobierno celebraron el nacimiento "de una nueva sociedad iberoamericana" que tendrá peso específico en el escenario internacional y pugnará por llevar más "bienestar" y "desarrollo" a sus pueblos.

Asimismo, reiteraron su condena al bloqueo impuesto por Estados Unidos a Cuba, a pesar del malestar público expresado durante la víspera por la administración del presidente estadunidense, George W. Bush.

El texto de las conclusiones de la cumbre incide en los compromisos ya tradicionales en estos encuentros, como el reforzamiento de la democracia, la lucha contra la pobreza, el combate a la desigualdad y la desnutrición, y el impulso al multilateralismo en el escenario internacional.

En esta redacción genérica se sostiene que "la democracia constituye un factor de cohesión del espacio iberoamericano, por lo que consideramos que es necesario desarrollar una agenda que refuerce la calidad de nuestras democracias y su capacidad para responder a las expectativas de los ciudadanos en términos de la protección de sus derechos y la satisfacción de sus necesidades socioeconómicas".

En la rueda de prensa final, el mandatario español, José Luis Rodríguez Zapatero, defendió el supuesto cambio de "espíritu" en la cumbre y aseveró que, efectivamente, el encuentro de Salamanca se convirtió en un "punto de inflexión" para huir de la retórica y las falsas expectativas.

Rodríguez Zapatero se mostró eufórico al anunciar el "nacimiento de una nueva sociedad iberoamericana", que tendrá como objetivos "lograr la paz, la democracia y el desarrollo con cohesión social, teniendo como principales enemigos a la miseria y el terrorismo".

Uno de los asuntos más polémicos de la redacción final del texto fue el relativo a la condena al embargo estadunidense contra Cuba al cual se hace referencia con el término "bloqueo", empleado por La Habana, en lugar de "embargo", preferido por la administración estadunidense.

Desde el viernes pasado se rumoró aquí que la embajada estadunidense en Madrid hizo sentir su malestar por esta redacción.

Rodríguez Zapatero dijo que la polémica era un tanto "incomprensible" y afirmó que la palabra "bloqueo" se viene utilizando en las instituciones internacionales, como Naciones Unidas, desde 1992, y que lo único que hizo la comunidad iberoamericano fue homologar este discurso.

Agregó que la relación entre Washington y Madrid es "adecuada, correcta y fluida".

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, recibió con entusiasmo la Declaración de Salamanca, pues en ella, dijo, "se llama a las cosas por su nombre".

Afirmó que "no me extraña" que Estados Unidos considere "inquietante" la declaración de la Cumbre Iberoamericana sobre Cuba, y celebró también que el documento reclame de manera inequívoca la extradición del presunto terrorista anticastrista Luis Posada Carriles, aunque no se mencione su nombre,

Los mandatarios también celebraron la creación de un nuevo organismo que dará seguimiento a los acuerdos y objetivos fijados durante la cumbre, la Secretaría General Iberoamericana, presidida por el uruguayo Enrique Iglesias, ex director del Banco Interamericano de Desarrollo.

"Esto va a permitir un seguimiento, una memoria histórica y dará capacidad de iniciativa. Me siento mucho más seguro que cuando llegué. Me voy reconfortado, menos preocupado y un poco angustiado por la tarea que nos han puesto sobre la mesa", dijo un optimista Iglesias.

Enumeró luego la prioridad otorgada al diseño de una agenda social centrada en la lucha contra la pobreza, el hecho de que Brasil haya anunciado la incorporación del español como lengua obligatoria en las escuelas primarias y secundarias, la cuestión de la inmigración y la decisión de asumir su racionalización y humanización, y el inicio del trabajo con la comunidad empresarial.

Entre los otros puntos que destacó se encuentran el diálogo abierto con la sociedad civil, la agenda política donde se discutió sobre Haití y se adoptó un compromiso de lucha contra el terrorismo, la carta cultural iberoamericana, la cuestión de la respuesta a las catástrofes naturales y el hecho de que la región tendrá voz propia en foros internacionales.

"Por primera vez, esta comunidad iberoamericana va a tener un vocerío internacional, en la Organización de Naciones Unidas, ante la Organización de Estados Americanos", afirmó.

Asimismo, se crearon el Plan Iberoamericano de Alfabetización y el Espacio Iberoamericano del Conocimiento, además de la redacción de la primera Carta Cultura Iberoamericana.

Migraciones, asunto difícil

El polémico fenómeno migratorio, que afecta de forma distinta a los países integrantes de la cumbre, se resolvió finalmente con una declaración genérica y sin la firma de un acuerdo concreto para facilitar la integración de millones de iberoamericanos que han emigrado a otros países.

"Las migraciones, que nos implican a todos, ya sea como sociedades emisoras, de tránsito o receptoras, son un fenómeno global cada vez más intenso, diverso y complejo, que influye en la configuración política, económica, social y cultural de nuestra sociedad", señala el texto final.

En cuanto a lograr una política apropiada en este sentido, la Declaración de Salamanca añade que "el éxito en la gestión de este complejo fenómeno está vinculado con nuestra capacidad para diseñar un marco iberoamericano de migraciones basado en la canalización ordenada y la regulación inteligente de los flujos migratorios, la cooperación contra el tráfico y la trata de personas y, además, en la responsabilidad de cada país por el diseño de las políticas públicas al respecto".

Para profundizar en esta problemática, los mandatarios acordaron convocar a otra cumbre, que se llamará Encuentro Iberoamericano sobre Migraciones.

"Hemos encargado a la Secretaría General Iberoamericana que convoque un encuentro sobre migraciones que permita abordar este asunto en toda su complejidad", declaró Rodríguez Zapatero. El viernes, el mandatario ya había afirmado que un modelo iberoamericano para la gestión de migraciones debía estar basado en criterios de "humanidad, hospitalidad y solidaridad".

La Declaración de Salamanca también pone énfasis en la lucha contra el terrorismo y en la creación de un "espacio jurídico común" para coordinar las actuaciones policiales y judiciales con el fin de combatirlo.

Asimismo, en el foro se hizo una mención especial de "solidaridad" con las naciones devastadas por el huracán Stan.


XV Cumbre Iberoamericana | www.agp.org

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