Manifiesto de la AGP
¡modificado en la 3ª conferencia de la AGP en Cochabamba!

 

en: Boletín de la AGP, Número 1, Marzo 1998

 



Manifiesto de la Acción Global de los Pueblos

[Nota de l@s editores de la red: en la segunda conferencia de la AGP en Bangalore, India, había las discusiones en cambios y mejoras del manifiesto, por ejemplo una vista crítica del papel del estado en el capitalismo. Los cambios al manifiesto deberán ser discutidos en la tercera conferencia en Cochabamba.]
 

"No podemos tomar la comunión en los altares de una cultura dominante que confunde valor con precio y convierte a los países y los pueblos en mercancías."
-- Eduardo Galeano

"Si solamente vienes a ayudarme, te puedes volver a casa.
Pero si consideras mi lucha como parte de la lucha por tu propia sobrevivencia,
entonces quizá podemos trabajar juntos."
-- Mujer aborigen
 


Parte 1

Globalización económica, poder y el "descenso en espiral"
Explotación, trabajo y medios de vida
La opresión de género
Las lucha de los pueblos indígenas por la supervivencia
Grupos étnicos oprimidos
Ataque masivo a la naturaleza y a la agricultura
Cultura
Conocimiento y tecnología
Educación y juventud
Militarización
Migración y discriminación

Parte 2


I

 

Vivimos en una época en la que el capital, con el apoyo de agencias internacionales como la Organización Mundial de Comercio (OMC), el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y otras instituciones, está forzando la reforma de las políticas nacionales con el objetivo de fortalecer su control global de la vida política, económica y cultural.

El capital siempre ha sido global. Su búsqueda sin fronteras de expansión y lucro no reconoce límites. Desde el comercio de esclavos a la colonización imperial de pueblos, tierras y culturas a lo largo y ancho del planeta, la acumulación capitalista siempre se ha alimentado de la sangre y las lágrimas de los pueblos del mundo. Este proceso de destrucción y miseria sólo se ha visto restringido por la resistencia de los movimientos de base.

Actualmente, el capital despliega una nueva estrategia para afirmar su poder y neutralizar la resistencia popular. Su nombre es globalización económica y consiste en desmantelar las limitaciones nacionales al comercio y a la libre circulación de capitales.

Los efectos de la globalización se expanden por el tejido de sociedades y comunidades del mundo, absorbiendo a sus pueblos en un gigantesco sistema único, con el objetivo extraer ganancias y controlar a los pueblos y a la naturaleza. Palabras como "globalización", "liberalización" y "deregulación" no son más que el disfraz de las crecientes disparidades en las condiciones de vida de las élites y las masas, tanto en los países privilegiados como en los "periféricos".

El fenómeno más nuevo y quizá más importante del proceso de globalización es la emergencia de acuerdos comerciales como instrumentos claves para la acumulación y el control. La OMC es, con gran diferencia, la institución más importante para el desarrollo y la implementación de estos acuerdos comerciales. Se ha transformado en el vehículo preferido por el capital transnacional para llevar a la práctica su gobierno económico mundial. La Ronda Uruguay expandió ampliamente el espectro del sistema multilateral de comercio (los acuerdos bajo la égida de la OMC) de modo que ya no solamente constituye comercio en bienes manufacturados. Los acuerdos de la OMC abarcan ahora también el comercio agrícola, el comercio de servicios, los derechos de propiedad intelectual y las medidas de inversión. Esta expansión tiene efectos muy significativos tanto en asuntos económicos como no económicos. Por ejemplo, el Acuerdo General de Comercio de Servicios tendrá efectos de largo alcance en las culturas del mundo. Igualmente, los Acuerdos sobre Propiedad Intelectual relacionada al Comercio (TRIPs por su sigla en inglés) y las presiones unilaterales, especialmente sobre los países ricos en biodiversidad, están forzando a estos países ha adoptar nuevas legislaciones que establecen la aplicación de sistemas de propiedad intelectual sobre formas de vida, con consecuencias desastrosas para la biodiversidad y la seguridad alimentaria. El sistema multilateral de comercio, a través de la OMC, tiene un tremendo impacto en la conformación de las políticas nacionales, tanto sociales como económicas, y por lo tanto define y restringe las opciones de desarrollo.

Los acuerdos comerciales también están proliferando a nivel regional. El TLC (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) es el prototipo de acuerdos regionales legalmente vinculantes, que abarca países privilegiados y del tercer mundo, y cuyo modelo se trata de expandir a todas las Américas. APEC (Cooperación Económica Asia-Pacífico) es otro modelo que incluye los dos tipos de países, y está siendo usado para forzar nuevos acuerdos en el marco de la OMC. El Tratado de Maastricht es, por supuesto, el ejemplo más importante de acuerdos legalmente vinculantes entre países privilegiados. También han surgido acuerdos regionales entre países del tercer mundo, como ASEAN (Asociación de las Naciones del Sudeste Asiático), SADC (Cooperación para el Desarrollo de Africa del Sur), SAFTA (Acuerdo de Libre Comercio de los países del Sudeste Asiático) y MERCOSUR (Mercado Común del Sur). Todos estos acuerdos regionales implican la transferencia del poder de decisión desde el nivel nacional a instituciones supranacionales, que están aún más distantes de la gente y son aún menos democráticas que los estados-nación.

