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Bolivia: Es rojo el color de la sangre
María Galindo   Rebelión 21 de octubre de 2003
http://www.rebelion.org/mujer/031022galindo.htm

Como si aún sintieran frío los cadáveres son envueltos en mantas rojas, naranjas, azules, verdes, amarillas, con tonos intensos chillones que contrastan con la aridez del paisaje. Mantas que revelan el amor que rodea a estas víctimas, porque las mantas son el único escudo y tesoro del pueblo en estas tierras de frío. Las vecinas insisten en sentar alrededor de muertas y muertos a las huérfanas y huérfanos para hacer patente el desamparo, sorprendentemente estos niños y niñas no lloran, con caras de terror miran de frente en silencio.

Para la cosmovisión aymará quien muere asesinada no puede descansar, su alma se queda allí mismo penando, eso exalta el llanto agudo de las mujeres, mientras los hombres aprenden a llorar también. No queremos ni mencionar el número de muertes porque para nosotras es fundamental que ninguna muerte se convierta en un número y que las razones fundamentales de esta lucha no pierdan la perspectiva de las historias propias y únicas de cada una de estas vidas hoy muertas, no queremos esta lucha disuelta en la importancia de la muerte, sino en el respeto a la vida.

Toda la ciudad de El Alto es un velorio que lo pueden contener únicamente las calles, porque no hay salón, ni iglesia, ni lugar donde quepa todo el dolor y el luto, por eso el cielo mismo ha cambiado su color azul por un rojo sangrante por todos los y las que se murieron desangrando sin poder ser trasladados a los escasísimos hospitales de la ciudad más pobre de América Latina.

El valor de la información

Eso es lo que ha dejado a su paso en una ocupación militar el gobierno de Sánchez de Lozada, ocupación que se desarrolló el sábado y domingo pasados. No les hago esta descripción del dolor por el gusto a la metáfora, sino porque en el norte se han adormecido hace tiempo ya las conciencias sobre el dolor humano, y más aún sobre el dolor humano en el sur del mundo, por eso intento repetirles el color de la sangre para que hagan un esfuerzo por verlo con los ojos del corazón que son los únicos que pueden abrir la mente y la solidaridad.

Escribo este artículo robándole tiempo a mis, a nuestras pequeñas actividades de resistencia no violenta en estas tierras, lo hago porque amigas me dicen que necesitan información, harta información han acumulado ONG, Universidades y todo tipo de Organismos Internacionales sobre el sur del mundo, toda esa información poco ha servido, se la acumula en el mismo saco de consumismo donde van a parar todas las banalidades posibles. Les moviliza por unos cuantos días la muerte sin saber siquiera el lugar que ocupamos en el mapa de este mundo, menos el lugar que ocupamos en la historia de la humanidad, lugar que nos ha sido expropiado por todas las formas de colonialismo y neocolonialismo. Algunos que lean esto podrán decir que se trata de un reproche en la hora en que necesitamos como pueblo solidaridad, no es reproche hermanas es constatación directa en cientos de charlas en todo tipo de espacios, comunicación que va a ninguna parte y que no pasa de ser una anécdota.

No es una anécdota lo que vivimos hoy en Bolivia, no es una anécdota no porque aparezca en la primera página de sus periódicos, sino porque queda grabada en las memorias de niños y niñas, de hombres y mujeres habitantes de esta tierra, memoria que es lo único que tenemos.

Estamos hablando sin duda de una rebelión popular generalizada a nivel nacional y desde los más diversos sectores. Todos y todas nos hemos rebelado, repudiamos y condenamos al gobierno, defendemos el gas, y si bien los dos consensos más claros son la renuncia de Sánchez de Lozada y la derogación de la ley de hidrocarburos que legitima la expropiación del gas para beneficio de las transnacionales, si bien estos consensos son sólidos y están en todos los sitios, el día después de esta guerra de un sólo bando. Guerra del estado, la oligarquía racista y su alianza con las transnacionales contra un pueblo indefenso, el día después de esta guerra es muy incierto. No hay consensos sobre el día después. La complejidad de la composición de los sectores movilizados sin un liderazgo único es uno de los factores más preocupantes porque esto da lugar a que diferentes vanguardias y vanguardismos ensayen todo tipo de demagogias e intenten acumular el número de muertes como capital de lucha para legitimar su angurria de poder. Estamos hablando de Evo Morales dirigente del MAS, de Felipe Quispe dirigente del Movimiento Indigenista Pachakuti, de Jaime Solares ejecutivo de la Central Obrera Boliviana, del ex comandante de Policía Vargas todos ellos y muchos otros más, quienes en sus declaraciones apuntan a responder al racismo de la oligarquía exaltando el racismo indigenista y la respuesta violenta sin saber leer ellos tampoco que las movilizaciones populares donde es el pueblo liso y llano el que ha puesto el cuerpo han sido y son movilizaciones pacíficas, de resistencia civil generalizada, son movilizaciones casi espontáneas donde el control social directo lo ejerce el pequeño grupo de vecinas y vecinos. Contribuyen en esta hora trágica pues estos "líderes" entre comillas, contribuyen a la destrucción del tejido social que nos une, tejido social donde las relaciones de alianza, de solidaridad y de unidad son fundamentales, pero invisibles para ellos.

La sangre de las muertas no se puede negociar

Las mujeres están masivamente presentes en todos los sitios que una se pueda imaginar, menos en los micrófonos, no hay ninguna ni una mujer con el derecho de alzar su voz desde la resistencia popular y no es casual esta exclusión sino que es parte de la estructura vertical y profundamente machista de los partidos y movimientos sindicales arriba señalados. Nosotras pequeño nudo humano capaz de comunicarnos con cientas de hermanas en el país que se encuentran dispersas en todos los sectores movilizados planteamos en esta hora unas cuantas cosas: -organizamos una huelga de hambre de mujeres desde una composición diversa que remarque la alianza insólita y subversiva con la que siempre hemos actuado, alianza que ningún patriarca soporta, alianza de indias, putas y lesbianas contra todas las formas de racismo y de autoritarismo -planteamos desde esta huelga de hambre la renuncia de Sánchez de Lozada, lo hacemos a pesar del apoyo de la embajada norteamericana y organismos internacionales sabiendo que ponemos en juego nuestras propias vidas porque a nuestro entender ninguno de los juegos de poder que pretendan resolver esta crisis pueden sellar la negociación de la sangre que para nuestro entender no es negociable

Necesitamos que toda índole de organismos de derechos humanos hagan presentes comisiones en el país que constaten la masacre de nuestro pueblo, masacre que además responde a una forma de "limpieza étnica", fascismo repudiado por todos los convenios internacionales.

Necesitamos de estas comisiones para que se abran todas las vías internacionales para que ningún gobierno pueda respaldar al genocidio del pueblo aymara.

La renuncia inmediata del actual "defensor del pueblo" Iván Zegada, cómplice de Sánchez de Lozada y la viabilización de la reelección de Doña Ana María Campero como la única posibilidad de frenar la impunidad y la violación de los derechos humanos en el país.

*María Galindo, escritora y feminista boliviana, integrante de Mujeres Creando.


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