Foro Social Mundial en Argentina: La resistencia al modelo se concreta en las calles

Desobedientes civiles, nuevas formas de resistencia

Observatorio Político y Social de Medios de la UTPBA http://www.rebelion.org/argentina/utpba260802.htm

26 de agosto del 2002

Como parte de las actividades del Foro Social Mundial 2002, en una de las aulas de la Facultad de Medicina de Buenos Aires tuvo lugar, el sábado 24 de agosto a las 11 horas, un taller sobre Formas de Desobediencia Civil organizado por Intergalactika: Laboratorio de Resistencia Global y coordinado por Martín Bergel. Allí se reunieron panelistas de diferentes orígenes, quienes contaron sus experiencias tanto en Argentina como en Estados Unidos y Sudáfrica.

Juan "el belga" narró su historia como participante del Movimiento Internacional de Resistentes a la Guerra y actualmente militante del Servicio de Paz y Justicia y colocó a la "desobediencia civil" en su marco histórico. Asimismo, le adjudicó seis características: "debe ser un acto público, no violento, consciente, político, contrario a la ley y cometido con el propósito de ocasionar un cambio legal".

Maribel Casas, originaria de España, pero actualmente residente en EE.UU. y partcipante de la Red de Acción Directa, no quiso encasillarla en una definición aunque reconoció que hay dos tipos de desobediencia: una momentánea y otra más permanente. Esta "situación de anormalidad continua, conlleva un mensaje en la acción" dijo Casas y aclaró que las marchas en EE.UU. ya no son efectivas como forma de lucha, de modo que los militantes antiglobalizadores han buscado nuevas formas de expresión para tratar de "romper los límites de lo posible". Maribel contó que los movimientos piqueteros argentinos ya son un emblema mundial que inspiran al movimiento antiglobalizador.

Edgardo, del Movimiento Independiente de Ahorristas Argentinos (MIAA), contó cómo empezaron su lucha una vez perjudicados por el corralito que les impidió disponer de sus depósitos bancarios. Su demanda fue evolucionando y cambiando estrategias debido a que cada experiencia les mostraba nuevas dificultades. Se diferenció bien del movimiento dirigido por el actor Nito Artaza explicando que éste pretende llegar a un arreglo, aunque perjudique a todo el pueblo argentino pues debería ser el gobierno el que se haga cargo de la deuda, mientras que el MIAA pretende que sean los Bancos y sus casas matrices quienes devuelvan los ahorros.

Ezequiel de la Asamblea Barrial del Cid Campeador relató cómo la propia asamblea se vio dividida cuando algunos de sus miembros decidieron tomar un edificio desocupado, el antiguamente Banco Mayo, para devolverlo a la comunidad como comedor, merendero y centro de encuentro barrial. Para Edgardo esta apropiación/recuperación es otra forma de desobediencia. Para él, las normas o leyes fueron -en su origen- consensos o acuerdos entre personas y hoy son principios universales ajenos a la opinión de ellas.

Quienes se llevaron los aplausos fueron Max Ntanyana de la Campaña Contra los Desalojos de Sudáfrica y Neka Jara de la Corriente Aníbal Verón del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) de Solano.

Ambos llenaron de entusiasmo a las sesenta personas que los escucharon atentamente relatar sus luchas, expresar sus ideas y contar de sus heridos, presos y muertos.

Max alzó su mano derecha y gritó: -¡Amandza! (Poder) y esperó la respuesta del público que no tardó en llegar. Así, la volvió a repetir, cada vez con mayor intensidad, hasta que toda la sala gritó junto con él. Se generó un clima de atención y respeto en el que contó su historia y pidió consejo a los luchadores locales. Habló de luchas tan elementales como la de conservar sus casas, mantener conectada la luz y el agua. Para Max "la gente está antes que las ganancias".

Neka Jara explicó claramente cómo ellos entienden esta lucha que comenzaron hace tiempo y que empezó con las tomas de tierras que dieron lugar a los barrios en los que hoy viven marcando su camino desde el inicio.

Neka recordó los cortes de rutas de Cutral Có y Gral. Mosconi como los inspiradores del movimiento piquetero y contó cómo se organizan hoy. Tienen cuatro principios que rigen toda su actividad: autonomía, "una concepción nueva de construir la política"; horizontalidad, no tienen dirigentes ni dirigidos; democracia directa, hacen un ejercicio pleno de libertades y derechos y lucha. Neka aclaró que "mientras exista este sistema capitalista, el eje de la lucha pasará por erradicarlo hasta de adentro de nosotros mismos".

A problemas colectivos le buscan soluciones colectivamente. "Mientras que el hambre y la desocupación sean ley, para nosotros la lucha es justicia".

La resistencia al modelo se concreta en las calles
Poder popular, resistencias, democracia participativa, y formas de desobediencia civil.

El lunes los piqueteros vuelven a cortar las rutas para reclamar por la suspensión, por parte del gobierno, de más de 38 mil planes para jefas y jefes de hogar en todo el país. Así lo anuncio, Jorge Ceballos, coordinador nacional del movimiento Barrios de pié, a la tarde en uno de los dos paneles centrales de debate del Foro antiglobalización, que se organizaron para discutir acerca del poder popular, la democracia participativa, resistencia y formas de desobediencia civil.

