25 mil peruanos de La Rinconada viven en condiciones infrahumanas

 

La vida no vale nada en zona rica de oro

 

Por Rumi Cevallos Flórez

Fuente: La Republica 28.12.1997

 

Sin agua, ni desague, ni luz viven cerca a 25 mil habitantes en el asiento minero aurífero La Rinconada, ubicado a 195 kilómetros de Juliaca, en el nevado de Ananea, a más de 5,400 metros de altura sobre el nivel del mar.

En la parte baja del nevado, al costado de la laguna Rinconada, se ubica el campamento minero Cerro Lunar de Oro. En la parte superior, el centro Poblado La Rinconada. Desde Juliaca se llega a esta zona por un maltrecho camino. Primero a San Antonio de Putina, de allí hacia el distrito de Ananea, y luego hacia el inmenso glaciar.

Más de 4,000 mineros trabajan sin ninguna relación contractual, donde sólo prevalece la palabra. Trabajan para los contratistas mineros y se mueve en base al sistema denominado "cachorreo", sui géneris en las relaciones laborales, que no está legislado, y que es utilizado desde tiempos remotos.

De acuerdo al éxito de la explotación, el cachorreo consiste en la recompensa al obrero por el trabajo de 30 a 90 días en la labor minera, en el que tienen derecho de aprovechar la mina por un tiempo determinado y del que pueden o no, sacar para sí, el precioso metal.

En muchos casos los mineros se quejan que trabajan puntualmente cinco, seis, ocho y hasta más de un año para su patrón y a la hora del "cachorreo" sólo sacan algunos gramos, muchas veces nada. Algunos señalan que los más afortunados son los allegados a los patrones, a quienes les dan la posibilidad de sacar el mineral de buenos frentes.

El problema de mayor relevancia es el que la población cercana a los 25 mil habitantes están asentados desordenadamente en los sectores denominados La Rinconada, Riticucho y Cerro Lunar de Oro. Los campamentos son de frias calaminas, allí la gente soporta hasta 25 grados bajo cero.

En la zona de Riticucho han utilizado como refugio las grandes rocas que en un tiempo rodaron desde las zonas altas, y con pircas de piedras lajas y techo de calamina han acondicionado sus viviendas. El peligro de nuevos deslizamientos es latente en el lugar.

En todos estos sectores no existen los más elementales servicios de agua, desague y electricidad. Tampoco un sistema de recojo de la basura, la que es arrojada por cualquier lugar, produciendo una fetidez de los mil demonios, que junto a las heces y orina, producen serios problemas a la salud de los habitantes. Cuando hay necesidad uno le pregunta a cualquiera, ¿dónde puedo orinar?, como no hay baños, te dicen "a la vueltita".

El agua es llevado en cisternas desde el distrito de Ananea (a 30 kilómetros de distancia), que compran en bidones entre 0.80 céntimos a 1 nuevo sol. Para la apremiante situación en la que viven, estos precios resultan carísimos. Algunas familias recojen el agua de la lluvia y la nevada que discurre desde sus techos de calamina, hacia cualquier recipiente.

La inexistencia de estos elementales servicios , injustamente desatendidos por las autoridades del gobierno, convierten a este lugar en una de las zonas donde las condiciones de vida son las más infrahumanas.

En La Rinconada, no hay presencia del Estado, todo es informal. La vida no vale nada. Hay quienes señalan que hay gente interesada que no quieren que esta situación salga a la luz y "les rompen la mano" a las autoridades con algunos kilitos (de oro) para que todo siga igual.

Existe una total informalidad, porque todo se comercia sin boleta y sin factura. Tampoco se conoce a ciencia cierta cuánto se extrae de oro. El ingeniero minero Raúl Ortega Pinedo, que también trabaja en la zona, calcula que al mes se extrae un promedio de 250 kilos de oro. Recordó que en 1994 estimó una producción anual de 4 toneladas métricas entre Cerro Lunar de Oro y la zona alta de La Rinconada.

El congresista Daniel Estrada Pérez de UPP -que visitó estas minas conjuntamente con Jorge Figueroa de C90-NM- señala que nadie a primera vista tendría el derecho de hacer una propuesta para resolver el problema laboral de esta zona por lo que dijo que debe ser estudiado a profundidad. "Sería mucho más injusto plantear una solución sin vivir el problema", dijo.

"Si se compara con la mina de Yanacocha, donde hay un orden establecido, le dan trabajo a 200 obreros y sacan 1,500 kilos de oro y los dueños se lo llevan todo. En la Rinconada, aún en condiciones infrahumanas y de sobrevivencia, más de 25 mil peruanos se benefician de una u otra forma de esta riqueza del país", afirma convencido.