Como si esto no fuera suficiente, los países privilegiados están promoviendo un nuevo acuerdo: el Acuerdo Multilateral sobre Inversiones (AMI) para ampliar los derechos de los inversores extranjeros mucho más allá de sus posiciones actuales en la mayoría de los países, y para restringir severamente los derechos y poderes de los gobiernos para regular la entrada, establecimiento y operaciones de las empresas e inversores extranjeros. Actualmente éste es el intento más importante de extender la globalización económica y la "liberalización económica". El AMI aboliría el poder y el derecho legítimo y soberano de los pueblos a determinar sus propias políticas económicas, sociales y culturales.

Todas estas instituciones y acuerdos comparten los mismos objetivos: proveer movilidad para los bienes, servicios y capitales, aumentar el control del capital transnacional sobre los pueblos y la naturaleza, transferir el poder a instituciones distantes y no democráticas, eliminar las posibilidades de un desarrollo basado en las comunidades y en economías autosuficientes y limitar la libertad de los pueblos para construir sociedades basadas en sus propios valores humanos.

CIMA de la página | CIMA de esta sección


Globalización económica, poder y el "descenso en espiral"

La globalización económica ha engendrado nuevas formas de acumulación de riqueza y poder. La acumulación de riqueza tiene lugar a escala global, a una velocidad creciente, controlada por empresas e inversores transnacionales. Mientras que el capital se ha vuelto global, las políticas de redistribución siguen siendo responsabilidad de los gobiernos nacionales, que no tienen posibilidades, y en la mayoría de los casos tampoco la voluntad, de actuar contra los intereses del capital transnacional.

Esta asimetría está provocando una redistribución acelerada de poder a nivel global, fortaleciendo lo que usualmente se denomina como "poder corporativo". En este peculiar sistema político, el capital global determina el orden del día económico y social a escala global con la ayuda de grupos "informales" de cabildeo extremadamente influyentes, como el Foro Económico Mundial. Estos grupos corporativos de cabildeo dan sus instrucciones a los gobiernos en forma de recomendaciones, que los gobiernos siguen, ya que los pocos que rehusan obedecer los "consejos" de los grupos de cabildeo de las corporaciones ven sus divisas atacadas por los especuladores y sus economías debilitadas por el éxodo de los inversores. Los acuerdos comerciales regionales y multilaterales han fortalecido la influencia de los grupos corporativos de cabildeo. Con su ayuda, se están imponiendo políticas neoliberales en todo el mundo.

Estas políticas neoliberales están creando tensiones sociales globales, similares a las que se dieron a escala nacional durante las primeras etapas de la industrialización: mientras que crece el número de billonari@s, más y más gente en todo el mundo se encuentra en un sistema que no les ofrece lugar en la producción ni acceso al consumo. Esta desesperación, combinada con la libre movilidad del capital, ofrece a los inversores transnacionales el mejor ambiente imaginable para enfrentar tanto a trabajador@s como a gobiernos entre sí. El resultado es una "descenso en espiral" de las condiciones sociales y ambientales, y el desmantelamiento de las políticas de redistribución (impuestos progresivos, sistemas de seguridad social, reducción de horas de trabajo, etc.). Se crea un círculo vicioso, donde se acrecienta la concentración de la "demanda efectiva" en las manos de las élites transnacionales, mientras más y más gente no puede satisfacer sus necesidades básicas.

Estos procesos de exclusión y acumulación mundial llevan a un ataque global contra los derechos humanos más elementales, con consecuencias muy visibles: miseria, hambre, falta de vivienda, desempleo, deterioro de las condiciones de salud, no acceso a la tierra, analfabetismo, agudización de las desigualdades de género, crecimiento explosivo del sector "informal" y las economías sumergidas (particularmente la producción y tráfico de drogas), destrucción de la vida comunitaria, recortes en los servicios sociales y derechos laborales, aumento de la violencia en todos los niveles de la sociedad, aceleración de la destrucción ambiental, creciente intolerancia racial, étnica y religiosa, migraciones masivas (por razones económicas, políticas y ambientales), aumento de la represión y el control militar, etc.