La charla-debate se realizó en el glamoroso auditorio de la facultad de Odontología con una nutrida concurrencia y acompañaron al dirigente piquetero, el catalán Josep María Antentas, del Movimiento de Resistencia a la Globalización (MRG), de España; Marisol Ruiz, del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE); el joven Carlos Pisone, de la entidad de derechos humanos H.I.J.O.S.; y Mabel Bellucci, en representación de las asambleas barriales.

Aplaudido en varias oportunidades y con un discurso claro, preciso y bien estructurado, el piquetero Ceballos comenzó su alocución recordando que así como "el modelo imperante en nuestro país comenzó con el baño de sangre de la dictadura militar (la de 1976)" paralelamente fueron surgiendo expresiones de resistencia como las Madres de Plaza de Mayo y, terminada la dictadura, aparecieron otras oposiciones al modelo, como la de los jubilados -Ceballos nombró a la fallecida Norma Pla, y a Raúl Castells-, el santiagueñazo (en diciembre de 1993) y más hacia el presente los movimientos piqueteros de Salta y Neuquén.

"El barrio es una pluralidad de expresiones donde hay desocupados, trabajadores explotados, mujeres, docentes, profesionales, sectores medios" definió antes de explicar que "nosotros queremos otra sociedad y desde el principio planteamos que el tema no es solamente obtener los planes y las bolsas de alimento".

"Nosotros queremos llegar al gobierno" afirmó sin medias tintas tras sostener que "podemos resolver lo que no nos resuelve el Estado neoliberal" para enumerar, al respecto, la alfabetización de adultos, el apoyo escolar para niños y los comedores, entre las acciones que su movimiento lleva adelante.

Luego manifestó que en las rutas cortadas "el poder es de ellos (la policía) si nosotros queremos". Ceballos denunció que como una nueva forma de represión por parte del Estado, varios miembros del movimiento fueron golpeados por "lúmpenes que agreden y luego desaparecen de los barrios".

Antes del piquetero, el encargado de abrir el debate había sido Carlos Pisone, de H.I.J.O.S. Luego de dar un pantallazo sobre los comienzos de la institución de derechos humanos, el joven militante explicó que la entidad que reúne a los hijos de desaparecidos por la última dictadura es absolutamente horizontal y toma sus decisiones colectivas en asambleas. "La horizontalidad retrasa pero tiene sus frutos" dijo Pisone y entre estos enumeró: la ruptura del clientismo político y del aparato.

Más adelante sostuvo que H.I.J.O.S. instrumentó el escrache (repudio público en el vecinadrio del genocida) "como una forma válida de condena social para los genocidas, que todavía están libres". El joven reveló que previamente al escrache, la institución realiza un trabajo de esclarecimiento en los barrios donde viven y se mueven los represores. "Cuando una persona se entera -explicó el joven- lo menos que puede hacer es condenarlos".

Para terminar, el militante de H.I.J.O.S. sostuvo que "para que otro modelo sea posible hay que cambiar la forma de hacer política" y luego agregó: "las amenazas nos asustan, pero a la vez, nos indican que estamos por el buen camino".

A su turno, el español José María Antentas explicó las características del movimiento antiglobalización español y comparó las acciones europeas con las luchas por la resistencia en la Argentina. "Aquí (en la Argentina) hay luchas más concretas" dijo Antentas y reveló que "conseguir victorias es muy difícil" en Europa.

La primera mujer del panel en hablar fue la santiagueña, Marisol Ruiz, del MOCASE. Con voz baja y pausada, pero con gran fuerza interior, algo disfónica, y emocionada en varios tramos de su discurso, la campesina despertó desde un primer momento la aceptación del público, que no paró de aplaudirla cuando, por ejemplo, afirmó que "las topadoras amenazan las tierras de los campesinos pero la tierra es de nosotros y no la vamos entregar".

Antes, había explicado que la estrategia central del movimiento de campesinos de Santiago del Estero es la tenencia de la tierra, y oponerse al accionar del gobierno provincial, que se empecina en desalojar para entregarla a empresas capitalistas.

"Nosotros sentimos la necesidad de parar estos atropellos" afirmó Ruiz tras informar que el movimiento nació en 1986 con la propuesta de incursionar en temas como la educación, la cultura, los jóvenes y los derechos humanos, y dos líneas concretas de acción, a saber, la representación del campesinado y "hacernos escuchar" porque "aunque (el gobierno) casi nada nos escucha, la lucha sigue" destacó.

Su forma de expresarse sencilla pero cargada de dignidad también despertó aplausos cuando afirmó que "el gobierno no nos ayuda" pero "las decisiones ahora las toman los campesinos" y "nos sentimos orgullosos de ser campesinos".

La última en exponer fue la asambleísta Mabel Bellucci, que con un discurso bastante hermético por momentos, leído en varios tramos y algo confuso, teorizó sobre cuestiones como la autonomía y la representación y se autodefinió con el curioso título de activista nómade (sic).

Luego de Bellucci se abrió una instancia de participación del público con preguntas, que resultó bastante desorganizada a lo que se sumó la aparición de un sujeto de dudoso juicio que molestó a los panelistas y a varios miembros del público con insultos y exabruptos hasta que los organizadores lograron que abandone la sala, y todo volvió a la normalidad.


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