Hay gente que vive con harapos, en las peores condiciones. Las pallaqueras, rompen con una comba las piedras que el minero abandonó hasta hacerlas menudas para llevarlas a la molienda (quimbalete), y de la que pueden extraer milígramos de oro, y algunas veces algunos gramos, tienen a su costado a los hijos que también les ayudan en la faena.

Educación

Los profesores y personal de salud realizan un trabajo heroico en una zona tan difícil. El profesor Humberto Calcina Apaza, de la escuela Estatal 72147 de La Rinconada, sostiene que su centro educativo tiene 450 alumnos en ambos turnos y no reciben ninguna atención del Estado.

Como en todo el centro poblado, no tienen agua, ni servicios higiénicos, tampoco infraestructura ni mobiliario adecuado. El material educativo brilla por su ausencia.

"El presidente Fujimori inaugura colegios en todo lugar pero nunca llegó hasta aquí. En 40 años de funcionamiento de la escuela, todo sigue igual, ni siquiera se mejoró con un clavo. Solo se recibe tizas y algunas carpetas", sostiene.

En el colegio Técnico Comercial San Francisco de la Rinconada, la directora, Sofía Choque, solicitó aulas y talleres para educar a sus alumnos para la vida. También existen dos centros educativos particulares: Sagrado Corazón y Luz de los Andes, y dos Wawawasis.

El maestro de escuela, Calcina Apaza, con 3 años en La Rinconada, refiere que sus alumnos, los hijos de los obreros, llegan al centro educativo con 70 ó 80 por ciento de malnutrición. "A veces vienen sin llevar nada a la boca. Los desayunos escolares no son suficientes", sostiene.

Enfermedad y muerte

Según estadísticas reales del Centro de Salud del Centro Poblado La Rinconada, son 70 las muertes registradas entre el bienio 96 y 97, de las cuales 27 fueron por accidentes en las minas (intoxicación por monóxido de carbono y traumatismo encéfalo craneanos graves); 16 muertes por infecciones respiratorias agudas (neumonías, faringitis, entre otras); 11 por enfermedades diarréicas agudas; 11 por muerte natural; y 5 de niños que no nacen en su edad gestacional.

Debido a las inclemencias climáticas y a la falta de desague y letrinas públicas, las infecciones respiratorias agudas y las infecciones diarréicas son las de mayor incidencia.

El centro de salud atiende entre 20 a 25 pacientes diarios. En lo que va del año son 520 las atenciones por infecciones respiratorias agudas que en relación a 1996, subieron en un 50 por ciento. En el caso de las enfermedades diarréicas agudas atendieron 220 casos, que se mantienen igual en relación al año anterior.

La silicosis, enfermedad que los mineros contraen en los zocabones por el polvillo del mineral, no pueden ser detectados porque en el lugar no hay equipos de rayos equis.

Quienes adquieren la TBC, por las condiciones infrahumanas de vida que llevan, son tratados en los hospitales y centros de salud de toda la subregión de Puno. Los que adquieren la enfermedad en la zona parten a tratarse en sus lugares de origen, evitando ser tratados en el Puesto de Salud.

Los puestos de Salud de La Rinconada (funciona desde junio del '95) y de Cerro Lunar de Oro (que funciona desde abril del '96) necesitan con urgencia de ambulancias, equipo de Rayos X para detectar casos de TBC y Silicosis, balones de oxígeno, camillas, equipamiento en tópico, camas de hospitales, cunas para niños, entre otros.

En La Rinconada hay mucha proliferación de cantinas (más de 150) y discotecas. El médico, enfermeros y auxiliares, viven en continuo sobresalto los viernes, sábados, domingos y días de fiesta, cuando por el abuso del licor surgen las riñas callejeras, y llegan al Puesto de Salud por sutura.

Lugareños señalan que también hay muertes no registradas que se producen por las avalanchas de nieve perpetua, y allí quedan. Alguien comentó que un minero, Pedro Coaquira, apareció muerto en marzo de este año dentro de un costal, con traumatismo encéfalo craneano.

Contaminación

La mayoría de la población están afectados por intoxicación con mercurio, debido a que las transacciones comerciales se pagan en oro refogado, que vuelve a ser quemado al aire libre.

En ambientes frígidos mayores a 5,200 de altitud, los vapores de mercurio se precipitan muy cercanamente ocasionando una mayor contaminación del área.

Estudios sobre la salud de los mineros informales efectuado por el Instituto de Desarrollo Informal (Idesi) arrojan los siguientes malestares: dolores de cabeza 65% , cólicos 18%, náuseas y vómitos 31%, tanto para obreros como para contratistas. El 30 y 32% de los obreros y contratistas, respectivamente, sufren de enfermedades reumáticas y artríticas. Entre los contratistas, el 52% tienen molestias por la luz y en los obreros esto afecta al 41%.