CIMA de la página | CIMA de esta sección


Explotación, trabajo y medios de vida

La globalización del capital ha despojado en un grado altamente significativo a l@s trabajador@s de su posibilidad de confrontarse o negociar con el capital en un contexto nacional. La mayoría de los sindicatos convencionales (particularmente en los países privilegiados) han aceptado su derrota a manos de la economía global y renuncian volutariamente a las conquistas ganadas con las lágrimas y la sangre de generaciones de trabajadores. De acuerdo con las exigencias del capital transnacional, han canjeado la solidaridad por la "competitividad internacional", y los derechos laborales por la "flexibilidad del mercado laboral". Ahora están fomentando activamente la introducción de una cláusula "social" en el sistema multilateral de comercio, que dará a los países privilegiados una herramienta para el proteccionismo selectivo, unilateral y neocolonialista, con el efecto de aumentar la pobreza en lugar de atacarla en su raíz.

Los grupos de derecha en los países privilegiados, a menudo acusan a los países del tercer mundo por el aumento del desempleo y el empeoramiento de las condiciones de trabajo en sus países. Dicen que los pueblos del Sur están secuestrando el capital del Norte con ayuda de mano de obra barata, regulaciones laborales y ambientales débiles o inexistentes y bajos impuestos, y que las exportaciones del Sur están llevando a los productores del Norte a la bancarrota. Si bien es cierto que una pequenha proporción de la producción ha sido trasladada desde países privilegiados a países del tercer mundo (especialmente en sectores específicos como el textil y la microelectrónica), las adolescentes que sacrifican su salud trabajando por salarios miserables en fábricas de las transnacionales difícilmente puedan ser culpadas de la dislocación social creada por la libertad de movimientos del capital. Además, la mayor parte de los reasentamientos tienen lugar entre los países ricos, y apenas pequenhas fracciones de las inversiones van a los países del tercer mundo (e incluso algunas inversiones van al Norte desde países considerados convencionalmente como "subdesarrollados"). Y la amenaza de reasentamiento a otro país rico - el tipo más común de reasentamiento -, es tan efectivo para chantajear a l@s trabajador@s como la amenaza de traslado hacia un país del tercer mundo. Finalmente, la causa principal del desempleo en los países privilegiados es la introducción de tecnologías de "racionalización", sobre las cuáles los pueblos del tercer mundo no tienen ninguna influencia. En resumen, el aumento de la explotación es responsabilidad de los capitalistas, no de los pueblos.

Much@s defensor@s del "desarrollo" dan la bienvenida a la libre movilidad de capital desde los países privilegiados al tercer mundo como una contribución positiva para el mejoramiento de las condiciones de vida de l@s pobres, ya que las inversiones extranjeras supuestamente producen empleo y medios de vida. Olvidan que el impacto social positivo de las inversiones extranjeras está limitado por su propia naturaleza, ya que las corporaciones transnacionales solamente mantienen su dinero en países del tercer mundo mientras las políticas de esos países les permitan seguir explotando la miseria y la desesperación de sus poblaciones. El mercado financiero impone fuertes castigos a los países que se atreven a adoptar cualquier tipo de política que pudieran tener como resultado un aumento del nivel de vida internos, tal como se vio, por ejemplo, en el abrupto fin dado a las tímidas políticas de redistribución que intentó Mitterrand en Francia en 1981. También la crisis mexicana de 1994 y las recientes crisis en Asia Oriental, que pueden ser presentadas por los medios de comunicación como resultado de técnicas de administración deficientes, son buenos ejemplos del impacto de la dominación corporativa que se hace más fuerte cada día tanto en los países privilegiados como en el tercer mundo, condicionando todas y cada una de las políticas sociales y económicas.

Aquell@s que creen en los efectos sociales beneficiosos del "libre" mercado, también olvidan que los impactos del capital transnacional no se limitan a la creación de empleos mal pagados. La mayor parte de las inversiones extranjeras directas (dos tercios según cifras de Naciones Unidas) tanto en países privilegiados como del tercer mundo, consiste en la apropiación de empresas nacionales por parte de corporaciones transnacionales, lo cual tiene como resultado típico la destrucción de empleos. Y las corporaciones transnacionales nunca viene solas con su dinero, también traen sus productos extranjeros al país, logrando expulsar del mercado a un gran número de empresas y agricultores locales, o forzándolos a producir en condiciones aún más inhumanas. Finalmente, la mayor parte de las inversiones extranjeras provocan la explotación insustentable de los recursos naturales, que resulta a su vez en la desposesión irreversible de los medios de vida de diversas comunidades de pueblos indígenas, campesin@s, grupos étnicos, etc.

Rechazamos la idea de que el "libre" comercio crea empleo y aumenta el bienestar, y la suposición de que puede contribuir a aliviar la pobreza. Pero también rechazamos enérgicamente la alternativa derechista de un capitalismo nacional más fuerte, así como la alternativa fascista de un estado autoritario que centralice el control que ahora tienen las corporaciones. Nuestra lucha se dirige a reclamar los medios de producción, rescatándolos de las manos del capital nacional y transnacional, con el objetivo de crear medios de vida libres, sustentables y controlados por las comunidades, basados en la solidaridad y en la satisfacción de las necesidades y no en la explotación y la ambición.

CIMA de la página | CIMA de esta sección


La opresión de género

La globalización y las políticas neoliberales se construyen sobre las desigualdades aumentándolas, incluyendo la desigualdad de géneros. El sistema de poder basado en roles de género en una economía globalizada, tal como la mayoría de los sistemas tradicionales, promueve la explotación de las mujeres como trabajadoras, como sustento de sus familias y como objetos sexuales.

Las mujeres son responsables de crear, educar, alimentar, vestir, disciplinar y encaminar a sus hij@s como futura fuerza global de trabajo. Se utilizadas como mano de obra barata y dócil en las ocupaciones más explotadoras de empleo, como en las maquiladoras de la industria textil y de microelectrónica. Forzadas a salir de sus lugares de origen por la pobreza causada por la globalización, muchas mujeres buscan empleo en países extranjeros, a menudo como inmigrantes ilegales, sujetas a terribles condiciones de trabajo e inseguridad. La explotación del cuerpo en la prostitución es un elemento importante del comercio mundial, e incluye ninhas desde los 10 anhos. Son utilizadas por la economía mundial a través de diversas formas de explotación y mercantilización.

Se espera que las mujeres solamente sean activas en sus propia casa. Aunque éste nunca ha sido el caso, esta expectativa ha sido argumentada para negarles su papel en los asuntos públicos. El sistema económico también hace uso de estos roles de género, identificando a las mujeres como la causa de muchos problemas sociales y ambientales. Se afirma que la crisis ambiental es causada por las mujeres que tienen demasiad@s hij@s (en lugar de ser causada por los ricos, que consumen demasiados recursos). En forma similar, el hecho de que las mujeres tengan salarios más bajos que los de los hombres, bajo el supuesto de que su remuneración es solamente una entrada suplementaria a la economía hogarenha, es usado para hacerlas responsables del desempleo masculino y la reducción de los salarios. Como resultado, las mujeres son usadas como chivos expiatorios, declaradas culpables de crear la misma miseria que las oprime, en lugar de desenmascarar al capital global como el culpable de la catástrofe social y ambiental. Esta estigmatización ideológica se agrega a la violencia física que sufren cotidianamente mujeres de todos los rincones del planeta.

El patriarcado y el sistema de géneros se asienta firmemente en la idea de la naturalidad y exclusividad de la heterosexualidad. La mayoría de los sistemas y estructuras sociales rechazan violentamente cualquier otra forma de actividad o expresión sexual y esta limitación de la libertad es utilizada para perpetuarlos roles de género del patriarcado.

La eliminación del patriarcado y el fin de todas las formas de discriminación de género requiere de un compromiso abierto contra el mercado global. Igualmente es vital que aquell@s que luchan contra el capital global, comprendan y rechacen la explotación y la marginalización de las mujeres participando en la lucha contra la homofobia. Necesitamos desarrollar nuevas culturas que representen alternativas reales a estas viejas y nuevas formas de opresión.

CIMA de la página | CIMA de esta sección


Las lucha de los pueblos indígenas por la supervivencia

Los pueblos y nacionalidades indígenas tienen una larga historia de resistencia contra la destrucción provocada por el capitalismo. Hoy están confrontados con el proyecto de globalización neoliberal como un instrumento del capital transnacional para la neo-colonización y la exterminación. Las companhías transnacionales están invandiendo violentamente los últimos refugios de los pueblos indígenas, violando sus territorios, hábitats y recursos, destruyendo sus formas de vida y muchas veces perpetrando directamente su genocidio. Los estados-nación permiten y muchas veces promueven activamente estas violaciones, a pesar de su compromiso de respetar los derechos indígenas, reflejados en diversas declaraciones, acuerdos y convenios.

Las corporaciones están robando conocimientos ancestrales y patentándolos para su propio beneficio y lucro. Esto significa que los pueblos indígenas y el resto de la humanidad deberán pagar para acceder al conocimiento, que está siendo transformado en mercancía. Además, partes del cuerpo de los propios indígenas están siendo patentados por corporaciones transnacionales y por la administración estadounidense, bajo los auspicios del Programa de Diversidad Genética Humana. Nos oponemos al patentamiento de toda forma de vida, incluyendo el genoma humano y al control monopólico de las semillas, medicinas y sistemas de conocimiento tradicionales.

La lucha de los pueblos indígenas por la defensa de sus territorios (incluyendo el subsuelo) y sociedades, está llevando a una represión creciente contra ellos y a la militarización de sus territorios, forzándolos a sacrificar sus vidas o su libertad. Esta lucha continuará hasta que los derechos de los pueblos indígenas a la autonomía territorial sea plenamente respetada en todo el mundo.