Estos malestares están relacionados a los efectos de la contaminación por mercurio. Este producto se agrega al material aurífero, para obtener una amalgama, que es quemada en fogones donde se producen vapores de mercurio y se obtiene el oro refogado.

En esta situación los mineros, se contaminan por aspiración de los vapores de mercurio, conjuntamente con las personas que los rodean.

Además de existir enormes botaderos de basura, los animales se alimentan de pasos y agua contaminadas por mercurio. Es evidente que la laguna Rinconada debe estar contaminada, la que necesitaría un tratamiento especial para su recuperación.

Para Saturnino Idme Arapa, conocedor de la realidad de la zona, los contratistas sólo otorgan el cachorreo en el mejor lugar del frente de trabajo a sus allegados. "Los que sufren la gota gorda, que se meten al zocabón con barreno y explosivo y que sacan el mineral con carretilla nunca tuvieron una recompensa satisfactoria para su familia".

Propuso que de las 1492 hectáreas del denuncio minero, se les deje entre 100 a 150 para que los mineros informales continuen en el mismo sistema de trabajo, pero sean reubicados en campamentos más ordenados, más humanizados.

Afirmó que el cachorreo se debe cumplir puntualmente, mediante una relación contractual y no verbal. "Si interviene el Estado peruano se creará un problema social muy grande con desocupación para una gran cantidad de gente que en la actividad minera informal tiene una buena alternativa de vida".

Desde el punto de vista del concesionario, Isidro Cenzano Flores (sobrino de Tomás Cenzano, quien hizo el denuncio de la mina), dijo que los trabajadores no están de acuerdo con ganar un sueldo sino que el contratista le cumpla fielmente con el cachorreo.

"Cuando hay oro, hay obreros que sacan buena cantidad y nadie dice nada. Sacaron y sacaron, es su suerte, es su recompensa de trabajo. No es continua la mineralización, hay momentos en que el oro aparece en huachos (bolsonadas) y hay momentos que desaparece. Cuando hay oro todo el mundo se beneficia, el contratista, los obreros y hasta los trabajadores independientes que pueblan desordenadamente este helado lugar, pero que nadie se muere de hambre como en las ciudades", señala.

Isidro Cenzano, consideró que se debe analizar, estudiar y consultar cuál sería la mejor forma de implementar o mejorar el sistema de cachorreo para que no se genere en lo sucesivo un conflicto social, y desocupación.

 TESTIMONIOS
 En pos del oro

La joven familia Apaza Monge, viven en La Rinconada desde 1993. Recojen el "chacchito", las piedritas menudas, el sobrante del mineral, que contiene algunas las chispitas de oro.

Antonio Apaza (27), y su mujer Marina Monge (20) trabajan al aire libre. Fruto de su amor tienen a Anthony de 2 añitos de edad. "Este año no he tenido mucha suerte. A veces no recogemos nada, otras veces a la semana sólo recogemos 3 ó 4 gramitos, otras veces alguito más, con eso nos mantenemos", relata el joven padre de familia que truncó sus estudios de contabilidad en Arequipa para dedicarse a este oficio.

"Aunque jodidos, soportando el intenso frío, sin agua, ni luz, ni desague, tenemos que aprovechar y ahorrar para regresar llevando alguito, porque mi ambición es terminar mi carrera, hacer mi tesis y graduarme", refiere.

- ¿Qué te trajo a La Rinconada? le preguntamos. - En la ciudad no encontraba trabajo. Aquí, aunque mal, subsistimos, respondió de inmediato. Antonio Apaza, señala que puede haber mejor producción si se moderniza el trabajo minero y se les posibilita el acceso al crédito.

 

Estoy aquí hace desde hace 15 años

Don Emilio Ito Pari, un longevo minero con 70 años a cuestas, con el rostro curtido y un mameluco harapiento nos cuenta que tiene 15 años en La Rinconada y que llegó en busca de fortuna, pero que todo fue un sueño y que no tuvo suerte.

Chacchando su coca, que verdosa se le rebalsa de la boca, nos contó que por su edad ya no trabaja en el interior de los zocabones y que entre los guijarros busca algunas chispitas amarillas que se les escapó a los mineros.

"El trabajo no está bien, no se consigue nada bueno. Para nosotros (los que trabajan a su suerte) no hay cachorreo, está todo fregado", dice pausadamente, al retomar su chacchado.

Con voz entrecortada, dice que en la ciudad no tiene muchas esperanzas y que a su edad mal haría buscar algún trabajo porque nadie se lo dará. "Aquí me quedaré, aunque sea sobreviviré", señala el viejo que nos estruja el corazón con sus palabras.