CIMA de la página | CIMA de esta sección


Grupos étnicos oprimidos

Las comunidades negras de origen africano en las Américas sufrieron durante siglos una explotación violenta e inhumana, así como su aniquilación física. Su mano de obra fue usada como una herramienta fundamental para la acumulación de capital, tanto en las Américas como en Europa. Frente a esta opresión, l@s afroamerican@s han creado procesos de comunidades para la organización y la resistencia cultural. Actualmente estas comunidades negras están sufriendo los efectos de megaproyectos de "desarrollo" en sus territorios y la invasión de sus tierras por grandes terratenientes, lo que conduce a desplazamientos masivos, a la alienación y miseria cultural, y muchas veces a la represión y a la muerte.

Situaciones similares son sufridas por otros pueblos, tales como los gitanos, los kurdos, los saharauis, etc. Estos pueblos son forzados a luchar por su derecho a vivir dignamente frente a estados-nación que reprimen sus identidades y su autonomía, y les imponen su incorporación en sociedades homogéneas. Muchos de estos grupos son vistos como amenazas por los poderes dominantes, dado que reclaman y practican su derecho a la diversidad cultural y la autonomía.

CIMA de la página | CIMA de esta sección


id="ons" name="ons">Ataque masivo a la naturaleza y a la agricultura

tierra, el agua, los bosques, la vida silvestre y acuática, los recursos minerales, no son mercancías, sino recursos indispensables para la vida. Durante décadas, los poderes que han surgido del dinero y el mercado, han incrementado sus beneficios y su control sobre las políticas y las economías, usurpando estos recursos a costa de las vidas y las culturas de vastas mayorías en todo el mundo. Durante décadas, el Banco Mundial y el FMI y ahora la OMC, actuando junto a las multinacionales y en alianza con los gobiernos nacionales, han facilitado las manipulaciones para apropiarse del medio ambiente. El resultado es la devastación ambiental, un inmanejable y trágico desplazamiento social y el empobrecimiento de la diversidad cultural y biológica, cuya capacidad de regeneración y recuperación se ha perdido en gran parte, sin compensación para quienes dependen de ella.

Las desigualdades provocadas por el capital nacional y global, tanto dentro de los países como entre ellos, han aumentado profundamente, mientras los ricos siguen expoliando los recursos naturales de las comunidades y de l@s campesin@s, l@s pescador@s, las poblaciones tribales e indígenas, las mujeres, l@s más desfavorecid@s, aplastando a l@s que ya están siendo pisotead@s. La administración centralizada de los recursos impuesta por los acuerdos comerciales y de inversión, no deja lugar a la sustentabilidad intergeneracional e intrageneracional. Solamente sirve a los designios de los poderes que han disenhado y ratificado estos acuerdos: la acumulación de poder y riquezas para sí mismos.

Las tecnologías insustentables y con grandes necesidades de capital han jugado un papel muy importante en la masacre de la naturaleza y la agricultura. Las tecnologías de la Revolución Verde han causado una debacle ambiental y social en todos los lugares donde han sido aplicadas, creando exclusión y hambre en lugar de eliminarlas. Ahora han surgido las nuevas biotecnologías y las patentes sobre la vida, como una de las armas más poderosas y peligrosas de las corporaciones para controlar los sistemas alimentarios en todo el mundo. La ingeniería genética y las patentes sobre la vida deben ser rechazadas, ya que el potencial de los impactos sociales y ambientales es el más alto de la historia de la humanidad.

Luchando contra el paradigma capitalista global, l@s no privilegiad@s de todo el mundo trabajamos por la regeneración de nuestra herencia natural y la reconstrucción de comunidades integradas e igualitarias. Tenemos la visión de una economía y política descentralizadas, basada en los derechos de las comunidades al uso sustentable de los recursos naturales y a planificar nuestro propio desarrollo, con igualdad y autosuficiencia como valores básicos. En vez de prioridades distorsionadas impuestas a través de disenhos globales en sectores tales como transporte, infraestructura y energía, y tecnologías con uso intensivo de energía, afirmamos nuestro derecho a vivir satisfaciendo las necesidades básicas de tod@s, eliminando la ambición de la minoría consumista. Respetando los conocimientos tradicionales y las culturas acordes con los valores de igualdad, justicia y sostenibilidad, nos comprometemos a desarrollar formas creativas para utilizar y distribuir con justicia nuestros recursos naturales.

CIMA de la página | CIMA de esta sección


Cultura

Otro aspecto importante de la globalización, tal como está orquestada por la OMC y otras agencias internacionales, es la transformación de la cultura en mercancía y su comercialización, la apropiación de la diversidad para cooptarla e integrarla en el proceso de acumulación capitalista. Este proceso de homogeneización por parte de los medios masivos de comunicación, no sólo contribuye a la quiebra de las redes sociales y culturales de las comunidades locales, sino también destruye la esencia y el significado de la cultura.

La diversidad cultural no sólo tiene un valor inconmensurable por sí misma, como reflejo de la creatividad y el potencial humano, también constituye una herramienta fundamental para la resistencia y la autoconfianza. Por esto mismo, ya desde el colonialismo, la homogeneización cultural ha sido una de las herramientas más importantes para el control centralizado. En el pasado la eliminación de la diversidad cultural fue fundamentalmente realizada por la Iglesia y por la imposición del lenguaje de los colonizadores. Hoy los medios de comunicación y la cultura consumista de las corporaciones son los principales agentes de la mercantilización y homogeneización de la diversidad cultural. Los resultados de este proceso no son sólo una pérdida fundamental de la herencia de la humanidad; también se ha creado una alarmante dependencia de la cultura capitalista de consumo masivo, una dependencia que es mucho más profunda en su naturaleza y mucho más difícil de eliminar que la dependencia política o económica.

El control sobre la cultura debe ser arrancado de las manos de las corporaciones y reclamado por las comunidades para sí. Autoconfianza, autosuficiencia y libertad sólo son posibles sobre las bases de una diversidad cultural viva que haga posible a los pueblos determinar independientemente todos y cada uno de los aspectos de su vida. Estamos profundamente comprometid@s a la liberación cultural en todas las áreas de la vida, desde la comida a las películas, desde la música a los medios decomunicación. Vamos a contribuir con nuestra acción directa al desmantelamiento de la cultura corporativa y a la refundación de espacios para la creatividad genuina.

CIMA de la página | CIMA de esta sección


Conocimiento y tecnología

La ciencia y la tecnología no son neutrales ni están exentas de valores. La dominación del capital se basa en parte en el control de ambas. La ciencia y la tecnología occidentales han hecho aportes muy importantes a la humanidad, pero su dominio ha aplastado muy diversos y valiosos sistemas de conocimiento y tecnologías basadas en siglos de experimentación.

La ciencia occidental se caracteriza por la producción de modelos simplificados de la realidad, con propósitos de aplicación fragmentaria. Por eso, el método científico reduccionista tiene una capacidad extremadamente limitada de producir conocimiento útil sobre sistemas complejos y caóticos como, por ejemplo, la agricultura. Los sistemas de conocimiento y los métodos de producción tradicionales son mucho más efectivos, ya que están basados en observaciones directas de muchas generaciones y de interacciones con sistemas complejos no simplificados. Por esta razón, las tecnologías basadas en la "ciencia" y en el uso intensivo de capital, invariablemente fracasan en lograr sus objetivos en sistemas complejos, y muchas veces provocan desequilibrios en estos sistemas, tal como las tecnologías de la Revolución Verde, las tecnologías modernas de represas hidráulicas y muchos otros ejemplos.

A pesar de sus muchos fracasos, las tecnologías de uso intensivo de capital son sistemáticamente tratadas como superiores a las tecnologías tradicionales, éstas últimas muchas veces de uso intensivo de trabajo. Esta discriminación ideológica trae como resultado desempleo, endeudamientos y, lo más importante, la pérdida de un cuerpo invalorable de conocimientos y tecnologías acumuladas durante siglos. El conocimiento tradicional, muchas veces manejado por mujeres, ha sido hasta hace poco tiempo rechazado como "superstición" y "brujería" por los académicos y científicos occidentales, mayoritariamente masculinos. Su "racionalismo" y "modernización" ha tratado por siglos de destruirlo irreversiblemente. Sin embargo, la industria corporativa farmacéutica y agrícola ha descubierto recientemente el valor y el potencial del conocimiento tradicional y lo está robando, patentando y mercantilizando para su propio lucro.

La tecnología de uso intensivo de capital, ha sido disenhada, promovida, comercializada e impuesta para servir al proceso de la globalización del capital. Como el uso de tecnologías tiene una influencia muy importante en la vida social e individual, la gente debería tener la posibilidad de libre elección, el acceso y control sobre las tecnologías. Solamente las tecnologías que pueden ser administradas, operadas y controladas por la gente desde lo local, deberían ser consideradas válidas. También el control de las formas en que se produce y disenha la tecnología y sus alcances y finalidades, deberían estar inspirados en los principios éticos de solidaridad, cooperación mutua y sentido común. Actualmente los principios subyacentes a la producción de tecnología son exactamente lo contrario: lucro, competencia y la producción deliberada de obsolescencia. El proceso de empoderamiento pasa por del control de los pueblos de la utilización y producción de tecnología.

CIMA de la página | CIMA de esta sección


Educación y juventud

El contenido de los sistemas educativos actuales está cada vez más condicionado a las demandas de producción dictadas por las multinacionales. Los intereses y requerimientos de la globalización económica llevan a una creciente mercantilización de la educación. La disminución de los presupuestos públicos propicia el desarrollo de la educación privada y las condiciones laborales del gremio de trabajador@s de la educación pública están siendo erosionadas a causa de los Programas de Ajuste Estructural. Cada vez más, aprender se convierte en un proceso que aumenta las desigualdades en las sociedades. Aún ahora los sistemas de educación pública, y sobre todo las universidades, se hacen inaccesibles para amplios sectores de la sociedad. El aprendizaje de humanidades (historia, filosofía, etc.) y el desarrollo de un pensamiento crítico está siendo desmantelado por una educación que se encuentra al servicio de los intereses del proceso de globalización, en el que predominan los valores de la competitividad. L@s estudiantes pasan más tiempo aprendendiendo cómo competir entre ellos que desarrollando su propio crecimiento personal, su capacidad crítica y su potencial para transformar la sociedad.

La educación, en tanto que herramienta para el cambio social, requiere educador@s crític@s y académic@s con capacidad de confrontación, en todos los sistemas educativos. La educación basada en la comunidad puede provocar procesos de aprendizaje junto a los movimientos sociales. El derecho a la información es esencial para el trabajo de dichos movimientos. El acceso restringido y desigual al aprendizaje de idiomas, en particular para las mujeres, impide la participación política. La consecución de estas herramientas es una forma de reforzar y reconstuir valores humanos, aunque la educación formal está siendo mercantilizada como vehículo para llegar al mercado global. Esto se realiza a través de las inversiones de las multinacionales en la investigación y por la promoción de conocimientos orientados hacia las capacitaciones requeridas en el mercado. La dominación de los medios de comunicación masivos debería ser disuelta y el derecho a reproducir nuestros propios conocimientos y culturas debería ser reconocido y apoyado.

Sin embargo, para much@s ninh@s en el mundo, la mercantilización de la educación no llega ni a plantearse, ya que ell@s mism@s están siendo mercantilizad@s como mano de obra explotada y como objetos sexuales, sufriendo además niveles inhumanos de violencia. La globalización económica es la raíz de la pesadilla cotidiana de un número creciente de ninh@s explotad@s. Sus destinos muestran las consecuencias más horribles de la miseria generada por el mercado global.

CIMA de la página | CIMA de esta sección


Militarización

La globalización está agravando crisis complejas y crecientes, que aumentan las tensiones y conflictos. La necesidad de lidiar con este desorden creciente está intensificando la militarización y la represión (más policía, detenciones, cárceles, prisioneros) en nuestras sociedades. Las instituciones militares como la OTAN - dominada por E.E.U.U. - que organizan a otros poderes del Norte, están entre los principales instrumentos que mantienen este orden mundial desigual e injusto. El servicio militar obligatorio en muchos países trata de adoctrinar a los jóvenes para justificar el militarismo. Igualmente los medios de comunicación y la cultura corporativa glorifican lo militar y exaltan el uso de la violencia. Bajo las fachadas de estructuras democráticas se está dando un aumento de la militarización de los Estados, que en muchos casos se vale de grupos paramilitares sin rostro para aplicar y defender los intereses del capital.

Al mismo tiempo el complejo industrial-militar, uno de los pilares fundamentales del sistema económico global, es controlado por enormes corporaciones. La OMC, deja formalmente los asuntos de la defensa a los Estados, pero el sector militar, de hecho, es una parte fundamental del campo de búsqueda de lucro privado.

La AGP hace un llamando por el desmantelamiento de las armas nucleares y todas las armas de destrucción masiva. La Corte Mundial de La Haya ha declarado recientemente que las armas nucleares violan el derecho internacional y ha pedido a todos los países con armas nucleares que las desmantelen. Esto significa que la estrategia de la OTAN, basada en el posible uso de armas nucleares, supone un crimen contra la humanidad.

CIMA de la página | CIMA de esta sección


Migración y discriminación

El régimen neoliberal provee libertad de movimientos al capital, pero le niega libertad de movimientos a los seres humanos. Las barreras legales a la migración son reforzadas constantemente, al tiempo que la destrucción masiva de formas de vida y la concentración de la riqueza en los países privilegiados desarraigan a millones de personas, forzándolos a buscar empleo lejos de sus hogares.

L@s migrantes están, por esa razón, en una situación cada vez más precaria y a menudo ilegal, conviertiéndose en blanco fácil de los explotadores. Son los chivos expiatorios, a quienes las derechas políticas utilizan, para canalizar las frustraciones de las poblaciones locales. La solidaridad con l@s migrantes es hoy más importante que nunca. No hay humanos ilegales, solamente hay leyes inhumanas.

El racismo, la xenofobia, el sistema de castas y la intolerancia religiosa son usadas para dividirnos, y deben ser resistidos desde todos los frentes. Celebramos la diversidad de culturas y comunidades, y no ponemos a nadie por arriba de otro u otra.

* * *

La OMC, el FMI, el Banco Mundial y otras instituciones que promueven la globalización y la liberalización, quieren hacernos creer en los efectos beneficiosos de la competencia global. Sus acuerdos y políticas constituyen violaciones directas a los derechos humanos básicos (incluyendo los derechos civiles, políticos, económicos, culturales y laborales), establecidos en los códigos de leyes internacionales y de muchas constituciones nacionales, y en las concepciones más básicas de la gente sobre la dignidad humana. Hemos visto bastante de estas políticas inhumanas. Rechazamos los principios de competencia y competitividad como solución para los problemas de los pueblos. Sólo han llevado a la destrucción de los pequenhos productores y de las economías locales. El neo-liberalismo es el verdadero enemigo de la liberación económica.

CIMA de la página | CIMA de esta sección


II

 

El capitalismo está cortando las frágiles riendas que las sociedades han conseguido ponerle durante siglos de luchas en contextos nacionales. Conserva vivos los estados-nación solamente para que cumplan su papel de control y represión, mientras crea un nuevo sistema regulador transnacional que facilite sus operaciones globales. No podemos enfrentarnos al capitalismo transnacional con las mismas armas que tradicionalmente usamos en el contexto nacional. En este nuevo mundo globalizado necesitamos inventar nuevas formas de lucha y solidaridad, nuevas metas y estrategias en nuestro trabajo político. Necesitamos unir esfuerzos para crear espacios, a escala humana, de cooperación, igualdad, dignidad, justicia y libertad, al tiempo que atacamos al capital nacional y transnacional y a los acuerdos e instituciones que crean para consolidar su poder.

Hay muchas y diversas formas de resistencia al capitalismo global y sus consecuencias. Individualmente necesitamos cambiar nuestra vida cotidiana, liberándonos de las leyes del mercado y la búsqueda de lucro. Colectivamente necesitamos desarrollar formas de organización a diferentes niveles, reconociendo que no hay una única manera de resolver los problemas que enfrentamos. Nuestras organizaciones deberán ser independientes de los poderes estatales y de los poderes económicos y basadas en la democracia directa. Estas nuevas formas de organización autónoma deberán surgir y arraigarses en las comunidades locales, al tiempo que practicarán la solidaridad internacional, creando puentes que conecten los diferentes sectores sociales, organizaciones y pueblos que ya están combatiendo la globalización a lo largo y ancho del planeta.

Estas herramientas de coordinación y empoderamiento brindan espacios para poner en práctica una gran diversidad de estrategias locales y de pequenha escala, desarrolladas durante décadas por los pueblos en todo el mundo, en la búsqueda de defender sus comunidades, barrios o colectivos del mercado global. Los vínculos directos y solidarios entre productor@s y consumid@res, tanto en áreas rurales como urbanas, las monedas locales, los sistemas de créditos sin intereses, y otros instrumentos similares, son los ladrillos para la construcción de economías locales, sustentables y autosuficientes, basadas en la cooperación y la solidaridad, y no en la competencia y el lucro. Mientras el casino financiero global gira a una velocidad creciente hacia la desintegración y la quiebra económica, nosotros, los pueblos, reconstruiremos formas de vida sustentables. Nuestros medios e inspiración emanan del conocimiento y las tecnologías tradicionales de los pueblos, de las casas y campos ocupados, de una fuerte y diversa vida cultural y una clara determinación a no obedecer ni respetar los tratados e instituciones que son las raíces de la miseria.

En un contexto en el que los gobiernos de todo el mundo actúan como criaturas y herramientas del poder capitalista, implementando políticas neo-liberales sin ningún debate entre sus propias poblaciones y muchas veces tampoco entre sus representantes electos, la única alternativa que queda a los pueblos es destruir esos acuerdos comerciales y restaurar para sí mismos una vida con democracia directa, libre de coerciones, dominación y explotación. La acción directa democrática, que lleva en sí misma la esencia de la desobediencia civil no violenta a los sistemas injustos, es por tanto el único camino posible para detener los embates de los poderes corporativos y estatales. También tiene el elemento esencial de la inmediatez. No juzgamos, sin embargo, a quienes usan otras formas de resistencia, frente a determinadas circunstancias.

Se ha vuelto urgente la necesidad de coordinar acciones para desmantelar el sistema ilegítimo de gobierno mundial que combina el poder transnacional, los estados nación, las instituciones financieras internacionales y los acuerdos comerciales. Solamente una alianza global de movimientos populares, que respete la autonomía y facilite la resistencia orientada a la acción, puede derrotar a este emergente monstruo globalizado. Si el empobrecimiento de los pueblos es la agenda del neoliberalismo, el empoderamiento de los pueblos, a través de la acción directa constructiva y la desobediencia civil, es el programa de la Acción Global de los Pueblos contra el "libre comercio" y la OMC.

Afirmamos nuestra voluntad de luchar como pueblos contra todas las formas de opresión. Pero no sólo combatimos los males que se nos han impuesto. También estamos comprometid@s a construir un nuevo mundo, como personas y comunidades cuya unidad está firmemente enraizada en nuestra diversidad. Junt@s estamos dando forma a la visión de un mundo justo, y ya hemos comenzado a construir la verdadera prosperidad, basada en el empoderamiento humano, la consideración respetuosa de la naturaleza, la diversidad, la dignidad y la libertad.

Ginebra, febrero-marzo 1998

 

CIMA de la página | CIMA de esta sección


más información sobre la AGP: agpweb (AT) lists.riseup.net